Cómo responder a las 100 preguntas clave en una entrevista de trabajo
La escasez de ofertas de empleo eleva el número de candidatos a un puesto de trabajo
La entrevista personal es determinante en un proceso de selección de personal
Hay que prepararse bien para esta cita: es la que más peso tiene en la decisión final
El panorama laboral en nuestro país se ha complicado sobremanera en el último año y la escasez de ofertas de empleo hace más dura la competencia para conseguir un puesto de trabajo. Con más candidatos, muchos de ellos muy bien preparados, los reclutadores tienen más capacidad para elegir a sus nuevos empleados. Por eso es cada vez más importante prepararse bien para la búsqueda de empleo: un currículum bien elaborado y la preparación de la entrevista, que es la prueba que sigue teniendo más peso en los procesos de selección de personal. A esta cita hay que llegar con las ideas claras y con las respuestas bien preparadas para las preguntas que nos pueden plantear. Es más, para un puesto cualificado, en ocasiones hay que pasar por dos, tres y hasta seis entrevistas.
Primero hay que conocer bien nuestro currículum, y la empresa y el puesto al que se opta. Las entrevistas suelen empezar con unas preguntas de presentación que sirven como toma de contacto. Después ya vienen las cuestiones que buscan más información que la plasmada en el currículum sobre la trayectoria profesional, las competencias, los logros y la motivación del candidato.
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Preparación de la entrevista de trabajo
Hay que trabajar previamente la entrevista. Pensar qué tipo de situaciones profesionales anteriores se quieren ir explicando a lo largo de la misma. No se trata de memorizar o soltar respuestas de forma automática porque se debe dar una sensación de naturalidad y espontaneidad, pero es mejor no improvisar. Si se han preparado las respuestas a los asuntos que pueden ser más comprometedores, será más sencillo contestarlas de forma adecuada.
Tampoco se trata de mentir, pero sí de tener pensadas las respuestas que más benefician al candidato y evitar las que pueden descartarle en el proceso de selección o restarle puntos. Pero siempre con la verdad.
En esa preparación previa también hay que tener en cuenta que no se debe ser crítico con las empresas anteriores en las que se ha trabajo ni con antiguos jefes ni compañeros; hay que pensar cómo provocar situaciones para ser preguntado por aquello que más interesa al candidato y no dar pie a cuestiones sobre lo que menos le favorece; no tiene por qué haber preguntas sobre la vida privada, pero si se hacen es mejor tenerlas claras con anterioridad para contestarlas y no dar la sensación de querer ocultar algo negativo; hay que acudir con la idea de mostrarse motivado, pero no necesitado, ni suplicar por el puesto de trabajo; y tener claro que se deben evitar los aspectos económicos o sobre las condiciones de trabajo en los primeros pasos del proceso de selección. Esas cuestiones hay que dejarlas para el final, cuando ya se tienen posibilidades reales de ser elegido.
Comienza la entrevista
Una vez comenzada la entrevista, no se debe tutear al entrevistador a no ser que lo pida expresamente, ni invadir su mesa con papeles u objetos; hay que procurar mantener en todo momento el contacto visual con el interlocutor; escucharle atentamente para entender bien sus preguntas y no tomarse algunas de ellas como ataques personales; hay que pensar bien las respuestas y, en la medida de lo posible, ponerlas en relación al puesto al que se aspira; se debe ser preciso en las contestaciones, aunque tampoco hay que hacerlo con monosílabos o respuestas demasiado cortas; comenzar y cerrar las respuestas con aspectos positivos siempre que se pueda; y es muy importante controlar la comunicación no verbal porque van a valorar la seguridad en sí mismo del candidato así como su naturalidad, no se trata de ser un robot que suelta una lección aprendida.
Y es que ese último factor puede ser la clave del éxito. A veces no se elige al mejor aspirante, sino al que ha conseguido hacer la mejor exposición, al que ha comunicado mejor. Los 5 o 10 primeros minutos de la conversión son vitales para conectar con el entrevistador y despertar su interés. Si la entrevista se alarga es buena señal.
Aquí hemos elaborado una lista con 100 preguntas habituales en una entrevista de trabajo y ejemplos de respuestas adecuadas:
PREGUNTAS GENERALES
Personalidad
1. Háblame de ti.
Mensaje de presentación. Siempre en términos profesionales, evita de inicio los temas personales, no es lo que le interesa de inicio al entrevistador.
2. Defínete a ti mismo con tres adjetivos calificativos y justifícalos.
Es el momento de venderte de una forma positiva. Pon en valor los puntos fuertes profesionales que son los que han provocado que hayas sido seleccionado para la entrevista.
3. ¿Cuáles son tus puntos fuertes? ¿Y los débiles?
Cuando tengas que hablar de tus puntos débiles tienes que haber preparado ya cómo venderlos como puntos fuertes. Por ejemplo si eres una persona excesivamente exigente contigo misma, perfeccionista, o demasiado planificador u organizado, estás trasladando al entrevistador puntos, en principio débiles, pero que pueden ser considerados fuertes si sabes explicarlos.
