Los españoles estamos muy acostumbrados (quizás demasiado) a tener un vehículo en propiedad, a pesar de la larga lista de gastos que conlleva mantenerlos y de la contaminación que su uso supone para el medioambiente. Con todo, cuando conducir nuestro propio coche es una necesidad, una forma de reducir gastos es elegir una conducción eficiente que nos permita gastar menos en combustible. Este método de conducción se pone más en valor que nunca en un momento en el que el precio de la gasolina se ha vuelto prohibitivo para muchos. Para que puedas ahorrar lo máximo posible en gasolina, toma nota de cuáles son los grandes mitos del ahorro de combustible.
El taller, la ITV, los impuestos, las reparaciones... Tener un coche cuesta mucho dinero más allá del desembolso inicial en el propio vehículo, y la gasolina es sin duda el gasto más recurrente y costoso, sobre todo en los últimos meses. Para reducir esta partida, nada mejor que hacer uso de ciertos consejos relacionados con la llamada conducción eficiente. Del mismo modo, es igual de importante evitar prácticas que, en contra de lo que solemos pensar, no solo no nos ayudan a gastar menos combustible, sino que provocan el efecto contrario.
Estos son algunos mitos relacionados con el ahorro de gasolina:
Usar siempre marchas largas. Una cosa es que circular con marchas más largas y a bajas revoluciones nos ayude a gastar menos combustible y otra cosa es que no tengamos en cuenta que, a veces, podemos forzar el motor si no respetamos los límites recomendados. Un coche de gasolina nunca debe circular por debajo de las 1.500 revoluciones por minuto, y en el caso del diésel, de 1.200 rpm.
Usar el punto muerto para los descensos. Esta práctica es muy peligrosa, ya que el motor no estará reteniendo el vehículo y tendremos que hacer un uso excesivo de lo frenos, perdiendo control en el proceso. Basta con dejar de acelerar y dejar la marcha engranada para que no gastemos en las bajadas, y que la inyección se parará.
Bajar las ventanillas para no gastar aire acondicionado. Esta práctica resulta útil únicamente cuando circulamos por ciudad o a bajas velocidades. Sin embargo, cuando aumente la velocidad, lo mejor será subirlas y hacer uso del aire acondicionado. Eso sí, siempre a una temperatura agradable, sin excesos por lo bajo o por lo alto.
Llenar poco el depósito. Si crees que ahorrarás combustible 'aligerando' el peso de tu vehículo por llevar el depósito semivacío, te equivocas. Esta práctica puede ser útil a grandes velocidades, pero no en el caso de nuestra conducción habitual. Al contrario, cuanto más vacío esté el depósito, más rápido se evaporará el combustible y mas aumentará el consumo. Intenta mantenerlo siempre al máximo y repostar a medida que baje.
Precalentar el motor antes de circular. La realidad es que no es necesario dejar el coche encendido durante unos minutos hasta que se caliente: los sistemas de arranque de hoy en día permiten hacerlo de manera inmediata. Si lo hacemos, estaremos desperdiciando combustible.
Usar aditivos para aumentar la vida del combustible. No es recomendable el uso de aditivos o gadgets para incrementar la duración del combustible. Además, pueden poner en peligro la mecánica del coche.
Usar combustible más caro para que sea más eficiente. Usar un carburante premium ayuda a cuidar tu vehículo y a alargar la vida de tu motor, pero se gastará igual de rápido que cualquier otro.
Apagar el motor en los semáforos. Evita esta práctica salvo que la parada vaya a superar un minuto de duración. Si no es así, arrancar de nuevo se 'comerá' todo el ahorro que hayas obtenido al apagar el motor.