Tasación, valor de mercado, valor hipotecario... ¿Cómo saber el valor real de tu vivienda?
Conocer cuánto vale tu vivienda es básico para poder venderla: existen herramientas gratuitas que pueden ayudarte a conocer un valor aproximado
Factores como la zona y sus servicios, la calidad de la construcción, su antigüedad, el estado de la vivienda o la necesidad de realizar reformas son determinantes
Ofrecer un precio realista te ayudará a vender antes: si existe una gran discordancia entre tasación y precio, el comprador lo tendrá más difícil para acceder a una hipoteca
Si estás pensando en vender tu casa, un paso inicial básico es conocer cuál es su valor de la forma más certera posible. Existen numerosas herramientas gratuitas que puedes utilizar para conocer un valor aproximado aunque, a la hora de la verdad, lo importante será el valor de tasación, que tampoco será idéntico en todos los casos. Los profesionales del sector cuentan con un margen relativamente amplio que puede arrojar diferencias importantes entre unos y otros para la misma vivienda y, de hecho, esta realidad puede dificultar el acceso a una hipoteca para muchos interesados en la compra, en caso de que la valoración del tasador se sitúe muy por debajo del valor de venta. ¿Cómo saber el valor real de tu vivienda? ¿Qué herramientas puedes usar para acercarte a su precio justo?
¿Cómo saber el valor real de tu vivienda?
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Si quieres conocer un valor aproximado de tu vivienda para tantear si merece la pena sacarla al mercado en este momento, existen numerosas herramientas gratuitas que, tomando como referencia la dirección del inmueble, te indicarán cuánto puede valer en la actualidad. Así, introduciendo datos como calle, piso, dimensiones, número de estancias, antigüedad del edificio o del inmueble, estado de conservación... estos buscadores indicarán una horquilla de precios, máximo y mínimo, que te servirán como primera aproximación. Es mejor utilizar varios, ya que a veces existen diferencias relativamente grandes entre los valores que arrojan unos y otros.
Por ejemplo, puedes recurrir a los buscadores de Idealista o de BBVA. Tal y como explican desde Housell, no existe un valor único para un inmueble, pero para calcular el valor de mercado debemos tener en cuenta que éste consiste en el precio al que podría venderse el inmueble, mediante contrato privado entre un vendedor voluntario y un comprador independiente en la fecha de la tasación. El precio de la vivienda no es estable y sufre vaivenes constantemente en función de decenas de factores, por lo que seguir su evolución también puede ayudarnos a elegir el mejor momento para vender.
Así, si queremos saber cuánto vale un piso en el mercado en un momento determinado, lo mejor es acudir a una inmobiliaria y/o a un tasador que, en base a una serie de parámetros estandarizados, decida cuál es el precio aproximado que sería justo pagar por él. Factores como los servicios de la zona, el estado y calidades de la vivienda... entran en juego y resultan relativamente subjetivos, por lo que es posible que la tasación que realice el futuro comprador para obtener su hipoteca arroje un resultado distinto, normalmente a la baja. Por eso es importante (si nuestro objetivo es vender rápido) ofrecer un precio justo que agilice negociaciones y trámites.
En este sentido, hay que saber que el valor hipotecario o valor a efecto de crédito hipotecario (VH) un concepto distinto al de valor de mercado, es el valor del inmueble determinado por una tasación prudente de la posibilidad futura de comerciar con el inmueble, teniendo en cuenta sus aspectos duraderos a largo plazo, las condiciones del mercado normales y locales, su uso en el momento de la tasación y sus usos alternativos correspondientes. Esta diferencia de concepto puede generar diferencias entre un valor y otro.
Si quieres que tu inmueble se venda mejor sin realizar grandes inversiones, una forma de mejorar su imagen es acudir al home staging y a fotografías de calidad que ayuden al futuro comprador a visualizar las posibilidades de cada espacio. También es importante la limpieza y el orden, así como programar las visitas en horarios en que la vivienda luzca más luminosa. Una buena iluminación artificial cálida y hogareña para las vistas durante la tarde es básica, así como despersonalizar lo máximo posible el espacio, por ejemplo, pintando las paredes de blanco y huyendo de elementos y colores estridentes que no sean aptos para todos los gustos. Si las instalaciones son modernas pero existen pequeños defectos visibles, puede ser buena idea invertir en repararlos para que el futuro comprador no tenga la sensación de que pueden existir defectos ocultos.