4. ¿Qué significa para ti el trabajo?
No hablar de dinero. Nunca. Lo que se quiere aquí es ver cómo importa el trabajo dentro de tu esfera privada. En estas preguntas es importante resaltar cómo el nuevo trabajo puede convertirse en un elemento clave de realización personal a la que el candidato dedica todos tus esfuerzos. Es una de las denominadas killer question.
5. ¿Si ganara la lotería, seguiría viniendo a trabajar?
El entrevistador quiere saber cuál es la motivación del candidato, por lo que la respuesta ideal debería dejar claro que éste no sólo lo hace por dinero sino que el trabajo le realiza como persona y que le gusta asumir retos. No es bueno decir que sí, sino lo que aporta el trabajo a tu día a día laboral. Si puedes transmitir que el trabajo es una vocación, perfecto. Es posible que ganar la lotería te ayude a reducir presión, estrés y angustia y a disfrutar más del trabajo.
6. Háblame de una situación en la que no actuaste de forma adecuada. ¿Qué has aprendido de ella?
Es el momento de elegir con sinceridad una equivocación sin gravedad en cuestiones del día a día, y de la que hayamos sacado una lección. El entrevistador debe ver que de los errores se ha aprendido y que la experiencia en el trabajo nos ha hecho mejores porque ya hemos cometido errores que otros con menos trayectoria no han cometido. Y ya sabemos cómo lidiar con ellos para que no vuelvan a suceder.
7. Dígame algo de lo que se sienta un poco avergonzado.
Muchos entrevistadores formulan esta pregunta para tratar de cazar al candidato y comprobar si admite algo comprometido. Si no lo consiguen, analizan entonces si el candidato es capaz de superar la sorpresa inicial e improvisar. Es otra killer question y si no está bien preparado el candidato se puede poner nervioso y salir del trance hablando de asuntos personales o profesionales inadecuados; y esa es la peor opción.
La mejor estrategia es hacer una pausa para reflexionar y ofrecer una respuesta similar a esta: “A veces pienso que tengo que prestar más atención a algo, o hablar con alguien para evitar posibles confusiones, sobre todo cuando trabajo en equipo. Es cuestión de adelantarse a las situaciones en lugar de lamentarse después”. Una respuesta de este tipo da la oportunidad de transmitir apertura y sensatez, reconvirtiéndola en algo positivo.
8. ¿Cómo se siente reportando a alguien más joven o a una mujer?
Es una pregunta que busca prejuicios en el candidato. No hay que ser ni paternalista ni insensible. Es un buen momento para afirmar que se cree en la meritocracia por encima de edades o géneros. Y para demostrar que uno es capaz de trabajar en equipo y en el caso de que se opte a un puesto directivo o que tenga gente a su cargo mostrar que se puede lidiar con todo tipo de perfiles para sacar el máximo rendimiento a todos en pos de un logro de grupo.
Formación
9. ¿Por qué elegiste tus estudios?
El reclutador lo que quiere saber es si has aterrizado en ese sector o especialidad profesional por accidente, por obligación o por vocación. Obviamente, no es bueno que se hable de accidente ni obligación sino que la convicción, la constancia y la pasión por lo que se hace deben ser el sentido de la respuesta.
10. ¿Por qué abandonaste tus estudios?
¿Eres una persona conformista y te gusta tu zona de confort? Es lo que esconde la pregunta. Obviamente hay que orientar la respuesta a todo lo contrario. Si los estudios que se abandonaron no tienen que ver con el puesto al que se opta, se puede contestar con tranquilidad que se dejaron porque se descubrió que no era su verdadera vocación, no aportaban lo que se buscaba o alguna respuesta similar. Si el trabajo si está relacionado con los estudios que se dejaron hay que señalar que se debió a la inmadurez de la edad; o, si es el caso, las circunstancias personales que forzaron a abandonarlos.
11. ¿Qué cursos o seminarios has realizado en el último año?
El punto clave aquí es saber si el entrevistador es capaz de seguir aprendiendo, reciclarse. Si no se han hecho cursos recientemente, no se puede mentir al respecto sino darle un mensaje positivo a la respuesta: no se ha podido hacer por la intensidad del trabajo pero se tiene en mente ahora. Se puede hablar de cursos internos en sus anteriores empresas o, incluso, las herramientas o técnicas que se han adquirido de manera informal.
12. ¿En qué áreas crees que necesitarías reciclarte?
Con esta cuestión el reclutador busca que el candidato realice un ejercicio de autoanálisis. Hablar de perfeccionar siempre es mejor que decir que aprender. Nunca hay que contestar aspectos que puedan ser motivos de descarte por su importancia para el puesto al que se opta.
Trabajos anteriores
13. Hábleme de su último puesto de trabajo, ¿qué hacías, cuál era tu función?
En la descripción de nuestras anteriores ocupaciones profesionales debemos destacar las que mejor se adaptan al nuevo puesto, las más similares y las que se han potenciado para dar un mejor nivel ahora.
14. ¿Qué experiencia tienes en relación con este trabajo?
