La mayoría de las personas que se plantean adquirir una vivienda y solicitar un préstamo hipotecario están pendientes de la evolución de los precios, y más tras la subida de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo, y del euríbor, el índice de referencia que se usa para calcular la cuota de las hipotecas variables.
Para contratar una hipoteca hay que tener varios factores en cuenta, también a nivel personal, puesto que influyen directamente en la tramitación de la misma. Uno de ellos es decidir en qué entidad financiera pediremos la hipoteca porque no en todas se necesitan los mismos requisitos para llevar a cabo dicha gestión.
Son tres los tipos de hipoteca, que se diferencian respecto a la gestión de pago de los intereses: fija, mixta o variable. Cada una de ellas presenta unas ventajas e inconvenientes que se deben analizar en función de la situación de cada persona. Cabe destacar que el cambio de la hipoteca variable a fija es posible.
Con la hipoteca fija, el importe de interés a pagar mensualmente en la cuota de devolución del préstamo es siempre el mismo. El inconveniente es que suele tratarse de un tipo de interés bastante elevado, pero su gran ventaja es que nunca habrá sorpresas y este no aumentará.
En el caso de las hipotecas mixtas, el interés es fijo durante un tiempo. Sin embargo, con el paso de los años, se aplica un interés variable.
Por último, con el interés variable, tal y como su nombre indica, el precio varía en función de la fluctuación del euríbor. En ocasiones puede ser rentable al registrarse un euríbor bajo, pero también se asume el riesgo de una subida considerable, que es lo que esta ocurriendo este año.
Desde CaixaBank aconsejan que la cuota de interés nunca supere el 35% de los ingresos mensuales. Si el interés supera esa cifra hay que tener en cuenta que puede presentar un alto riesgo para el usuario. Y es que, no cabe duda, que durante el mes pueden aparecer distintos imprevistos que afecten a la economía familiar.
Cuanto mayor sea el plazo de hipoteca, menor será la cuota a desembolsar de forma mensual a la entidad bancaria que corresponda, aunque el interés será mayor al pagar durante más tiempo. No obstante, en las hipotecas con un plazo de devolución corto, la cuota mensual a abonar será más elevada.
Sea cual sea la opción escogida, podrás amortizar la hipoteca. Esto significa que podrás abonar varias cuotas de tu hipoteca y así reducir el número de años del préstamo y los intereses. Lógicamente, cuanto antes se paguen los intereses de la hipoteca, menor será el desembolso. Esto permitirá ahorrar mucho dinero.
Desde CaixaBank también recuerdan que, antes de firmar cualquier crédito, hay que leer bien el contrato y fijarse en la letra pequeña.