"Mutuo, eufórico y consentido". Así es como ha definido Luis Rubiales el beso en la boca que plantó a la jugadora de la selección española de fútbol femenino Jennifer Hermoso durante la entrega de las medallas por la histórica conquista del Mundial de Australia y Nueva Zelanda. Ha sido durante la comparecencia por la asamblea extraordinaria de la Real Federación Española de Fútbol tras las innumerables críticas y denuncias contra su comportamiento, en la que además ha subrayado hasta en cinco ocasiones consecutivas que no va a dimitir.
Tras pedir "disculpas sin paliativos" por sus gestos tocándose su partes en el palco, a escasa distancia de la reina Leticia y la infanta Sofía, en lo que ha definido como otro momento "de mucha emoción" en el que dice que se dirigía a Jorge Vilda para reivindicar su papel en la victoria conseguida, el de Motril ha pasado a referirse al polémico beso a la campeona del mundo.
"El beso, el pico, más un pico que un beso... Quiero dar mi explicación también y decir por supuesto que, quien vea el fútbol entenderá que, de manera televisada, ante toda la gente que había allí, entre ella parte de mi familia, mis hijas, el deseo que podía tener en ese beso era exactamente el mismo que podría tener dándole un beso a una de mis hijas, ni más ni menos. Por lo tanto no hay deseo y no hay posición de dominio. Además eso toda la gente lo comprende también, aunque se esté vendiendo otra cosa en muchos de los medios. Tanto los que rinden pleitesía al señor Tebas como la que le rinden pleitesía al falso feminismo que es una gran lacra en este país", ha dicho, acordándose también del presidente de LaLiga antes de continuar extendiendo su versión sobre lo sucedido.
"Fue un beso espontáneo. Sé que poner una foto con las dos manos y paralizada… Pero voy a contar la secuencia completa: fue espontáneo, mutuo, eufórico y consentido. Esta es la clave", ha dicho, insistiendo en esto último y explicando que incluso le preguntó a la jugadora si se daban "un pico".
"Fue consentido. Miren ustedes: esta jugadora falló un penalti. Yo tengo una gran relación con todas las jugadoras, todos los miembros de la expedición, hemos sido una familia durante más de un mes. Tuvimos momentos cariñosísimos en esta concentración", ha dicho, justo antes de parar su discurso para referirse a una de sus hijas, en ese momento emocionada en la sala: "Hija mía, no llores, tienes que estar orgullosa de quién es tu padre", le decía antes de seguir:
"En el momento en el que apareció Jenni, ella me levantó a mí del suelo, me cogió por las caderas, por las piernas, no recuerdo bien. Me levantó del suelo, y al dejarme en el suelo nos abrazamos. Ella fue la que me subió en brazos y me acercó a su cuerpo. Nos abrazamos y yo le dije: olvídate del penalti, has estado fantástica y sin ti no hubiésemos ganado este mundial. Ella me contestó: 'Eres un crack'. Y yo le dije: ‘¿Un piquito?’. Y ella me dijo: ‘Vale’", ha asegurado.
Eso fue, según Luis Rubiales, lo que sucedió durante la polémica secuencia que, junto a su comportamiento en el palco, ha desatado una oleada de reacciones, con numerosos políticos, muchos de ellos del Gobierno, pidiendo su dimisión.
"Esa es la secuencia de todo, que todo el mundo entendió como una anécdota. Y sobre todo, ella dijo que era una anécdota y demás. De la anécdota, del no pasa nada, empiezan estas presiones, llega el silencio de la jugadora y se pasa a un comunicado que, la verdad, yo no termino de entender", ha subrayado, refiriéndose al comunicado de FUTPRO en el que, como encargada de "defender los intereses" de la futbolista y como "interlocutores", expresaban su "firme y rotunda condena ante conductas que atentan contra la dignidad de las mujeres" al tiempo en que exigían implementar "los protocolos necesarios" contra él como presidente de la RFEF.
"Aquí no se está tratando de hacer justicia, se está ejecutando un asesinato social. A mí, se me está tratando de matar. Y voy a decir una cosa, más allá de mi situación personal, como español, creo que tenemos que hacer una reflexión hacia dónde vamos", ha denunciado, aseverando que "desde hace cinco años", es decir, desde que tomase el cargo en mayo de 2018, van a por él "con todo".
"Por tierra, mar y aire. Decenas de querellas. Yo creo que pasaré las cien. Denuncias en todo tipo de juzgados, peticiones de inhabilitación continuas en el CSD. Siempre son los mismos: él y sus títeres. Lo sabemos. Lo dije cuando tomé posesión: a algunos les va a molestar que yo esté aquí", ha recordado, antes de cargar contra sus detractores.
"Quiero decir, mirando a mis tres hijas que están ahí, que hoy tienen que aprender una lección sobre lo que es la igualdad: no es diferenciar una opinión entre lo que dice el hombre y la mujer, hay que diferenciar entre la verdad y la mentira. Hijas, aprendedlo, es una lección de fútbol, vosotras sí sois feministas de verdad, no el falso feminismo que hay por ahí". "El falso feminismo no busca la justicia, no busca la verdad, no le importan las personas. Están preparando una ejecución para ponerse una medalla y decir que estamos avanzando. Así no estamos avanzando, es todo lo contrario", ha dicho.
Durante la comparecencia, en la que ha anunciado medidas legales contra quienes le han acusado de violencia sexual, citando las palabras de Yolanda Díaz, Irene Montero, Ione Belarra o Pablo Echenique, Rubiales ha ensalzado su labor en la Real Federación Española de Fútbol y ha reivindicado su trabajo como "la mejor del fútbol español".
"Ha llegado el momento de decir algo en un día en el que entiendo el revuelo tan grande que se ha formado. Ya he pedido perdón por el gesto, que me parece muy desafortunado, y el asunto del beso, que he dicho que es libre, mutuo, consentido, pero que obviamente también tengo que pedir disculpas por el contexto en el que se produjo. No estoy fuera del mundo y sé que me he equivocado también en eso. ¿Pero ustedes creen ustedes que esto es para sufrir la cacería que estoy sufriendo? ¿Sinceramente lo creen? Otra cosa es lo que uno tenga que decir públicamente, pero ¿ustedes creen que es para esta cacería? ¿Para que pidan la dimisión? ¿Es tan grave como para que yo me vaya habiendo hecho la mejor gestión del fútbol español? ¿Ustedes creen que tengo que dimitir? Pues les voy a decir algo: ¡No voy a dimitir!", ha dicho, pronunciando la frase en un total de cinco ocasiones consecutivas, entre aplausos, justo antes de denunciar que estaba siendo víctima de "muchas presiones".
Ahora, ante su reacción, que ha desatado la indignación de muchos en las redes avivando aún más la situación, el Consejo Superior de Deportes ha anunciado que ha activado "todos los mecanismos" para tomar las "medidas oportunas" sobre él ante su comportamiento: "Vamos a levantar una denuncia como falta muy grave; y si nos solicitan, la suspensión", ha anunciado el presidente del CSD, Víctor Francos.