Recuperando su mejor versión tras pasar por una etapa que ha reconocido como “difícil” y en la que le costaba “disfrutar en pista”, Carlos Alcaraz ha vuelto a la senda del triunfo tras imponerse al ruso Daniil Medvedev (7-6(5), 6-1) para ganar por segundo año consecutivo el torneo de Indian Wells.
El murciano conquista así su primer Masters 1.000 de la temporada y, tras una semana y media muy intensa, ha finiquitado el llamado ‘quinto grande' casi con un monólogo.
Tras eliminar a Alexander Zverev o Jannik Sinner, --y tras tener que lidiar en el camino con el ataque de abejas en cuartos y una suspensión de tres horas por la lluvia contra el invicto italiano--, el oriundo de El Palmar defendió sus dominios en el desierto californiano.
Con una gran exhibición, el tenista español ha probado que vuelve a ser temible como cuando llegó en 2022 a la cima del ranking ATP o cuando en 2023 ganó seis títulos. El último de ellos fue Wimbledon y, a partir de ahí, el español terminó por encontrarse con algún percance físico y más derrotas de lo habitual; una tendencia que ha roto esta semana.
“Ha sido un periodo realmente difícil tras Wimbledon. No podía encontrar mi estilo. Mi familia, mi equipo, la gente cercana a mí me decía que qué me pasaba, que ya no sonreía tanto en pista. Me costaba disfrutar en pista. No era yo mismo”, reconocía ante los medios.
Sin embargo, en Indian Wells volvía su mejor tenis. Defendiendo el trofeo sin discusión ante un Medvedev que empezó con un 0-3 a favor, Carlos Alcaraz fue de menos a más para protagonizar una gran victoria.
Arrancando con algunos errores de inicio, empezó pronto a conectar golpes ganadores, creciendo su juego para recuperar el 'break' en el quinto juego.
La manga inaugural se mantuvo igualada hasta una muerte súbita en la que Alcaraz confirmó estar por delante en el partido, no sólo en el marcador, sino en juego y sensaciones. El ruso, que llegó a igualar a cinco con tres puntos seguidos, cedió el 'tie-break' en un duro desenlace que empezó a minar su moral. Medvedev no encajó bien la derrota parcial y menos dejar escapar un 0-30 en la reanudación.
Decidido a no ceder su saque en el primer juego y al ataque mientras su rival empezaba a desquiciarse, el pupilo de Juan Carlos Ferrero logró el 'break' (3-0). El ruso trató de meterse en la final soltando raquetazos a discreción y calentando al público, pero el de El Palmar no apartó el rumbo hacia su primer título en 2024, 13º de su carrera y el quinto Masters 1.000.
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