Los Juegos Olímpicos de París 2024 se celebrarán del 26 de julio al 11 de agosto, y están enmarcados en un contexto de alta vigilancia y medidas de seguridad sin precedentes, diseñadas para enfrentarse a posibles amenazas terroristas. Estas son las estrategias y acciones que se están implementando de parte de la organización y del propio gobierno francés para garantizar la seguridad de atletas, espectadores y residentes durante este evento de máxima expectación a nivel global.
Desde marzo de 2024, Francia ha elevado su nivel de alerta terrorista al máximo, denominado "urgencia atentados", en respuesta a al ataque en Moscú reivindicado por el Estado Islámico hace tan solo unos meses. Este nivel de alerta se mantendrá, con toda probabilidad, hasta el final de los Juegos Paralímpicos en septiembre de 2024. Este contexto de alta seguridad no es precisamente nuevo para Francia, que ya ha desbaratado numerosos intentos de realizar atentados durante los últimos años.
El plan Vigipirate es el marco de seguridad antiterrorista de Francia, creado en 1978, y que incluye una serie de medidas para proteger su territorio nacional. Durante los Juegos Olímpicos, se aplicarán controles reforzados en los puntos de entrada al país, así como en lugares públicos y transportes. También se ha intensificado la vigilancia en estaciones de tren, aeropuertos y otros centros de transporte para prevenir cualquier intento de ataque.
Uno de los desafíos más significativos es la ceremonia de apertura, que se llevará a cabo a lo largo del río Sena en lugar de un estadio cerrado, con cerca de 600.000 espectadores esperados a lo largo del recorrido. Esta innovadora decisión presenta problemas muy concretos de seguridad. Se ha establecido un perímetro de protección extendido que incluye cierres de todas las estaciones de metro cercanas y restricciones al tráfico. Además, los residentes que deseen ver la ceremonia desde sus balcones deben registrarse previamente en una plataforma digital para evitar sustos y posibles tiradores.
El dispositivo de seguridad para París 2024 es monumental. Incluye la movilización de 45,000 agentes de policía, gendarmes y fuerzas especiales a lo largo de todo el evento. Además, se emplearán tecnologías avanzadas como sistemas antidrones para prevenir cualquier amenaza aérea. La llama olímpica, que ha recorrido nada menos que 12,000 kilómetros antes de llegar a París, ha estado protegida en todo momento por una "burbuja" de seguridad compuesta por 115 policías y gendarmes, que además ha estado reforzada por fuerzas móviles adicionales.
Las amenazas endógenas, aquellas provenientes del interior del país, son una de las preocupaciones principales. Los recientes atentados en Francia han demostrado la capacidad de actores solitarios para ejecutar ataques significativos en suelo francés. En respuesta, se han intensificado las visitas domiciliarias y los registros administrativos. Al mismo tiempo, las amenazas exógenas, provenientes de actores internacionales, también se mantienen en riesgo alto, influenciadas por los actuales conflictos globales y la actividad incesante de grupos terroristas como el Estado Islámico.
Además de las amenazas físicas, la ciberseguridad es un componente crítico del plan de seguridad. Se han implementado medidas para proteger las infraestructuras digitales y la integridad de las comunicaciones. De la misma manera, se están tomando precauciones contra la manipulación informativa y las injerencias extranjeras que podrían intentar desestabilizar el evento o desprestigiarlo mediante campañas de desinformación.
En el desafortunado caso de que se produzca un ataque, el GIGN (Grupo de Intervención de la Gendarmería Nacional) estará preparado para intervenir de inmediato. Además, aunque no se ha divulgado públicamente, las autoridades tienen un "Plan B" para la ceremonia de apertura y también para tantos otros eventos críticos, garantizando con ello que existen alternativas seguras si las condiciones así lo requieren.
Los Juegos Olímpicos de París 2024 representan un desafío de seguridad sin precedentes, requiriendo un enfoque multidisciplinar para proteger a todos los participantes y asistentes. Desde el despliegue de fuerzas de seguridad hasta avanzadas medidas de ciberseguridad, Francia está tomando todas las precauciones necesarias que están en su mano para garantizar que los Juegos de este año sean recordados no solo como un éxito deportivo, sino también como un evento seguro y protegido.