Los salarios reales, es decir, descontando el efecto de la inflación, caerán en España al doble de ritmo que lo que lo harán en el conjunto de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), según ha informado la entidad multilateral este viernes en un informe. En concreto, los salarios reales de los españoles caerán un 4,4% durante el presente año, mientras que en el conjunto de la OCDE el descenso será de algo más del 2%. Esto supondrá una importante pérdida de poder adquisitivo para los trabajadores, debido principalmente a la inflación y la escasa revalorización de los salarios.
"Esto representa uno de los descensos más fuertes de los salarios reales observados entre los países de los que se dispone de datos, y un recorte sustancial del poder adquisitivo de los trabajadores, ya que los precios al consumo en España siguen subiendo a niveles máximos históricos", recoge el informe de la OCDE.
El organismo ha destacado que la tasa de paro de España esté ya por debajo de sus niveles precrisis, aunque ha criticado que todavía está en un nivel "estructuralmente alto", ya que la recuperación laboral en 2021 generó escasez en la mano de obra en sectores como el turismo, la agricultura, la construcción y la tecnología. "Esto representa uno de los descensos más fuertes de los salarios reales observados entre los países de los que se dispone de datos, y un recorte sustancial del poder adquisitivo de los trabajadores, ya que los precios de consumo españoles están subiendo en máximos históricos"
Por otro lado, la organización ha puesto su principal preocupación en los hogares con menores niveles de renta, ya que sufrirán una mayor pérdida de poder adquisitivo. "El impacto del aumento de la inflación en los ingresos reales es mayor para los hogares con menores ingresos que ya han soportado el peso de la crisis de la COVID-19. De hecho, el aumento del gasto resultante de las recientes variaciones de los precios de los alimentos y la energía representa una proporción mayor de la renta real de los hogares con menores ingresos, y estos hogares tienen un margen limitado para compensarlo recurriendo a los ahorros o reduciendo los gastos discrecionales"
Además, la OCD también ha señalado las tasas de desempleo juvenil, que siguen con los mismo valores que antes de la pandemia. "La entrada al mercado laboral [permanece] difícil para los jóvenes", ha criticado la entidad, recordando que su tasa de paro es 1,5 superior a la registrada antes de la crisis. Esto se debe en gran parte a las pérdidas de empleo en segmentos de servicios de bajos ingresos, como la hostelería, el comercio minorista o el transporte.
También ha advertido de los riesgos que puede traer consigo la guerra de Ucrania, desestabilizando el mercado económico y volviendo a elevar las tasas de paro, que se van recuperando poco a poco. "Esta tendencia positiva se podría ver afectada por la guerra de Rusia contra Ucrania, el aumento de los precios de la energía y de la incertidumbre, deteriorando la confianza empresarial y frenando el sector manufacturero y el de servicios"
Un aspecto relevante del informe presentado este viernes, aunque hace referencia a la OCDE en general, es el conocido como 'monopsonio', el término que describe la situación en la que las empresas tienen un poder "unilateral" a la hora de fijar sueldos y lo usan para deprimir los salarios y el empleo a niveles por debajo de los que existirían en un mercado competitivo. "Los empleadores en mercados laborales monopsónicos probablemente deprimen el empleo y pagan salarios más bajos para lograr mayores beneficios", ha destacado la OCDE.
En este sentido, el organismo ha recomendado que los reguladores deberían prestar atención a las consecuencias para los trabajadores a la hora de examinar propuestas de fusiones y adquisiciones. La entidad con sede en París también ha recomendado promover la negociación colectiva.
"Los salarios mínimos también se pueden usar para atajar los efectos negativos del monopsonio y la concentración. Bajo el monopsonio, los salarios mínimos, si se sitúan en un nivel razonable, bajan el coste marginal de contratar al nivel más bajo de la distribución salarial", ha explicado. En este sentido, un salario mínimo podría elevar el empleo y los sueldos en mercados con esta característica, teniendo un impacto mínimo en el paro.