De nuevo es el momento de sacar a la luz con ejemplos prácticos tareas realizadas en otros puestos con éxito que estén relacionadas con el puesto al que se opta.
15. ¿Cuál ha sido la tarea más aburrida que has tenido? ¿Cómo lo realizaste?
Aquí al contrario. No decir nunca tareas que tengas que realizar en el puesto al que optas. Ser sincero, sí, sobre las que menos te satisfacían pero buscando el lado positivo, su utilidad y las habilidades obtenidas con ellas.
16. ¿Cuál ha sido la tarea más interesante que has tenido?
Hay que destacar aquellas relacionadas con la ocupación a la que se aspira y no resaltar las que no tienen nada que ver con ella. Relacionar tareas que puedas hacer en la nueva empresa que ilusiones y que sean inspiradoras, de hecho, que hayan motivado que hayas enviado tu cv a esa empresa y no a otra.
17. ¿Cuáles son los aspectos de tu anterior empresa con los que no estabas conforme?
Ésta es una de las preguntas delicadas en una entrevista de selección. Hay que intentar pasar por ella de puntillas. Nunca se debe criticar directamente a la dirección del trabajo anterior ni su política de empresa. Pero tampoco hay por qué estar de acuerdo con todo si se quiere resultar creíble, porque casi todo el mundo tiene algún desacuerdo en estos aspectos. Olvida referencias personales. Puedes hablar de promoción interna o de elementos de renovación de la empresa que creías necesario y no se llevaron a cabo por diferentes causas. En este caso intenta ser lo políticamente correcto que puedas, agradeciendo de todas formas todo lo aprendido y la oportunidad que te dieron.
18. ¿Cómo te actualizas a nivel profesional? Cuéntame algo nuevo que hayas tenido que aprender recientemente.
Se pueden señalar conocimientos o competencias que se hayan adquirido en cursos de formación recientes o también en el desempeño del anterior trabajo.
19. ¿Cómo era la relación con tu jefe, compañeros o con los subordinados?
No se debe entrar en ataques, críticas o descalificaciones personales hacia ellos, sino señalar siempre los aspectos positivos; aunque reconociendo que en el día a día siempre pueden surgir pequeñas diferencias para resultar creíbles en la respuesta. Pero sin profundizar en esos aspectos que puedan ser más negativos.
20. ¿Por qué te marchaste de la empresa o por qué te despidieron?
No hay que responder de forma improvisada, nunca. El mensaje ha de ser muy profesional, que dé la sensación de que el candidato está muy motivado y no está anímicamente tocado. No deben hacerse críticas a la antigua empresa, exjefes o excompañeros. Ni ser cínico ni destructivo. Siempre entendiendo la posición de los antiguos jefes y sus motivos aunque no estuvieras de acuerdo.
21. ¿Cuánto tiempo has estado en el paro?
Hay que decir la verdad, aunque se haya estado un largo periodo en el desempleo; señalando, eso sí, qué se ha hecho durante ese tiempo (búsqueda activa de empleo, entrevistas de trabajo o procesos de selección, cursos de formación, etcétera). También se puede aludir a la mala coyuntura del mercado laboral que dificulta enormemente acceder a un trabajo y justifica en mayor medida esos largos periodos de inactividad.
22. ¿Por qué has cambiado de trabajo tan a menudo?
El entrevistador está queriendo indagar con ella si eres una persona voluble que se cansa rápido del puesto, lo que puede hacerle pensar que vas a volver a hacer lo mismo.
Si es algo que se explica por las características del puesto o sector, porque esté caracterizado por la temporalidad, sustituciones, trabajos por proyectos, etcétera, hay que indicarlo para justificar esos cambios constantes.
Nunca hay que responder que se va en busca de un mejor salario porque eso indica una falta de compromiso con la empresa. Sí encajan en esta cuestión oportunidades de desarrollo personal que han ido surgiendo. La necesidad de crecer y arriesgarse con nuevos retos.
23. ¿A qué motivos atribuyes tus ascensos dentro de la compañía?
En esta pregunta sí se deben responder tanto las competencias profesionales, la componente técnica del trabajo; como las personales. Actualmente, no sólo se busca un tipo de profesional, sino también un tipo de persona. Y, sobre todo, señalar que se debe a un desempeño efectivo del trabajo, a la consecución de objetivos o a haber alcanzado una determinada rentabilidad. Si pueden concretarse y cuantificarse esos logros, mejor.
24. ¿Cómo conseguiste tu último empleo?
No mientas pero intenta que la búsqueda de empleo es para ti un trabajo en sí mismo. Si has usado las redes para tener contactos que te han abierto puertas mejor que mejor.
25. ¿Por qué has estado tanto tiempo en el mismo puesto y en la misma empresa?
Si se trabaja desde hace muchos años en la misma posición y compañía, se debe recalcar que se ha ido cambiando conforme lo hacía la empresa: nuevos productos, nuevos mercados, cambios de tamaño, de estructura... Si no ha habido ninguna transformación, se puede alegar que se valora la lealtad y la estabilidad, y el compromiso a largo plazo con un proyecto profesional en el que se cree.
