Alquiler con opción a compra: una fórmula para adquirir vivienda sin ahorros
El alquiler con opción a compra es una forma de adquirir tu vivienda si no dispones de grandes ahorros, pero está sujeta a plazos y responsabilidades económicas
Los compradores de viviendas, asfixiados por el euríbor: las claves entre una hipoteca a tipo fijo y tipo variable
Tasación, valor de mercado, valor hipotecario... ¿Cómo saber el valor real de tu vivienda?
Comprar una vivienda se ha convertido en todo un lujo para millones de españoles, a pesar de tratarse, teóricamente, de un derecho. Distintos factores se unen para diseñar una verdadera carrera de obstáculos: salarios bajos, altos precios en el sector inmobiliario, la necesidad de contar con un colchón de ahorros irreal para la mayoría de jóvenes (y no tan jóvenes)... Por eso cualquier fórmula que nos permita ganar tiempo e ir invirtiendo en nuestra futura vivienda sin gastar dinero en alquiler es algo que debemos contemplar si estamos pensando muy en serio en dar el paso de convertiros en propietarios. Para que no tengas dudas al respecto, toma nota de en qué consiste el alquiler con opción a compra y cómo puede ayudare a comprar tu casa si no tienes demasiados ahorros.
Alquiler con opción a compra: una fórmula para adquirir vivienda sin ahorros
MÁS
El alquiler con opción a compra es la vía ideal para comprar vivienda si no tienes ahorros o, mejor dicho, si dispones de un colchón relativamente pequeño. Y es que es habitual que, al formalizar este tipo de contrato, debas aportar una cantidad determinada en concepto de prima, que perderás si finalmente te echas atrás y no compras la vivienda dentro del plazo estipulado.
Básicamente, el alquiler con opción a compra consiste en que vivas en un inmueble en calidad de inquilino, pero pagando cuotas mensuales que se irán descontando del precio pactado por la compraventa de dicho inmueble, ya sea total o parcialmente. Una vez transcurrido el tiempo que hayas pactado con el propietario, deberás formalizar la compraventa, descontando la cantidad pactada del precio del inmueble. Si no lo haces, lo normal será que pierdas la candad aportada como prima.
Es muy importante que estén claros una serie de extremos en este tipo de contrato y, de hecho, hay cierto contenido obligatorio:
- Objeto del contrato
- Periodo en que se puede alquilar la vivienda
- Periodo de tiempo en que se puede ejercer el derecho a compra
- Cuota mensual y proporción que se descontará del precio de compraventa
- Precio de compraventa de la vivienda
- Quién asumirá los gastos de comunidad, arreglos, etc.
- Cantidad en concepto de prima
Este contrato tiene carácter mixto, ya que regula tanto el arrendamiento como la compraventa del inmueble. También la normativa aplicable es mixta: de un lado, la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) en lo que al alquiler se refiere y, de otro, el Código Civil en cuanto a la compraventa.
Las ventajas para el futuro comprador son muchas, aunque también existe algún que otro inconveniente: de un lado, ganarás tiempo para ahorrar y estarás invirtiendo desde el principio en parte del precio del inmueble a través de las cuotas que abonas cada mes. Lo malo es que el mercado inmobiliario puede cambiar en tu contra (aunque también en tu favor si los precios suben), y que puedes cambiar de idea en el futuro si tus necesidades cambian, por ejemplo, por un cambio laboral o una situación sentimental distinta. Por eso es importante que tengas claro que esa es la vivienda que deseas y que seguirás deseándola en el futuro.
Tal y como recuerda Fotocasa, "la incertidumbre laboral provocada por la pandemia, la creciente formación legal de los particulares, y la facilidad de contar con un asesor legal, están animando cada día más a muchas personas que desean adquirir una vivienda y no cuentan con el 20 por ciento del importe necesario para abordar una operación de este tipo." Aunque todavía se trata de una fórmula de uso residual, cada vez cuenta con más adeptos.