Competición cierra parcialmente Mestalla y quita la roja a Vinicius tras los insultos racistas

La polémica por los insultos racistas a Vinicius Junior en el último partido del Real Madrid contra el Valencia en Mestalla continúa generando una tromba de reacciones y acciones tras lo ocurrido. Si recientemente la RFEF anunciaba el cese de seis colegiados, entre ellos el de Ignacio Iglesias Villanueva, al frente del VAR en ese partido, ahora el Comité de Competición ha decidido el cierre parcial del estadio valencianista y quitarle la roja al jugador madridista.

Concretamente, lo que se ha decidido es sancionar al conjunto che con el “cierre parcial de Mestalla durante cinco partidos”, y específicamente  “la grada sur Mario Kempes”, tras los hechos ocurridos durante el encuentro del Campeonato Nacional de Liga de Primera División entre el conjunto local y el Real Madrid CF".

A este respecto, el organismo “considera probado que, tal y como reflejó el árbitro en su acta, hubo gritos racistas a Vinícius" durante este encuentro, "alterando el normal desarrollo del mismo y considerándose las infracciones muy graves".

"Una vez valorada la excepcional gravedad de los hechos a los que se hace referencia en los antecedentes de hecho de esta resolución, el número de cánticos proferidos y su carácter abiertamente racista, en aplicación de lo dispuesto en los articulo 51 y 76.2.b) y d), se considera procedente y proporcionada la imposición de una sanción de clausura parcial del recinto deportivo por un período de cinco partidos y una sanción pecuniaria por un importe de 45.000 euros", apunta Competición en su resolución.

El Valencia tilda de “injusta y desproporcionada” la decisión del Comité de Competición

Tras esta decisión, el Valencia CF, a través de un comunicado, se ha pronunciado para tildar de “injusta y desproporcionada” la sanción del cierre parcial de su estadio por cinco partidos tras los incidentes del pasado domingo, pidiendo “máximo respeto” para la institución y confirmando que recurrirán “hasta la última instancia”.

"El Valencia CF desea mostrar su total desacuerdo e indignación por la injusta y desproporcionada sanción impuesta por el Comité de Competición al club por el cierre de la Grada de Animación durante cinco partidos", denuncia el club, que apunta además que “se manifiestan pruebas que contradicen a lo que dice la Policía Nacional y LaLiga”.

“Además, esta sanción se basa en pruebas que el club no ha podido ver y sin darnos trámite de audiencia", añade el club en su comunicado, en el que en cualquier caso reitera su rotunda condena a las conductas racistas.

“El Valencia CF ha condenado, condena y condenará de la forma más enérgica cualquier acto de racismo o violencia. Estos comportamientos no tienen cabida en el fútbol ni en la sociedad y seguiremos actuando de la forma más tajante para erradicar esta lacra. Por este motivo, el Valencia CF está colaborando desde el primer minuto con la Policía y todas las autoridades pertinentes en esclarecer los hechos acontecidos el pasado domingo. Además, ha aplicado la máxima sanción posible con la expulsión de por vida de nuestro estadio a los aficionados que la Policía ha identificado por sus comportamientos racistas”, subrayan.

Por todo ello, en su comunicado la entidad valencianista considera “que penalizar y privar de poder ver a su equipo a todos los aficionados que no estuvieron implicados en estos lamentables incidentes es una medida totalmente desproporcionada, injusta y sin precedentes contra la que lucharemos”.

“La lucha contra el racismo requiere del compromiso real de todas las partes implicadas sin utilizarla como pretexto para incurrir en graves injusticias. El Valencia CF recurrirá hasta la última instancia el cierre de la Grada de Animación, una sanción que considera totalmente injusta y un agravio más en las últimas decisiones disciplinarias que se han tomado en contra del Club. El Valencia CF pide el máximo respeto y rigor por nuestra institución y aficionados”, sentencia el club en su comunicado.

Competición deja sin efecto la roja a Vinicius

Por otro lado, más allá del cierre parcial de Mestalla, el Comité de Competición de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) también ha decidido dejar sin efectos la roja mostrada a Vinícius Junior tras las alegaciones presentadas por el conjunto madridista contra la expulsión por roja directa mostrada por Ricardo de Burgos Bengoetxea al extremo brasileño.

Todo se produjo después de que el VAR viese su acción con el valencianista Hugo Duro, al que dio un manotazo. Sin embargo, Ignacio Iglesias Villanueva, árbitro al frente del sistema de videoarbitraje en este partido, –y ahora uno de los seis cesados por la RFEF–, no mostró la secuencia completa a Bengoetxea, en la que el jugador del Valencia agarra previamente por el cuello al brasileño.

Estos hechos, que habían generado tensión en el propio seno del Comité Arbitral, han sido además muy criticados, máxime en el contexto en que se produjo: Vinicius, instantes antes de ser expulsado, había denunciado y señalado ante el árbitro a los aficionados que le estaban dedicando insultos racistas, forzando a activar el protocolo contra el racismo y a parar el encuentro 10 minutos para advertir por megafonía.

La expulsión por roja directa terminó por dinamitar la rabia, el enfado y la indignación de Vinicius, que se marchó del campo entre aspavientos y haciendo gestos en los que parecía decir a los valencianistas que se iban a ir “a Segunda”.

Sobre ello, y tras estos hechos, el Real Madrid denunció todo lo sucedido con el jugador durante esta campaña en diversos partidos, los insultos de los que fue objeto, que el colegiado recibió una imagen "sesgada" desde el VAR donde no se aprecia que Hugo Duro le sujetó por el cuello "con riesgo inminente de asfixia" y "la irregularidad de la existencia de dos actas sucesivas".

"En el caso que nos ocupa, entendemos que concurre una circunstancia extraordinaria, grave y totalmente inusual, que determina en nuestra opinión que la decisión adoptada por el Colegiado reflejada en el acta que aquí se examina incurre en una patente arbitrariedad, pues se adopta sobre una base fáctica alterada y parcial, lo que ha determinar que incurre en una manifiesta falta de validez para fundamentar en la misma una sanción", ha puntualizado finalmente Competición, tras todo lo ocurrido.

El organismo, en este sentido, apunta igualmente  "que la apreciación del colegiado estuvo determinada por la omisión de la totalidad del lance sucedido", lo que afectó a su decisión. "En efecto, el hecho de que le fuese hurtada una parte determinante de los hechos le abocó a adoptar una decisión arbitraria".

“Y ello porque le fue imposible valorar de modo adecuado lo que ocurrió, pues en el procedimiento necesario para la adopción de tal decisión se habría producido la omisión de un trámite indispensable para que la misma hubiera podido ser legítima y legalmente adoptada", concluye Competición.