26. ¿Por qué se ha contentado a su edad con un salario tan bajo?
Es otra cuestión para desestabilizar al entrevistado, otra killer question. Se puede contestar: ¿Cuánto estima usted que tendría que ser mi sueldo actual?”.
27. ¿Su último puesto ha sido su mejor trabajo?
Esta es una pregunta muy controvertida, otra killer question. Si el candidato opta por responder con un “sin lugar a dudas”, parecerá que su mejor trabajo ha pasado ya. Pero si contesta con un “no, mi mejor trabajo está aún por llegar”, puede dar la impresión de que no se ha dado todo en los puestos anteriores. Por lo que, para cubrir ambas orientaciones, una opción es responder que siempre se intenta dar lo mejor y que el mejor momento de la carrera profesional es el presente.
La empresa y el puesto
28. ¿Qué sabes de nosotros?
Es muy importante informarse sobre la empresa antes de acudir a la entrevista. Buscar información sobre su cultura corporativa, su historia y trayectoria, sus productos o servicios. Podría decirse que ha llegado el momento de hacerle un poco la pelota al reclutador. Lo que él está testando con esta cuestión es el grado de interés que el candidato tiene por ese empleo.
29. ¿Cuáles crees que serían tus funciones si fueras contratado por nosotros?
El reclutador quiere comprobar si el candidato tiene una visión errónea o no del puesto al que está optando, si lo sobrevalora o lo infravalora. Ceñirse a la oferta de empleo es lo mejor en estos casos. Ni más ni menos.
30. ¿No te parece que este puesto es superior a los que has ocupado con anterioridad?
Evidentemente, no gusta un candidato con un nivel profesional anterior inferior al del puesto al que se opta. Es otra killer question. Aquí hay que hablar de la ideoneidad del puesto y dar la sensación de que se espera crecer aún más.
31. ¿No te parece que este puesto es inferior a los que has ocupado con anterioridad?
En etapas de destrucción de empleo es habitual que haya candidatos optando a puestos inferiores a los que han desempeñado con anterioridad o a su nivel de formación. Esto no gusta en algunas empresas porque piensan que pueden tener un empleado frustrado en ciernes.
Es muy importante controlar la comunicación no verbal y la expresión del rostro en este tipo de cuestiones y responder de la forma más pausada posible. Un ejemplo puede ser: “Esto no tiene por qué ser un impedimento; al contrario, creo que es beneficioso para la empresa y para mí. El trabajo está muy complicado y ya no hay personas demasiado cualificadas para ningún puesto. Creo sinceramente que ésta es una buena oportunidad para mí”. No hay que decantarse y, como en la pregunta anterior, incidir en que ese puesto responde a lo que se buscas, que motiva, y que se está preparado para él y señalar de nuevo los puntos fuertes. Hay que dejar claro que se valora ahora que se apuesta por uno y que la lealtad y el compromiso por esta oportunidad está fuera de dudas.
32. Si le seleccionamos para esa posición, ¿qué acciones va a llevar a cabo durante la primera semana para mejorar?
Es una pregunta clave por lo que con humildad habrá que llevar trabajadas las ideas que tienes siempre y cuando coincidan con la empresa destacando la capacidad de adaptación a los objetivos de la empresa.
33. ¿Qué grado de disponibilidad tienes para realizar viajes de corta o larga duración, o incluso un cambio de residencia a otra ciudad o país?
En esta pregunta hay que responder exactamente lo que se piensa. Más pronto que tarde la verdad saldrá a la luz, mejor ser sincero.
34. ¿Con qué tipo de jefe te gustaría trabajar?
Hay que señalar que con un líder participativo y democrático porque se quiere resultar creíble y a nadie le gusta un jefe autoritario. La capacidad para formar equipos y tener empatía es cada vez más valorada por las empresas.
35. ¿Cuáles son tus pretensiones económicas?
Hay que evitar hablar de los aspectos económicos o de las condiciones de trabajo del puesto en los primeros pasos del proceso de selección. Eso debe abordarse en los últimos pasos, cuando se tienen posibilidades reales de ser elegido.
Pero si se formula la pregunta, hay que responderla, no se puede contestar que se prefiere no hablar de ese tema aún. Eso sí, se debe hacerlo dando una horquilla, nunca un número concreto; y siempre en términos brutos anuales, no neto mensual que da una sensación de falta de profesionalidad. Esa horquilla debe ser: el mínimo, aquel salario por debajo del cual no se está dispuesto a trabajar, sumándole 1.000 euros anuales; y en su parta alta, añadiendo a esa cantidad 5.000 o 6.000 euros. Debe ser una horquilla que esté en línea con lo que se está retribuyendo esa posición en el mercado; y siempre es bueno señalar que se está dispuesto a negociar esa cantidad, por ejemplo, si se tienen otro tipo de beneficios sociales o retribución en especie.
36. ¿Qué haría si le despidieran dentro de dos años?
