Un nuevo ejemplo de la censura iraní que se cierne sobre cualquier ámbito de la sociedad ha vuelto a producirse en el mundo del fútbol, donde ha sido un portero, Hossein Hosseini, internacional con Irán, el que ha sido multado y suspendido y casi apaleado por el mero hecho de hacer un gesto de abrazar a una aficionada que había saltado al campo al término del partido yendo hacia él; un momento que ha recordado a uno similar con Cristiano Ronaldo como protagonista.
Pese a que el guardameta apenas le da unas palmadas en su espalda, ese gesto en la República de Irán sale caro. Además de la suspensión, tendrá que pagar 4.400 euros por abrazar sutilmente a la aficionada en el estadio Arak, tras el partido entre su equipo, el Esteghlal de Teherán, y el Aluminium Arak, en la Iran Pro League.
El régimen de Irán no permite que los hombres toquen a una mujer fuera de su familia; una norma que el año pasado, según medios locales, cayó sobre el jugador Cristiano Ronaldo. Se habló de que había sido condenado a 99 latigazos. Y no solo eso, porque su mujer, Georgina Rodríguez, también fue víctima de la censura del régimen, con una imagen retocada (para quitarle glúteo) que dio la vuelta al mundo.
Hasta hace poco, las mujeres en Irán ni siquiera podían asistir a los partidos de fútbol. Por eso, muchas de ellas se hacían pasar por hombres para acceder a los estadios, como el caso de Sahar Jodayarí. En 2019 se inmoló tras saber que podía ser condenada a seis meses de cárcel.
Sahar se convirtió en un símbolo de la lucha por la igualdad y causó tanto revuelo que consiguió el acceso de las mujeres a los campos de fútbol tras 40 años de prohibición; una pequeña victoria ante un largo camino que recorrer.
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