El pasado viernes por la tarde, en una playa de San Luis, capital del estado de Marañón, Brasil, se vivió un dramático rescate en alta mar protagonizado por Bruno Lobo, un médico y deportista olímpico de kitesurf de 31 años. Lobo, quien es reconocido como uno de los más destacados deportistas de vela en Brasil, se encontraba probando un nuevo soporte para grabar en su equipamiento deportivo cuando se convirtió en el héroe del día.
El incidente ocurrió alrededor de las 17:40 horas, cuando Lobo decidió adentrarse en el mar por última vez durante su jornada de pruebas. Fue entonces cuando escuchó gritos de auxilio provenientes de una joven que se encontraba en peligro, ya muy alejada de la orilla. La marea estaba bajando con fuerza, lo que complicaba aún más la situación de la joven, quien se encontraba exhausta tras luchar contra el oleaje.
Cuando Lobo se percató de la situación de peligro por la que pasaba la nadadora usó con destreza sus habilidades con la cometa y tras darse la vuelta se colocó detrás de ella para ayudarle a llegar a de nuevo a la orilla, donde un equipo de socorristas estaba listo para prestar los primeros auxilios. Afortunadamente, la joven fue rescatada a tiempo y se encuentra en buen estado de salud.
El rescate fue grabado en vídeo gracias al nuevo dispositivo que Lobo estaba probando, lo que permitió documentar toda la secuencia del rescate. En un video grabado al día siguiente, Lobo reflexionó sobre la importancia de "estar en el lugar correcto, en el momento correcto porque, ciertamente, si yo no hubiera estado allí, la joven no habría resistido", afirmó el deportista en sus redes sociales.
Este incidente pone de relieve la peligrosidad del mar, especialmente en San Luis, donde las mareas pueden ser particularmente traicioneras. Lobo aprovechó la oportunidad para advertir a los bañistas sobre los riesgos del mar y la importancia de estar siempre alerta. "Cuidado: el mar es peligroso. La marea está bajando muy fuerte en São Luís", advirtió.
El rescate de Lobo se enmarca en un contexto preocupante en Brasil, donde, según el boletín 2024 de la Sociedad Brasileña de Rescate Acuático, 15 personas se ahogan cada día, de las cuales 3 son niños y 2 son adolescentes. La organización estima que en 2022 se habrían producido más de 100.000 ahogamientos no mortales en el país. informa el diario brasileño Folha de S. Paulo.
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