En positivo siempre. Hay que contestar que la empresa habrá hecho posible adquirir nuevos conocimientos y habilidades y habrá reducido la intensidad de algunas de nuestras debilidades. Siempre se puede decir que no tiene por qué suceder y esperar que no sea así.
Motivación
37. ¿Por qué quieres trabajar en esta empresa?
Nunca deben señalarse sus condiciones económicas o cuestiones como la duración de las vacaciones o la cercanía al domicilio del candidato. Hay que aludir a aspectos como la cultura de la empresa, las posibilidades de desarrollo… es otro momento para echarle flores a la compañía en la que se quiere trabajar.
38. ¿Qué es lo que más te atrae de este puesto?
Hay que señalar aspectos ligados a la naturaleza de esa posición. Capacidad de crecimiento, nivel de la empresa en el sector, aprender del resto...
39. ¿Cuál es tu principal fuente de motivación? ¿Qué es lo que te motiva en un trabajo?
Sucede como en las dos preguntas previas. Nunca hay que destacar las cuestiones retributivas o de condiciones de trabajo; sino aspectos, por ejemplo, como el desarrollo profesional, la posibilidad de aprender, el sentirse parte de una empresa, equipo o proyecto, etcétera.
40. ¿Dónde te gustaría verte en cinco años?
Hay que centrar el mensaje en que la prioridad y motivación ahora mismo es incorporarse al puesto ofertado, aunque evidentemente siempre hay deseo de desarrollo profesional, como es normal. Siendo realistas y no demasiado ambiciosos.
41. ¿Por qué debo contratarle a usted?
Ha llegado el momento de volver a resaltar los puntos fuertes, sobre todo aquellos que pueden diferenciar del resto de candidatos; y acompañarlos con situaciones reales que se hayan vivido y demuestren esas capacidades.
42. ¿Estás participando en otro proceso de selección? ¿En qué compañía?
Si se está inmerso en otro proceso de selección hay que decirlo, pero señalando que este empleo interesa más. Lo que no se debe es dar el nombre de la otra empresa. Se puede contestar que han pedido confidencialidad y el entrevistador lo entenderá porque gustan las personas discretas.
Vida privada
43. ¿Cuál es tu estado civil? ¿Tienes hijos? ¿Cómo organizas tu tiempo?
Hay que dejar claro con naturalidad que vida personal y profesional son parcelas diferentes y no debe haber interferencias de la una en la otra. Y que se intenta que eso sea así en el día a día.
44. ¿Cómo compaginas el trabajo con el cuidado de la familia?
De nuevo hay que dejar claro que son parcelas distintas y que se cumple con la una y con la otra, que el candidato se organiza para que no se afecten mutuamente; y que no lleva los problemas de casa al trabajo ni del trabajo a casa.
45. ¿Tiene intención de quedarse embarazada?
Es una killer question que se realiza en ocasiones a mujeres en una franja de edad habitual para ser madres. Es un tema espinoso y la línea que distingue cuándo la pregunta está fuera de lugar es muy difusa. Lo mejor es mantenerse, de forma educada, en el ámbito profesional; pero si el reclutador hace claramente esa pregunta, se debe responder de la forma más objetiva y diplomática posible; e, incluso, se puede indicar que “no me acabo de sentir cómoda con esta pregunta, pero si para el proceso de selección es importante intentaré responderla”.
En ese caso, contestar con naturalidad simplemente, sin más explicaciones, que a corto plazo (un año) no entra en tus planes (si es realmente así).
46. ¿Cuáles son tus aficiones o qué deportes practicas?
En esta pregunta se puede responder casi cualquier cosa, excepto aquellas que puedan ser muy arriesgadas o proyectar una imagen demasiado rara o negativa del candidato.
47. ¿Cuándo puedes empezar a trabajar con nosotros?
Cuanto antes mejor. Se puede responder que de forma inmediata; o, en todo caso, en un par de días para poder organizarse.
COMPETENCIAS
Autonomía/iniciativa
48. ¿Qué hace cuando una decisión debe ser tomada y no existe ningún procedimiento al respecto?
La contestación debe ir orientada a demostrar que se es capaz de proponer actuaciones, ideas, soluciones. Que se tiene iniciativa.
49. ¿Qué hace cuando tiene dificultades para solucionar un problema?
La respuesta idónea sería explicar que lo primero en esos casos es analizar la situación para conocer qué es lo que está pasando y de acuerdo a ese análisis establecer un plan de acción. Y no tener problema en reconocer que si es necesario pedir ayuda, se pedirá. En las empresas no gusta el exceso de individualismo ni las personas que creen tener soluciones para todo; es normal que en ocasiones se necesite solicitar el apoyo de otros dentro de la organización.
50. ¿Qué ha hecho en su trabajo actual o en puestos anteriores para que resulte más gratificante o efectivo?
La contestación debe orientarse a explicar que para hacer mejor su trabajo el candidato se marca objetivos, diseña un calendario o un plan de acción. Incluso, se puede decir que establece recompensas por los hitos que va consiguiendo o por el cumplimiento de determinadas tareas.
