Este año las vacaciones de verano estarán sin duda marcadas por la inflación, que ya supera el 10 por ciento y que presenta su nivel más alto desde abril de 1985. De hecho, el efecto de la contención del gasto entre los españoles ya se empieza a dejar notar, y la incertidumbre por lo que depare el otoño nos está llevando a echar el freno en el gasto, lo que repercute en el turismo.
Por eso es más importante que nunca tomar nota de algunos trucos y consejos para planificar los gastos durante las vacaciones de verano y mantenerlo dentro de los márgenes que nos podemos permitir. Con un poco de imaginación (y muchas ganas de pasarlo bien), todo es posible: afortunadamente, no hace falta demasiado dinero para disfrutar de la naturaleza o del mar si estamos dispuestos a prescindir de lo accesorio.
Cómo planificar los gastos durante las vacaciones de verano
Este verano toca apretarse el cinturón y por eso planes como las acampadas o las rutas en caravana están más de moda que nunca. Los más previsores habrán reservado sus vacaciones con tiempo, con el importante ahorro que ello puede suponer. Quienes aún no lo hayan hecho lo tendrán más complicado para gastar poco, pero siempre podrán recurrir a planes que se salgan de las rutas tradicionales, como aprovechar para visitar los pueblos más bonitos de España. Sea cual sea tu situación, la clave está en marcarte un presupuesto claro y dedicar cierto tiempo a buscar opciones que te resulten apetecibles y que previsiblemente no vayan a suponer un gran desembolso en tus gastos diarios una vez te encuentres en el destino seleccionado.
Toma nota de estos consejos sobre cómo planificar tus gastos este verano:
Elige un destino a tu alcance. Puede que sea un buen año para visitar ese país remoto que resulta tan barato, o para conocer España y sus rincones eligiendo rutas alternativas y poco masificadas. En realidad, si viajamos con ganas y aprendemos a disfrutar de cualquier espacio, cualquier lugar que nos saque de nuestra rutina y estimule nuestros sentidos puede ser maravilloso. Además, ten en cuenta que no hace falta viajar muy lejos para desconectar: a veces el lugar más adecuado para logarlo puede encontrarse a pocos kilómetros. Si abandonas la idea de que cuanto más gastes, mejor te lo pasarás, ya tendrás gran parte del camino recorrido.
Haz uso de la economía colaborativa. Si tienes la suerte de tener un piso en propiedad (o consigues el permiso de tu casero), una gran idea para ahorrar (y mucho) en tus vacaciones es optar por un intercambio de vivienda. Existen plataformas como HomeExchange en las que puedes entrar en contacto con viajeros de todo el mundo para intercambiar casas, ya sea de forma simultánea o a través de un sistema de puntos. Así podrás disfrutar de una experiencia mucho más auténtica sin gastar un solo euro en alojamiento. En cuanto al transporte, existen múltiples plataformas que conectan a viajeros para ahorrar dinero (y cuidar un poco más del medioambiente) en cada desplazamiento, como Blablacar.
Define un presupuesto (realista) diario. Más allá de los gastos fijos como alojamiento o transporte, cada día de tus vacaciones deberás gastar dinero en comida, en entradas a eventos o museos... Por eso es importante que definas un presupuesto diario y que tengas en cuenta cuáles son tus imprescindibles del viaje. Suma el precio de las entradas que vas a comprar sí o sí, el del cubierto en ese restaurante que estás deseando probar... y comienza a hacer malabarismos con la cantidad restante. Puede ser buena idea desayunar o cenar de forma más económica (por ejemplo, en el propio alojamiento), llevar un picnic para el día, combinar pequeños lujos gastronómicos con un poco de 'street food'...
Permítete algún capricho. Siempre es buena idea trabajar con cierto 'margen de error' en tu presupuesto y reservar una suma para comprar algún recuerdo, regalar algo a tus familiares, tomarte algo en ese rincón que acaba de aparecer frente a ti y que te apetece mucho disfrutar... Sé flexible y no dejes pasar una oportunidad de disfrute a coste moderado, aunque ello implique recortar el presupuesto para otra jornada: hay momentos que no podrás recuperar más adelante y que merece la pena vivir.
Infórmate y pregunta a los 'locales'. Una de las ventajas de la era digital es que podemos encontrar muchísima información en Internet acerca de prácticamente cualquier rincón de la Tierra. Aprovecha todos estos datos, así como los trucos y recomendaciones que puedan proporcionarte amigos o conocidos... pero no olvides preguntar a quienes residan en el lugar. Ellos son los que conocen los secretos mejor guardados. Además, mantener una conversación con los residentes del lugar te permitirá no solo acceder a experiencias únicas, sino aprender más sobre sus gentes y su forma de vivir, llevándote un bonito contacto (o, quizás, una nueva amistad) que será otro plus en tu viaje.