El abultadísimo resultado de un partido de fútbol infantil ha vuelto a reabrir un debate recurrente que apunta siempre en varias direcciones: por un lado, hacia el compañerismo y la solidaridad en el deporte; por otro, hacia si es necesario que resultados así queden reflejados en el acta tal y como son. En este caso, el marcador fue de 41-1 e involucraba a niños de entre 12 y 13 años de dos equipos asturianos, el UD Gijón Industrial y el Club Marino de Luanco.
El encuentro tuvo lugar el pasado fin de semana, el sábado 10 de febrero, en la segunda división infantil del fútbol en el Principado. Apenas acababa de sonar el silbato del árbitro para dar inicio al enfrentamiento y el UD Gijón Industrial ya había anotado sus primeros tantos. En los primeros 40 minutos, de los 80 fijados para este tipo de encuentros, ya llevaban 17 goles a favor. Al término del partido, promediaron prácticamente una media de un gol cada dos minutos.
Ante el escenario que se dibujaba en el terreno de juego, en medio del encuentro intentaron parar el partido. El propio técnico local lo reclamó, reconociendo en declaraciones a Marca que era “un partido que no quería jugar”, en el que hicieron rotaciones para jugar todos, pero que no quería disputar. De hecho, asegura que llegado a un punto ni siquiera los propios jugadores “marcaban contentos”, ante lo abultado del marcador.
Aunque reclamaron al árbitro que todo acabase cuando ya todo estaba sentenciado solo con la primera parte, --y pese a que el propio colegiado compartía la opinión, según afirman--, no podía apoyarlo por la normativa vigente. Debían ser 80 minutos.
Al término del encuentro, los jugadores del UD Gijón Industrial acudieron a saludar y apoyar a cada uno de los integrantes del Luanco, donde desde el primer momento existía preocupación por el estado anímico de los jugadores.
De hecho, como informa Marca, durante el partido además se lesionó uno de los 12 jugadores que tenía el Marino de Luanco, tras lo cual el técnico del equipo rival quiso quitar también a un jugador para jugar 10 contra 10.
Con todo, el partido llegó hasta su último minuto y acabó con un 41-1 que fue llevado directamente al acta; algo que ahora está también en el foco del debate.
Cada federación puede establecer un reglamento para abordar este tipo de situaciones o goleadas, y en el caso de la Federación Asturiana se dictó que resultados tan grandes se computasen solo como una diferencia de cinco goles. Dicho de otro modo, en este caso el resultado oficial es de 6-1, pero en el acta sigue figurando el real.
En este sentido, en la web de la federación sale reflejado que llevan 100 goles en contra en los 19 partidos disputados, pero realmente, sin esa medida, serían 366.
Con la noticia de lo ocurrido en el partido dando ya vueltas por múltiples medios nacionales y el debate extendiéndose a las redes sociales, los jugadores y el cuerpo técnico, más allá de lo sucedido en el terreno de juego, se han visto ahora inmersos en un debate que exige respeto.
Entre todos los mensajes que están recibiendo, algunos llegan a cargar contra los equipos, y en especial contra el UD Gijón Industrial, donde su entrenador, --que cuenta en Marca que ha pensado incluso en dejar los banquillos, reiterando que nunca quiere hacer mal a nadie y siempre intenta "ayudar"--, no deja de manifestar su preocupación especialmente por los jugadores.
“No sé cómo gestionarlo”. “Pedir perdón porque esto no lo merece nadie y lamentablemente existen estas diferencias”, ha dicho al citado diario deportivo.
Entre tanto, el debate se extiende, con algunos señalando que el 41-1 no debería constar como tal en el acta, otros insistiendo en que debería haberse parado el encuentro previamente y algunos señalando que las goleadas, en mayor o menor medida, no dejarán de suceder en el fútbol. Dicho de otro modo: el debate no termina.
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