51. Cuénteme los problemas del día a día propios de su puesto y qué hace para resolverlos.
Hay que citar como ejemplos problemas pequeños, cotidianos, que no supongan una hecatombe. Para resolverlos, primero se analizan para pensar después las soluciones. También es posible decir que se pide una segunda opinión para tener un mayor criterio o una visión más objetiva; o que se solicita ayuda si es necesario.
52. Ponga un ejemplo de alguna idea nueva que sugerido en el trabajo y qué resultados tuvo.
Es la oportunidad para destacar los logros profesionales. Se deben citar situaciones que sean realmente dignas de ser destacadas y preferiblemente que no se hayan incluido en el currículum porque esa información ya la tiene el entrevistador.
Dinamismo
53. Cite un ejemplo de alguna tarea especial en el trabajo que le haya demandado un esfuerzo importante. ¿Cómo la abordó? ¿Cuál fue el resultado?
De nuevo, como en la pregunta anterior, una buena ocasión para explicar más logros profesionales que no hayan salido a colación hasta ese momento.
54. ¿Cómo es su jornada de trabajo habitual?
El entrevistador se refiere con esta pregunta a cómo es un día en el puesto, cómo se organiza el candidato las tareas de un día típico. No hay que dar explicaciones sobre pausas para el café o similares, sino describir qué tareas se hacen en cada franja horaria del día y por qué se hacen en ese momento, siempre ligándolo a una mayor productividad o eficacia. Pero también hay que dejar claro que aunque se es organizado y planificador, siempre hay flexibilidad para adaptarse a las exigencias del momento, posibles incidencias que surjan sobre la marcha, reuniones imprevistas, encargos del jefe, etcétera.
55. ¿Cuánto tiempo extra ha trabajado recientemente? ¿Por qué?
No es bueno transmitir que no somos capaces de hacer la jornada en nuestro horario. Los extremos no son buenos. Tampoco se debe mostrar una inflexibilidad. Hay que destacar que cuando se es necesario se echan horas en beneficio del grupo o para sacar adelante un proyecto determinado.
56. ¿Qué hace en su tiempo libre?
Nada de actividades raras o que puedan colisionar con la imagen que debemos dar en nuestro puesto. Hay que saber separar trabajo y vida personal.
Orientación al cliente externo e interno
57. Defina quiénes eran sus clientes externos e internos y de qué forma atendía sus necesidades.
Hay que describirlos, pero siempre intentando dar una sensación de ser una persona accesible, orientada al cliente y positiva.
58. Describa alguna situación en que haya tenido que trabajar duro para satisfacer la demanda de un cliente. ¿Qué ocurrió? ¿Cómo lo hizo?
Lo recomendable es poner ejemplos de situaciones cotidianas que no sean de gran gravedad. No hay problema en reconoce que en ocasiones se pidió ayuda.
59. ¿Qué hace para mejorar la calidad de los proyectos a su cargo? Ponga un ejemplo de un proyecto en el que sintió que su equipo dio la altura.
Esta pregunta se le realiza a los mandos intermedios y la respuesta debe ir encaminada a dar la imagen de que se ejerce un estilo de liderazgo participativo. Siempre hay que resaltar que se consiguen los logros motivando al equipo, reconociendo sus éxitos y ayudando en sus fracasos o problemas.
Capacidad de adaptación
60. ¿Tuvo que hacerse cargo alguna vez de una tarea que no era la habitual en su rutina de trabajo? ¿Qué hizo?
Sí, y se hizo sin problemas y para lograr un bien mayor o un objetivo para la empresa y el grupo.
61. ¿Cuánto tiempo tardaría en trabajar con eficacia en este nuevo puesto?
Nunca decir que desde mañana porque no será real. Poner todo de su aparte para ir adaptándose en el menor tiempo de tiempo conociendo el equipo y las tareas y apostando por cualquier curso interno que pueda ayudar a acelerar la adaptación.
62. Cuénteme una situación en que la que hayas tenido que cambiar de actividad de manera imprevista.
No des muchos detalles algo simple y cotidiano bastará.
63. ¿Qué cambios ha vivido en los últimos años en su organización? ¿Cómo los ha sentido?
Hay que elegir ejemplos que no comprometan. Y decir que siempre se justificaron en beneficio de todos y se adaptaron a las circunstancias por complicadas que fueran.
64. ¿Alguna vez tuvo que hacerse cargo durante un tiempo de un área que no era la suya? ¿Cómo se manejó?
Es una pregunta para mandos y de nuevo hay que transmitir la sensación de que se ejerce un estilo de liderazgo democrático y participativo, que se sabe motivar a los equipos y reconocer sus logros, que se les ayuda cuando tienen problemas.
Toma de decisiones
65. ¿Cuáles son las decisiones que tomaba en su trabajo diario?
Es el momento de enumerar, si se han tenido esas responsabilidades, cuestiones tangibles con cierto peso, como las decisiones sobre presupuestos, la validación de proyectos, etcétera. Y si no se han desempeñado ese tipo de funciones con decisiones relevantes, hay que destacar sin pudor las pequeñas decisiones que todo profesional ha de tomar en su trabajo diario.
