La cultura del ahorro se impone, no nos queda otra, y un grado arriba o abajo en el aire acondicionado o en la calefacción, cuando llegue el momento, puede cambiar mucho el recibo podemos ahorrar bastante. Los expertos así lo reconocen. Hasta 40 euros menos al mes podemos ahorrar.
El ahorro puede ser mucho más de lo que nos pensamos un día como hoy en el que a las dos de la tarde, en plena ola de calor, la demanda eléctrica ha marcado su máximo anual.
Por cada grado que bajemos el aire acondicionado supone un 7 por ciento más en la factura. "Imaginemos de pasar de 26 grados a 20 grados eso va a tener un impacto fortísimo en nuestra factura energética". dice Rafael Poquet, asesor energético.
Para que no se dispare el recibo más de la cuenta hay que poner el termostato entre 24 y 26 grados y en el caso de la calefacción en invierno lo óptimo es tenerla entre 19 y 21. Aquí, por cada grado de más la factura aumenta un 8 por ciento. "De una factura de 100 euros, por cada grado más que tengamos son 8 euros más en la factura", señala Pablo Valcárcel, asesor energético.
El transporte también puede suponer otra fuente de ahorro. Hasta dos depósitos al mes, unos 200 euros, si optamos por el transporte público más si teletrabajamos lo que nos va a permitir ahorrar una media de 130 euros a la semana.
El precio promedio de la luz para los clientes de tarifa regulada vinculados al mercado mayorista caerá el jueves un 1,46% con respecto a este miércoles, hasta los 311,15 euros por megavatio hora (MWh), según los datos provisionales del Operador del Mercado Ibérico de Energía (OMIE) recogidos por Europa Press.
A pesar de este descenso, el precio de la luz para los clientes de tarifa regulada vinculados al mercado mayorista se mantendrá así por cuarto día consecutivo por encima de los 300 euros/MWh, una cifra a la que no se llegaba desde el pasado marzo, un mes en el que se registró el récord de la serie histórica y que tuvo lugar el pasado 8 de marzo con 544,98 euros/MWh.
Los altos precios de esta semana se explican en parte por la ola de calor que afecta a todo el país, lo que implica una mayor demanda y una menor aportación de las fuentes renovables (eólica y fotovoltaica).