El largo camino de la invisibilidad y la desigualdad del fútbol femenino hasta alcanzar la cima mundial

La selección española ha conseguido este domingo, 20 de agosto, un éxito sin precedentes para nuestro fútbol femenino al conquistar su primer Mundial en Sídney (Australia). Se han impuesto a las inglesas gracias a un solitario gol de la capitana, la sevillana Olga Carmona, en un encuentro dirigido por la estadounidense Tori Penso.

Las pupilas de Jorge Vilda, acompañadas en directo por la reina Letizia y la infanta Sofía, han estado también muy arropadas desde la distancia con las pantallas gigantes que muchos municipios de nuestro país han colocado para seguir el partido.

Un largo camino hasta la cima mundial

Hoy más que nunca resulta necesario echar la vista atrás porque se ha tenido que recorrer un camino de invisibilización y desigualdad no tan lejano. El primer campeonato nacional se disputó, de manera amateur, hace tan sólo 34 años y la liga profesional comenzó en 2021. Eso sí, esto último fue un punto de inflexión.

En los últimos ocho años se ha duplicado el número de jugadoras federadas, de 44.000 a casi 88.000, y el fútbol base ya es una realidad en auge. Prueba de esto es los campus exclusivamente para ellas y unas categorías inferiores de la selección española que suman 3 mundiales y 9 eurocopas, 8 de esos títulos desde 2017.

Con un fútbol que, como decíamos, es profesional en España desde hace tan sólo dos años y en el que, recientemente, la estrella Salma Paralluelo, hoy en las filas del Barça, tenía que compaginar el balón con el atletismo.

Los principales clubes masculinos ya están en su liga. Un impulso económico y social para llenos históricos en los estadios y títulos internacionales como los logrados por el Barça e individuales como los últimos dos Balones de Oro para Alexia Putellas.

Referentes que han peleado por las que estuvieron, las que están y las que vienen. Con una Real Federación Española que ha equiparado primas y derechos de imagen entre las mujeres y los hombres de ambas selecciones y con arbitraje profesional femenino desde hace menos de un año.

Hitos de un fútbol femenino que ahora está claro que, afortunadamente, no se detiene aquí.