España multiplica por cuatro el envío de gas vía Francia en lo que va de año

  • El conflicto en Ucrania ha disparado hasta máximos históricos las exportaciones de gas desde España por la interconexión con Francia

  • Desde agosto no se envía gas y en el sector explican que se trata de "factores coyunturales"

  • Durante años la conexión entre Francia y España se ha utilizado en el sentido entrada de gas desde el país vecino

España quiere jugar un papel de salvador en la actual crisis energética. Pedro Sánchez aseguraba este martes que somos el país “más solidario de la UE”. Se refería el presidente del Gobierno al envío de gas al resto de países europeos desde que Vladímir Putin invadió Ucrania. El cierre hasta nuevo aviso del principal gasoducto que conecta Alemania con Rusia pondrá más a prueba la capacidad de auxilio de España en este complicado contexto.

El 10% del gas natural que llega a la UE entra por nuestro país. Un 7% en barco (LNG) y un 3% por gasoductos”, detallaba Sánchez.

Nuestro país está aumentando la llegada de gas en metaneros a los puertos y explotando la interconexión con Francia como no se había visto nunca. Por los tubos de Irún y Larrau (Navarra) que nos conectan con Francia desde 1993 (y ampliados en 2013) hemos mandado ya casi cuatro veces más gas a Europa que el año pasado. La comparativa con el periodo prepandemia es mucho más impresionante: en 2019 se envió un 0,009% de lo que hemos visto este año. Vamos, antes el envío rondada los cero megavatios hora. Era más bien Francia la que mandaba gas a España.

  • Esos 18,5 megavatios horas de gas que han cruzado la frontera dirección Europa desde enero equivalen a alrededor de 18 buques metaneros cargados de GNL. (El gas llega en modo líquido a los puertos y allí unas plantas regasificadoras lo devuelven a su estado natural para poder enviarlo a través de conductos).
  • El problema es que no todos los países cuentan con esta capacidad regasificadora. Alemania no tiene ninguna.
  • La cantidad de gas inyectada en la red europea equivale al 5% de todo lo que consume España de este combustible en un año.

La conexión de envío con Francia no es que sea muy potente, de ahí el debate sobre si es necesaria otro gasoducto con el país vecino. Pero desde inicio de agosto, España ha dejado de auxiliar a través de esta conexión. Más bien al revés: estamos trayendo combustible desde el país vecino. "Se trata de una situación coyuntural", explican fuentes del sector. "El hecho de que haya más o menos flujo y el sentido en el que fluye son decisiones de las comercializadoras".

"Creo que esa parada desde agosto es algo que no esperábamos porque todo el año España ha estado exportando. Además la UE ha pedido solidaridad a los países con el gas", analiza un experto. "Lo importante será la temporada de invierno: de otoño a marzo".

Hasta ahora la conexión hispano-francesa ha ido a la mitad de su capacidad máxima. Los problemas nucleares de Francia y la necesidad de aumentar las reservas de gas por la invasión rusa de Ucrania han cambiado la situación temporalmente. Pero la infrautilización de estos gasoductos han sido una de las razones esgrimidas del presidente francés, Emmanuel Macron, para rechazar la construcción de una nueva tubería, el llamado Midcat, desde Cataluña al sur de Francia.  

Las limitaciones para "auxiliar a los hermanos europeos"

Ahora que Rusia ha terminado de completar su amenaza cerrando totalmente el grifo del gas a Europa, las entradas de este combustible vía barco serán más relevantes que nunca. Nuestro país cuenta con un tercio de la potencia regasificadora de la UE para poder recibir estos metaneros e inyectar el combustible en la red europea.

"España tiene el suministro asegurado, pero nuestros hermanos europeos, no. Tenemos que auxiliarles. Estamos también en Europa para ayudar", declaraba Sánchez durante el debate con Alberto Núñez Feijóo en el Senado. El auxilio tiene una capacidad limitada por la propia conexión. Aun así, Alemania quiere contar con todo el gas que pueda estar disponible y presiona por primera vez para que las conexiones con el sur de Europa se refuercen.

La idea de que una vez consigamos que el gas que llega a España cruce la frontera con Francia y de ahí se envíe a Alemania está plagada de obstáculos. Digamos que nuestra conexión con el resto del continente es una carretera secundaria que al otro lado de Pirineos se encuentra con una carretera nacional francesa que no llega hasta Alemania directamente.

  • El sistema de gasoductos en Francia es algo complejo y está fraccionado en tres zonas.
  • Francia necesitaría invertir miles de millones en mejorar su red gasística cuando su prioridad no es el gas sino la energía nuclear
  • El único punto de conexión directo entre Francia y Alemania no es tan potente como se imagina. Es solo un tercio superior a la que nos une a nosotros con el país galo.
  • Las otras conexiones de Francia con Alemania -vía Bélgica y Suiza- ya están operando al máximo de su capacidad y no queda mucho margen para añadir el gas extra que llegaría de España.
  • Y luego está el problema del olor.

"La odorización en el sistema de tuberías francés es un problema", confirma por correo Giovanni Sgaravatti, investigador de Bruegel. Francia odoriza el gas para poder detectar las fugas, pero Alemania no lo hace. "Es una cuestión problemática porque el flujo de gas no siempre sigue el diferencial de precios a corto plazo. Aunque los precios del gas son sustancialmente más bajos en Francia, el gas todavía fluye de Alemania a Francia y no al revés", explica este experto.

Este problema de odorización no existe en el caso de los intercambios entre España y Francia. Y aunque en nuestro caso tradicionalmente los flujos siempre han sido de norte a sur, el chantaje de Putin le está dando la vuelta.