Tras dos veranos marcados por la pandemia el turismo vuelve a tomar impulso. Y de qué manera. Los alojamientos turísticos españoles han recibido en julio más clientes que nunca. Hoteles, apartamentos turísticos, campings y alojamientos de turismo rural han acogido en su conjunto a 16,5 millones de personas. Son 686.000 más que en el mismo mes de 2019 y la cifra más elevada en ese mes de la serie del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Estos visitantes han pasado 63,1 millones de noches en estos establecimientos. Una cifra que supera en 575.000 a la de antes de la pandemia, y que se aproxima a los niveles máximos registrados en 2017, cuando hubo 63,9 millones.
Sin embargo, no todos los alojamientos se han comportado de la misma manera. Ni tampoco sus clientes, dependiendo de su nacionalidad. De hecho, el número de turistas extranjeros no ha superado aún los registros máximos. Ni siquiera los de julio de 2019. Aunque ello se ha visto más que compensado por el fuerte dinamismo de los veraneantes españoles.
Los hoteles españoles han registrado este mes de julio su récord de clientes, con 13,2 millones. Y en ellos se ha hablado más español que nunca.
Las pernoctaciones hoteleras, en cambio, aún están lejos de los máximos registrados en julio de 2017. Ese mes hubo 43,6 millones, frente a los 42,3 millones de este año.
El segundo tipo de establecimiento que más visitantes recibe es el apartamento. Y, al igual que los hoteles, en julio registró un máximo histórico de clientes, con casi 1,8 millones. En pernoctaciones, sin embargo, aún faltan más de 900.000 para que alcancen los máximos de 2017.
Tanto los visitantes españoles como extranjeros han superado los datos del julio prepandemia. Pero no ha sucedido la mismo con las pernoctaciones. Mientras que las de residentes han aumentado en 480.000, las de los turistas internacionales han sido casi 315.000 menores.
Los acampamientos turísticos han sido los grandes beneficiados del resurgimiento del turismo nacional. En julio han registrado máximos históricos de clientes y de pernoctaciones. Y si la comparación se hace con los resultados anteriores a la pandemia, los incrementos son notorios.
Como hemos visto, los alojamientos turísticos están viviendo cifras récord gracias, sobre todo, a la población residente. Y ni siquiera las fuertes subidas de precios que están registrando hoteles, apartamento y otros establecimientos han frenado las ganas de veranear de sus clientes españoles.
Por su parte, la llegada de extranjeros se va recuperando, pero aún se encuentra por debajo de las cifras récord de 2017, e incluso de las de hace tres años.
Que los turistas internacionales estén más tiempo y aumenten su gasto son buenas noticias para que el sector turístico se recupere del varapalo de la pandemia. Y, por tanto, buenas noticias para el conjunto de la economía.
Hay que tener en cuenta que el sector turístico pasó de pesar más del 12% del PIB nacional a sólo un 5,5% por culpa del COVID-19. Recuperar esos niveles supondrá un fuerte impulso para una economía que afronta unos meses difíciles como consecuencia de la escalada generalizada de los precios.