66. ¿Qué tipo de decisiones le cuesta más tomar?
Es una cuestión para mandos y directivos. Despidos o bajadas de sueldo. Pero hay que justificarlas y señalar que nunca se perdió la empatía con el trabajador y la realidad y el contexto en el que se produjeron.
Liderazgo
67. ¿Cómo motiva a su equipo?
También formulada a directivos y mandos. La respuesta más correcta es que se consigue haciendo partícipes de sus decisiones a los componentes del grupo, ayudándoles en sus pequeños fracasos y reconociendo sus éxitos.
68. ¿Alguna vez tuvo que trabajar con alguien difícil de tratar? ¿Cómo resolvió este problema?
Nunca se debe contestar que se han tenido problemas con los jefes, es mejor centrar la respuesta en algún compañero de igual nivel profesional. Diálogo, cesión, conciliación y positividad, claves.
69. Señale algún ejemplo de un logro concreto y destacado de su gestión como líder.
Es hora, sin pomposidad de hablar de resultados, metas alcanzadas, nivel de ventas o de rentabilidad o lo que proceda en cada caso.
70. ¿Qué procedimientos utiliza para evaluar a su equipo?
A diferencia de preguntas anteriores, ante esta pregunta sí se deben citar parámetros profesionales, como pueden ser ratios, cumplimiento de objetivos establecidos, etcétera; con aspectos personales, como la actitud, la capacidad de trabajo, el optimismo. Siempre destacar la ayuda del equipo y su evolución para lograr los objetivos, que nunca son como consecuencia de uno solo.
71. ¿Con qué frecuencia se reúne con sus colaboradores? ¿Cómo se desarrollan?
Es mejor reunirse periódicamente que no y hacer partícipe de decisiones a todo el equipo.
72. ¿Alguna vez ha tenido que reprender a un subordinado? ¿Cómo fue la situación?
Es mejor hablar de orientar y mentalizar. Dar a entender lo que para esa persona supuso cambiar su forma de hacer. No perder la empatía nunca.
Trabajo en equipo
73. Describe una dificultad que hayas tenido con algún compañero al trabajar en equipo.
Hay que explicar una situación concreta que haya pasado de verdad más o menos recientemente y que siempre se cuente de la misma forma, por si el entrevistador vuelve sobre este tema más adelante o repregunta sobre el mismo. Pero hay que hacerlo con un mensaje positivo, explicando cómo se abordó y qué lecciones se extrajeron.
74. Describa alguna tarea que haya tenido que realizar en grupo. ¿Cuál fue su aportación?
Nunca dar la imagen de individualista o prepotente. El ego en estos casos no es positivo.
75. ¿Cuáles son los aspectos que más valora cuando trabaja en equipo?
Implicación, ideas, mentalidad abierta, sensación de que se está en el mismo barco, que haya compañerismo. Y capacidad de trabajo con todos y para todos.
76. ¿Con qué grupos se ha sentido más cómodo y ha trabajado mejor? ¿Con qué personas le resulta más difícil trabajar?
Aquéllos que se involucran y luchan en equipo. Lo más complicado es trabajar con personas individualistas, con quienes no se toman en serio el trabajo en grupo. No ser nunca peyorativo.
Tolerancia a la presión
77. Describa un problema difícil al que haya tenido que enfrentarse.
Cíñete a otras respuestas que hayas dado antes en la entrevista en este sentido, si no darás las sensación de que has tenido muchas dificultades. Siempre hay que recalcar que han sido escasas. Como ya le comenté con anterioridad....
78. Cuente alguna experiencia laboral en la que haya trabajado dentro de unos límites muy estrictos de tiempo. ¿Cómo calificaría su desempeño en estas condiciones?
Se debe orientar la respuesta en un sentido que demuestre que el candidato se desenvuelve bien bajo presión, que le gusta trabajar por objetivos y que sigue un planning. Las empresas quieren empleados polivalentes y que sepan manejarse en esas circunstancias.
79. Cuando tiene una presión importante en el trabajo y se acumulan los problemas, ¿qué hace para resolverlos?
Debe responderse que hay que trabajar de forma organizada, sabiendo priorizar y delegar tareas; y si aun así no es suficiente, también hay que saber pedir ayuda a tiempo.
Comunicación verbal y persuasión
80. ¿Recuerda algún momento en que haya sido importante para usted saber transmitir sus ideas y/o sentimientos en el trabajo?
¿Eres manipulador? Esa es la pregunta y debes decir que no, pero que te importa que el ambiente de grupo es el idóneo para lograr objetivos. Pon un ejemplo de ellos en positivo.
81. Describa alguna idea que propuso a un superior y que no fue aceptada. ¿Por qué cree que no la aprobaron? ¿Qué hizo cuando esto sucedió?
Si no eres capaz de asumir la crítica o adaptarte a nuevas realidades perderás puntos.
82. ¿Qué haría si estuviera en desacuerdo con su superior?
Nunca dar la imagen de conflictivo. Daría mi punto de vista y si no es admitido intentaré hacer la tarea encomendada lo mejor posible y motivando al resto. A mí el primero.
