Son ya muchos años acostumbrados a celebrar los triunfos de Rafa Nadal, un deportista irrepetible. Hablamos del mejor tenista de todos los tiempos, por ejemplo, en la superficie de tierra batida. Nadie ha ganado tantos torneos de Roland Garros como él: 14.
Además, junto al serbio Novak Djokovic, es el tenista con más títulos de Gran Slam individuales: 22. Una trayectoria maravillosa que va más allá de lo deportivo. Hoy, la población española ha lamentado que el manacorí no compita en los próximos meses y afronte en 2024 su retirada.
Al hablar de Nadal, el mundo entero reconoce los méritos desarrollados en cualquier superficie. Era apenas un niño cuando le veíamos entrenar con otras figuras como Juan Carlos Ferrero, que hoy le desea serenidad serenidad para disfrutar de la pausa: "Creo que ha hecho por el tenis algo maravilloso como para que él esté preocupado".
En estos años de reinado tan brillantes como los trofeos son los valores que ha sabido transmitir: "Humildad, respeto y pasión por el deporte", comentan sus seguidores. "Como ejemplo de persona creo que es matrícula de honor", precisa un hombre sobre Rafa.
Nadal siempre se ha sobrepuesto al dolor dentro de la pista, confirmando una máxima -"que con esfuerzo se pueden conseguir muchas cosas"- que acompañó siempre a su talento. Fuera de las pistas ha mostrado su compromiso sin alardes, bajando, literalmente al barro para echar una mano a los damnificados por las inundaciones de San llorens en 2018.
Ya era profeta en su tierra en 2005, cuando recibió la medalla de oro de Manacor. Sobran razones para el orgullo ante un deportista considerado patrimonio de todos. El próximo año, según ha anunciado, será probablemente su último curso como profesional.