Durante muchos años se ha dicho que los atletas deben abstenerse de tener relaciones sexuales antes de una competición. Ejemplo de las restricciones que se toman son las camas ‘antisexo’ instaladas en las habitaciones de los jugadores durante los pasados Juegos Olímpicos de Tokio.
Ahora, que la selección española de fútbol masculino disputará el domingo día 14 a las 21:00 horas la final de la Eurocopa en Berlín vuelve la duda: ¿Es cierto que los jugadores deben abstenerse de mantener relaciones sexuales antes del partido? José Francisco Tornero-Aguilera, profesor e investigador en el área del Deporte en la Universidad Europea, revisa los estudios publicados para responder a esta polémica cuestión.
Un estudio realizado por Bohlen et al. (1984) publicado en "Archives of Sexual Behavior" encontró que las relaciones sexuales no tenían un impacto negativo significativo en la fuerza física ni en la capacidad aeróbica si se realizaban al menos dos horas antes de la competición.
Otro estudio de Lara et al. (2015) en el "Journal of Sports Medicine and Physical Fitness" sugiere que la actividad sexual no tiene un efecto perjudicial en el rendimiento deportivo y que, en algunos casos, puede incluso tener efectos beneficiosos al reducir el estrés y la ansiedad.
Un análisis más reciente realizado por Leuders et al. (2019) en "Frontiers in Physiology" examinó los efectos de la actividad sexual en el rendimiento deportivo y concluyó que no hay evidencia suficiente para afirmar que la abstinencia mejora el rendimiento. El estudio sugiere que los efectos de la actividad sexual pueden variar considerablemente entre individuos, dependiendo de factores como la intensidad de la actividad, la relación emocional con la pareja y el tiempo de recuperación posterior.
Algunos casos, como en el boxeo, Muhammad Ali es conocido por haberse abstenido de tener relaciones sexuales antes de una pelea, creyendo que esto le ayudaba a concentrarse y conservar su energía. Sin embargo, no hay evidencia científica robusta que respalde esta práctica de manera universal.
En el fútbol americano, algunos entrenadores han impuesto restricciones sobre el consumo de alcohol y la actividad sexual en vísperas de partidos importantes, basándose en la creencia de que esto mejora el rendimiento. Sin embargo, estudios recientes, como el de Frappier et al. (2016) en el "Clinical Journal of Sport Medicine", no encontraron pruebas concluyentes de que la abstinencia sexual mejorara el rendimiento.
El experto en deporte José Francisco Tornero-Aguilera tras un repaso por los estudios que han analizado la efectividad de la abstinencia sexual concluye que "la actividad sexual debe ser una decisión personal basada en las experiencias y preferencias individuales del atleta".
"El alcohol antes de una competición sí que puede tener efectos negativos significativos en el rendimiento deportivo. Estudios han demostrado que el alcohol puede afectar la coordinación, la fuerza, el tiempo de reacción y la capacidad aeróbica", afirma Tornero-Aguilera.
Según Barnes (2014), el consumo de alcohol puede llevar a la deshidratación, afectar la síntesis de proteínas y reducir la capacidad de recuperación muscular.
Además, el alcohol puede interferir con el sueño, lo cual es crucial para la recuperación y el rendimiento óptimo (Maughan, 2006).
Así mismo, otro estudio de Shirreffs y Maughan (2006) en el "Journal of Sports Sciences" encontró que incluso cantidades moderadas de alcohol pueden tener efectos adversos sobre la rehidratación, la recuperación de glucógeno y la función inmunológica, todos cruciales para los atletas de élite. Por lo tanto, "¡Ni gota de alcohol!", concluye el experto en ciencias del deporte.
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