Llegó el momento de despedirse. Rafa Nadal se retiraba ayer, martes 19 de noviembre, como tenista profesional. Lo hacía con el sabor amargo de la derrota del combinado español en la Copa Davis en Málaga, pero con la convicción de haberlo dado todo y agradecido por el cariño y apoyo recibido a lo largo de su trayectoria.
Para el pesar de su legión de fans, se cierra una etapa, pero ahora el de Manacor empieza otra y, definitivamente, no dirá completamente adiós al tenis. El ganador de 22 ‘grandes’ no va a desligarse completamente del deporte que siempre le ha apasionado.
Él mismo lo ha querido dejar claro estos días. No es su mente, –que siempre ha pensado en tenis–, la que le lleva a le retirada. Es su cuerpo, fatigado y desgastado ya tras un cúmulo de lesiones derivadas de intentar dar siempre el máximo en lo máximo del tenis.
“No he terminado quemado del tenis, si pudiera continuaría jugando al tenis, pero no tengo la posibilidad de entrenar y competir al nivel que me compense lo personal”. “Me he querido dar la oportunidad de intentarlo para tener la certeza de que lo que he hecho ha sido lo máximo que he podido, y así irme con la tranquilidad personal de haber hecho ese último esfuerzo que requería la situación. Sin embargo, por edad y por la lesión, ha llegado el momento de decir hasta aquí", expresaba ya desde la rueda de prensa previa a la Copa Davis.
Interiorizando y aceptando lo inevitable para toda persona y para todo deportista en la élite, ahora Rafa afronta ya ‘el día después’ de la retirada. Abriendo un nuevo ciclo, su futuro, no obstante, va a seguir ligado a la raqueta.
Por si no bastase con su legado, el mallorquín lo dejaba claro en su discurso de retirada en el Martín Carpena de Málaga: “Me voy a retirar del tenis profesional, pero sigo estando aquí para cualquier cosa. Espero ser un buen embajador para el tenis”.
Con esas palabras, Rafa Nadal, que ya en otras ocasiones ha expresado también que no tenía “ningún miedo” al después, aseverando que siempre ha sido también “feliz fuera del tenis”, sintiéndose un “privilegiado” y agradecido a todos, dejaba claro sus próximos pasos.
Lo primero será su familia, con la que ahora podrá compartir más tiempo y a un ritmo mucho más pausado que el que le exigía la competición. A ellos, –a los suyos–, dedicó también palabras de agradecimiento en su despedida: “Nunca me ha fallado. Han estado conmigo en los momentos malos y me han mantenido con los pies en el suelo cuando todo iba bien. Eso hace que lo que viene en el futuro sea más fácil de llevar. Todos los cambios llevan un proceso de adaptación, pero he recibido una educación que me permite ser consciente de que he hecho todo lo que dependía de mí”, dijo.
De igual modo, ahora también podrá entregarse todavía más al que ha sido su gran proyecto de vida, y de alguna forma otra familia: la Rafa Nadal Academy de Manacor, referente mundial para la formación de tenistas pero también un megacomplejo deportivo que, –tras ampliarlo en todo este tiempo desde su inauguración en octubre de 2016, con la presencia de su rival y amigo Roger Federer–, también es espacio para el desarrollo y crecimiento de otros deportes como el ciclismo o el fútbol.
Además, otro de sus focos de atención está en su fundación, la Fundación Rafa Nadal, que representa otro de sus más grandes proyectos desde que fuese lanzada en 2010. Impulsada también por su progenitora y dirigida por su esposa, Mery Perelló, sus causas son sin duda otra fuente de impulso para Rafa Nadal más allá del tenis profesional.
Por otra parte, el denominado ‘rey de Roland Garros’ tiene también una academia en Kuwait y estrenará otra en Arabia Saudí, donde desde el pasado mes de enero ejerce de embajador de su federación de tenis.
Más allá, Rafa se ha dejado querer en su adiós por la Federación Internacional de Tenis y seguirá presente en múltiples actos asociados al deporte. Uno de ellos, especialmente esperado y simbólico aunque sin fecha y confirmación, podría ser una exhibición entre el histórico dúo Nadal-Federer en el Bernabéu, algo cuya posibilidad de producirse dejó caer el agente del tenista suizo, Tony Godsick.
El también propietario y fundador de la Laver Cup expresó igualmente su “sueño” de que los dos grandes del tenis estuviesen en el banquillo de la competición que organiza, turnándose la capitanía.
Además, aquí en España, el actuar seleccionador nacional, David Ferrer, apuntó a otra opción de futuro: ve a Nadal como perfecto candidato al banquillo de España.
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