Se podría decir que el fin del verano es una de esas épocas en las que se nos junta todo: terminan las vacaciones, se acaba el buen tiempo, afrontamos los excesos de los últimos meses (no solo económicos, sino también físicos) y llega la temida cuesta de septiembre, mucho peor para quienes también se enfrentan a la vuelta al cole y todos sus gastos asociados. Especialmente en el caso de las familias numerosas, adentrarse en el otoño en un escenario de inflación creciente no es nada fácil. Por eso, todo consejo suma y cualquier truco que permita ahorrar unos euros puede servir de gran ayuda a la hora de reducir gastos. ¿Qué trucos para ahorrar funcionan mejor para las familias numerosas? ¿Cómo podemos aplicarlos a nuestra economía doméstica?
Cuesta de septiembre: trucos de las familias numerosas para ahorrar
La economía de la familia numerosa es normalmente más eficiente (por necesidad) que la de otras muchas familias: la ropa y los juguetes pasan de unos hijos a otros, se recicla más, se cocina en mayor medida y se huye de productos superficiales o excesivamente caros. El resultado es una forma de afrontar cada nuevo mes mucho más controlada y previsora: la existencia de picos de gasto importantes, como la vuelta al cole, sin duda ayuda a los padres a ser más racionales a la hora de gastar. También la posibilidad de sufrir cualquier imprevisto que lastre los ahorros, algo mucho más probable cuando existen más personas dentro de la unidad familiar.
Por eso se puede decir que la economía de las familias numerosas se parece mucho a la que los expertos nos invitan a seguir durante esta racha de inflación creciente (en realidad, siempre). Aunque en general no somos tan comedidos ni analizamos con tanto nivel de detalle nuestros gastos, hacerlo puede marcar la diferencia, y mucho, a final de mes. La máxima durante estos meses sería algo así como apretarse el cinturón, renunciar a lo accesorio y hacer uso de la creatividad para que cada euro vaya destinado a lo verdaderamente importante.
Estos son algunos consejos que te ayudarán a 'enfriar' tu economía y a hacerla más eficiente y acorde a tu capacidad económica:
Toma las riendas de la situación. Cuando el escenario es incierto (y, para una gran familia, casi siempre lo es), todo debe permanecer bajo control y debe existir siempre un plan B, un colchón o una estrategia de salida ante cualquier callejón económico en el que nos metamos. Lógicamente, lo mejor es evitar esta situación. Por tanto, cuanto antes te sientes a analizar tus gastos y a eliminar todo lo accesorio, mucho mejor. Las cosas no van a mejorar durante los próximos meses y todo apunta a que la inflación seguirá escalando.
Evita los productos de crédito. No siempre es posible hacerlo, pero lo mejor es que prescindas de las compras a plazos, con o sin intereses. Si tienes que aplazar algo, que sea durante poco tiempo y sin que te cueste dinero: cada vez más comercios ofrecen financiación gratuita para repartir el coste de algunas compras. La clave está en no lastrar tus ingresos futuros y evitar la ficción de que tienes un poder adquisitivo mayor del que realmente tienes. Acostúmbrate a que las tarjetas de crédito, préstamos... sean la excepción, y no la regla. Mucho cuidado también con las cuotas revolving y la posibilidad de alargar el desembolso de tu deuda durante meses o años: puedes terminar pagando más intereses que producto. En este sentido, te recomendamos que aprendas cómo funciona el tipo de interés compuesto.
Trabaja con un presupuesto. La cosa es fácil cuando solo tienes que tener en cuenta tus propios gastos y tu situación es holgada. Sin embargo, a medida que se reduce este margen de maniobra o aumenta el número de personas dentro de la unidad familiar, la situación se complica y va quedando menos hueco para lo espontáneo. Puedes aplicar la lógica de trabajar siempre con un presupuesto relativamente estricto sea cual sea tu situación: te sorprenderá la cantidad de dinero que puedes llegar a ahorrar si realizas algunos pequeños ajustes en tu vida, como elegir productos más frescos y abaratar tu cesta de la compra, comprar más productos de segunda mano, evitar el coche y elegir el transporte público... o dejar de fumar.
No uses la inflación como excusa para evitar ahorrar. Sí, los precios están subiendo, pero esta situación no nos afecta a todos por igual y no debemos convertirla en una especie de estado de 'pírdula' para evitar el esfuerzo de ahorrar. Piensa que contar con un colchón de ahorros es más importante que nunca en un momento como este.
Lleva a cabo un consumo responsable. Compara, elige productos de calidad a buen precio, huye de los precios inflados a base de marketing... pero no olvides la importancia de sostener la economía local, de cuidar a las marcas responsables, de ser coherente con tus valores como consumidor o de alimentarte con productos de calidad. Si tienes que cortar por algún lado, que sea en lo superfluo, no en lo esencial ni en aquello que hace mejor nuestra sociedad y nuestro tejido empresarial. Hacer uso de la imaginación, del reciclaje, de la economía colaborativa... son apuestas seguras en materia de ahorro.
Elige planes de bajo coste. El ocio es probablemente la partida en la que más dinero gastamos de manera impulsiva y una de las que más margen de ahorro nos permite si tenemos cuidado en qué gastamos. Está claro que es importante disfrutar de la compañía de nuestros amigos y hacer planes que nos hagan un poquito más felices, pero no siempre es necesario gastarnos un dineral para hacerlo. No hace falta que cambies radicalmente, pero puedes combinar cenas fuera con cenas en casa, planes en la naturaleza, más cultura y menos bares... Tu bolsillo (y tu salud) te lo agradecerán.