Rafa Nadal ha anunciado hoy su retirada, pero en estos momentos se encuentra en su Mallorca natal preparando el que será su último campeonato, la Copa Davis, que no juega desde hace 5 años y que se celebra en Málaga del 19 al 24 de noviembre. Tras su anuncio, las reacciones de homenaje y agradecimiento no dejan de sucederse, demostrando que se trata de uno de los deportistas más queridos de nuestro país, no solo por sus triunfos, sino también por su personalidad dentro y fuera de la pista.
Mientras su vídeo en el que anunciaba su retirada del tenis profesional se viralizaba, el balear entrenaba en su academia en Manacor. Su esfuerzo y sacrificio le ha acompañado desde el comienzo en una trayectoria que hoy es sin duda histórica.
El Nadal que vimos de niño lo marcaría para toda la vida. Ya entonces luchaba y aprendía con humildad. Su tío, su primer entrenador, siempre ha destacado de él esa capacidad de aprendizaje y algo que lo ha hecho único: si hubiera sido mejor técnicamente no habría desarrollado ese físico y esa tenacidad que le hizo luchar cada punto hasta la extenuación.
De sus comienzos entrenando con los grandes en la Copa Davis a su primer Roland Garros en 2005. Cumplía 19 años. Y de ahí a lo más alto: 92 títulos; 209 semanas número 1 del mundo; 14 Roland Garros y 2 Wimbledon. En la hierba, su amigo y mejor rival, Roger Federer, con tres finales míticos.
Rafa Nadal ganó 22 Grand Slams, pero dejó de jugar otros 16 por lesiones. El dolor le ha acompañado siempre desde que en 2004 le impidió jugar los juegos de Atenas y muchos auguraron una carrera complicada. Lo ha sido, pero el dolor le hizo mejor todavía.
El gráfico que muestra todas sus lesiones refleja un cuerpo magullado, pero su mente ha sido siempre de una fortaleza inigualable.
Se llama hambre en la pista. Nadal se comía a sus rivales, y cuando perdía, como en 2009 con Robin Söderling, lesionado en la rodilla, llegaba al año siguiente y lo ganaba en la final de Roland Garros. Ese año se llevó Wimbledon y US Open.
Siguió ganando a pesar de sus lesiones. En 2018 demostró que sus valores saltaban de las pistas al barro, en la riada que asoló a su tierra, durante las fuertes inundaciones caídas en Mallorca.
En 2023 su peor lesión le retiró todo el año. A pesar de que intentaba volver, lo explicaba en rueda de prensa: “Es difícil para mí porque no es una decisión que tome yo sino una decisión que toma mi cuerpo”.
En ese tiempo Nadal tuvo un hijo, una nueva ilusión y una nueva manera de afrontar su vuelta al tenis. En 2024 lo ha intentado tras regresar de nuevo, pero ahora, finalmente, comunica el que será su adiós.
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