83. ¿Mentiría por su empresa?
Ante todo hay que evitar posicionarse en los extremos contestando sí o no. Se puede dar una respuesta del tipo: “Nunca haría algo que dañara a la empresa para la que trabajo…”. Si el reclutador presiona en busca de una contestación más directa, lo recomendable sería elegir siempre la integridad personal.
Autoexigencia y responsabilidad
84. Mencione alguna ocasión en la que su desempeño haya sido más destacado en relación al de sus compañeros.
Mejor un logro conjunto alcanzado entre todo el equipo. Sin darse más mérito del necesario. No compararse con nadie.
85. ¿Cuáles son sus mayores logros profesionales?
Ahora es el momento de hablar de ti. Siempre es mejor hablar de logro cuando se ha logrado un reto adaptándose a las circunstancias y superando dificultades.
86. ¿Cuál ha sido el mayor error que ha cometido en su carrera profesional?
Ésta es otra killer question. Debe ser un error pero nunca gigantesco y siempre destacar lo que se aprendió de él.
87. ¿Cómo hace frente a las tareas que le disgustan?
Nunca se debe contestar que se dejan para lo último. Se puede decir que se hacen lo primero para darles salida cuanto antes y centrarse después en lo que más agrada; que se sigue un sistema de planificación; o incluso que se utiliza una forma de recompensa a sí mismo cuando se completan.
88. ¿Cuáles son tus metas profesionales a medio plazo?
Hablar de que se confía en esta empresa para resaltar lo positivo del perfil y añadir a las cualidades otras nuevas.
Habilidad analítica
89. ¿Considera que las tareas que realiza son relevantes para la organización? ¿Por qué?
La respuesta apropiada es que todo el mundo es importante en una organización, con más o menos peso dentro de ella, pero relevante. “Mi posición es importante por….” y se vuelve a aprovechar para destacar algunos de los puntos fuertes. La entrevista es una venta constante por parte del candidato, aunque con credibilidad, argumentos y una cierta humildad, huyendo de parecer un listillo.
90. ¿Usa datos financieros en su trabajo? ¿Cuáles incluye en sus informes?
En esta pregunta la contestación dependerá del perfil del candidato y del puesto al que aspira. No en todas las posiciones se manejan datos financieros. Si en la del candidato no se utilizan no hay problema en contestar que no se hace.
91. Describa una situación compleja por la que haya atravesado su departamento en los últimos años. ¿Cómo la analizó? ¿Qué decisiones tuvo que tomar? ¿Cómo coordinó a su equipo?
Esta pregunta se realiza cuando se opta a un puesto directivo o de mando intermedio. Se debe contestar con un ejemplo de un problema no muy trascendente y explicar las lecciones aprendidas de aquella coyuntura.
Control emocional
92. ¿Recuerda alguna ocasión en la que haya perdido los nervios en el trabajo? ¿Por qué?
Aquí la respuesta idónea es decir que no.
93. ¿Qué comportamientos le disgustan tanto que pueden hacerle salirse de sus casillas?
Es importante contestar la verdad sin criticar directamente a ninguno de los jefes, compañeros o subordinados con los que se haya trabajado antes. Por ejemplo, se puede contestar: “Me disgusta la falta de puntualidad” o la falta de compromiso, que son respuestas fácilmente aplicables a todo el mundo.
94. Cuando tiene problemas personales, ¿cómo lo manifiesta en su entorno de trabajo?
Lo ideal es decir que nunca.
95. ¿Qué respondería si le dijeran que su actuación ha sido ineficiente?
Calma. Intentaría ver las razones, analizar lo hecho y mejorar.
Sociabilidad
96. ¿Quiénes son tus mejores amigos en el trabajo? ¿Qué valoras más en esas personas?
Nunca decir que no se tienen, pero tampoco dar nombres propios.
97. ¿Con qué compañeros mantenías mejor relación?
Ser genérico y hablar del ambiente de grupo en positivo.
Capacidad de delegar
98. Cuando estás desbordado de trabajo, ¿qué haces? ¿Cómo te organizas para terminarlo?
La respuesta adecuada debe incluir las palabras planificación, calendario, agenda. También apoyándose en el equipo y distribuyendo tareas, si es el caso de un responsable de un grupo, de forma cualitativa, cuantitativa y equitativa.
99. Cuando has tenido que delegar alguna de tus tareas en otra persona, ¿cuál ha sido el resultado?
Si en esa experiencia ha sido positivo, se debe contar. Si no fue así, no se ha de mentir, pero se pueden utilizar frases sin un sentido demasiado catastrófico, como: “No fue el que yo esperaba pero charlamos y le pusimos remedio…”.
100. ¿Cómo repartes las tareas entre los miembros de tu equipo? ¿Qué criterios utilizas?
Es una cuestión que se plantea sólo a los mandos. La respuesta apropiada es que se hace atendiendo a criterios de cualidad, cantidad y, sobre todo, equidad. Apreciando en qué es mejor cada componente del grupo, pero siempre haciendo partícipes a todos, e intentando no frustrar a nadie.