El exvicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA), José María Enríquez Negreira, ha caído al suelo sin causa aparente justo a las puertas del Instituto de Medicina Legal, en Cataluña, donde será examinado para evaluar si sufre problemas de salud, que le impidan enfrentar su responsabilidad ante la Justicia, como alega su defensa.
El ex jefe de los árbitros, José María Enríquez Negreira, ha sido ayudado por su esposa tras sufrir una caída este martes a su llegada al Instituto de Medicina Legal de Cataluña para ser examinado por un forense que debe certificar si padece síntomas de demencia, como ha alegado su defensa ante el juez para esquivar el proceso conocido como 'caso Negreira'.
La defensa de Negreira, acusado de varios delitos de corrupción subraya en que no se le puede atribuir lo que ocurrió después de que dejara la presidencia, por lo que el plazo de prescripción debe contar desde el día que dejó el cargo.
Negreira ha llegado caminando al Instituto de Medicina Legal de Cataluña hacia las 9:30 horas de la mañana junto a su mujer y su abogado y en un momento dado ha tropezado sobre sí mismo y ha caído al suelo, si bien se ha podido levantar con el apoyo de sus acompañantes y ha proseguido su marcha hasta el edificio donde le practicarán las pruebas.
El objetivo de la prueba es comprobar si el investigado, de 78 años, sufre un deterioro cognitivo que le incapacita para poder afrontar un proceso penal, argumento que adujo su defensa ante la Fiscalía cuando el ministerio público estaba todavía investigando el caso, lo que derivó en una denuncia ante el juzgado contra Negreira y contra los expresidentes del Barça Sandro Rosell y Josep Maria Bartomeu.
De hecho, el magistrado tiene aún pendiente citar a declarar a Negreira y a los dos exdirectivos del Barça a quienes denunció la Fiscalía por los pagos al exárbitro y a su hijo, que el club justificó con que correspondían a informes sobre arbitrajes.
En paralelo, la Guardia Civil está analizando la documentación intervenida en el registro que ordenó el juez de las oficinas del Comité Técnico de Árbitros (CTA) situadas en las dependencias de la Federación Española de Fútbol (RFEF) en Las Rozas (Madrid), así como la que ha aportado el FC Barcelona sobre el caso, a requerimiento del juzgado.
A finales del mes pasado, el instructor dictó un auto en el que acordaba imputar un delito de cohecho a los denunciados en el “caso Negreira”, que se suma así a los de corrupción entre particulares en el ámbito deportivo, administración desleal, falsedad en documento mercantil y blanqueo de capitales que hasta ahora se les atribuían.
El juez sospecha que los pagos al exárbitro y a su hijo pudieron obedecer a una “forma novedosa de posible retribución ilegítima a árbitros de fútbol”, en un contexto de una “posible corrupción sistémica en el seno del CTA” en la época en que Negreira era vicepresidente de este organismo.