Batalla campal en el Real Madrid-Partizán: empujones, puñetazos y hasta llaves de judo en el WiZink
Jugadores del Real Madrid y el Partizán se enzarzaron en una auténtica batalla campal en el Wizink Center
La brutal pelea multitudinaria, en la que se vieron empujones, puñetazos y llaves de judo, acabó con 21 descalificaciones y se suspendió el partido
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El WiZink Center ha sido el escenario de una de las peleas más bochornosas que se recuerdan en la historia de la Euroliga, donde el Real Madrid y el Partizán disputaban el segundo partido de los cuartos de final. Faltaban tan solo un minuto y cuarenta segundos cuando una falta del madridista Sergio Llul derivó en una tangana que se convirtió rápidamente en una batalla campal. Tal fue la gravedad de la situación que los árbitros se vieron obligados directamente a finalizar el partido, que se resolvió a favor de los de Belgrado, Serbia.
Lo que hasta entonces estaba siendo un partido de baloncesto de alto nivel, con los de Željko Obradović poniendo en evidencia la defensa blanca, de pronto se convertiría en un auténtico desastre.
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En el tenso duelo, el marcador señalaba la superioridad del Partizán, que se imponía por un contundente 80-95 a falta de tan solo un minuto y cuarenta segundos. Fue entonces cuando Sergio Llull incurriría en una falta antideportiva sobre el estadounidense Kevin Xavier Punter. El jugador del Partizán, reaccionando inmediatamente, se revolvía y, puño en alto, amenazaba al español, que no se quedó atrás encarándose con el escolta. Fueron esos los prolegómenos de una brutal y lamentable pelea.
Al ver la situación, comenzó la tangana. Jugadores de uno y otro equipo, tanto los de la cancha como los del banquillo, salieron disparados hacia el punto de la pista en que estaba el conflicto y se afanaron en convertirlo en uno todavía peor. Se vieron empujones, forcejeos, puñetazos y hasta llaves de judo entre un cúmulo de improperios.
La llave de judo de Guerschon Yabusele a Dante Liman Exum: "Es para prisión"
En la batalla campal, Guerschon Yabusele, ala-pivot del Real Madrid, entró en escena para dejar a todos los espectadores y comentaristas boquiabiertos y casi sin palabras para definir su actuación. Se lanzó directo a por el australiano Dante Liman Exum, al que tumbó en el suelo con una llave más propia de un profesional del judo o de la lucha libre que de un jugador de baloncesto.
"La forma en que lo tiró con un movimiento de judo... Eso es para prisión, para suspensión de por vida. Le podría haber roto la columna, lesionado gravemente la cabeza y terminado con su carrera. Fue terrible. Nunca había visto esto en mi vida", declararía el médico del Partizán tras examinar al australiano, que se fue lesionado tras un pisotón de Gabriel Deck.
Tras cogerle por el cuello y aplicar una técnica muy similar al soto-makikomi de judo, la pelea continuó. Punter volvía a la escena para agredir directamente al madridista Džanan Musa, mientras Mathias Lessort, el francés de 2,05 metros del Partizán, cruzaba la pista para dirigirse donde estaba su compañero Punter y, agarrando a Musa, lo tumbó en el suelo.
Lo que sucedería a continuación sería una nueva retahíla de golpes y empujones entre miembros de ambos equipos, con el colectivo arbitral sobrepasado ante la agresividad en la pista.
Los árbitros suspendieron el partido: hasta 21 jugadores fueron expulsados
Tras instantes de absoluta tensión y bochorno, los árbitros, que tuvieron que tardar para ver exhaustivamente todas y cada una de las acciones que acababan de ocurrir, decidieron la suspensión del partido, que ganaría el Partizán al ir por encima en el marcador en ese momento por 80-95.
No es necesario explicarlo, pero el motivo de la suspensión se debe a que ni siquiera había suficientes jugadores en la pista para seguir disputando el encuentro después de las expulsiones que tuvieron que decretar: hasta 21 descalificaciones tras una escena que ya se recuerda como la más vergonzosa de la Euroliga.
Ahora, el Real Madrid tendrá que remontar la serie con un 2-0 en contra, algo que no ha conseguido nunca ningún equipo en la competición. Además, tendrá que hacerlo en un ambiente que ni mucho menos se espera tranquilo. Los próximos partidos se disputan en Belgrado, y los ánimos sin duda están caldeados.