Hace pocos días el Banco Central Europeo (BCE) auguró una recesión en 2023 si Rusia decide cortar el gas a Europa en otoño: "Un escenario casi apocalíptico pero cuya probabilidad, lamentablemente, no es despreciable", es el que dibuja el director de Economía del BCE, Óscar Arce, en caso de que la situación del conflicto entre Rusia y Ucrania empeore de cara al próximo otoño. El potencial cierre completo del suministro de gas a Europa Central y Occidental traería consecuencias nefastas para la economía de la UE y, aunque la exposición de España a este posible corte es menor que la de otros Estados miembros, la escalada de la inflación arrastraría a nuestra economía. Ante este panorama, ¿cuáles son las alternativas a una futura falta de gas tras el verano?
El impacto sobre la economía europea ante un potencial cierre del suministro de gas de cara al otoño sería "muy significativo". La inflación se mantendría en niveles histórico hasta casi hasta 2024, y la recesión llegaría de cara a 2023, con una caída estimada del 1,7 por ciento. Alemania seria uno de los países más afectados por esta situación. Además, según el BCE, la crisis energética puede explicar el 40 por ciento de la inflación.
En el caso de España, tanto nuestro país como Portugal han cerrado un acuerdo con la Comisión Europea para aprobar la llamada “Excepción Ibérica”, que permite a ambos países independizarse energéticamente durante un periodo de tiempo que se extenderá, en principio, hasta 31 de mayo de 2023. Con esta medida, que entró en vigor el pasado 14 de junio, se fija un límite medio de 48,8 euros por megavatio en el gas que se usa para generar electricidad. Ello permitirá rebajar el recibo de la luz entre un 15 y un 20 por ciento en adelante.
En cuanto a cuáles son las alternativas a una futura falta de gas en otoño en España, la respuesta la encontramos en las energías renovables. Actualmente las energías renovables suponen alrededor de la mitad de producción de energía en España: por ejemplo, la energía eólica supone un 23,3 por ciento de la producción energética en nuestro país, junto con la solar fotovoltaica (8,1 por ciento) y solar térmica (1,8 por ciento), así como la hidráulica (11,4 por ciento).
En cuanto a la energía obtenida en centrales térmicas de ciclo combinado, que transforman la energía térmica del gas natural en electricidad, se trata de un 10 por ciento de nuestra producción. La energía nuclear es la segunda en producción española, con un 20,8 por ciento. En el caso portugués, los datos son similares. Sin embargo, nuestro consumo energético se basa en casi un 40 por ciento en gas natural, gasóleo y gases licuados. Ahondar en la apuesta por las renovables parece la mejor estrategia para reducir esta dependencia del gas. Con todo, en el caso de España, importamos gas principalmente a través de los gasoductos que llegan del norte de África, especialmente de Argelia.
Estas son algunas alternativas al gas natural para calentar tu hogar:
Otras posibles fuentes de energía alternativas al gas son la geotermia, la hidrotermia o la eólica (o minieólica). Además, puede interesarte apostar una cooperativa de energía renovable.