El Real Madrid jugará por tercer año consecutivo la final de la Liga de Campeones después de empatar a dos goles en la vuelta de las semifinales con un Bayern de Múnich superior también en la vuelta en el Santiago Bernabéu, donde sometió a un asedio continuo al actual campeón, agarrado a su instinto de supervivencia y a la buena noche de Keylor Navas y Karim Benzema.