Argentina contra Francia, es decir, Leo Messi y Kylian Mbappé frente a frente. El duelo entre la dos estrellas del París Saint-Germain es la final soñada por muchos aficionados al fútbol y, sobre todo, por un hombre, el emir de Catar, Tamim bin Hamad Al Thani, propietario del PSG y artífice de que ambos astros compartan vestuario en el club francés.
La tensión entre ambas figuras se convirtió en un tema recurrente durante el primer año de Messi en París. "Kylian está muy feliz con la llegada de Leo. Él también ayudará. Algunos medios buscan problemas pero no los hay", respondió el empresario Nasser Al-Khelaifi, presidente del PSG y amigo del emir de Catar, tras la llegada del argentino.
Messi y Mbappé, rivales en la final de este domingo en el Estadio Lusail de Doha, se juegan otros dos títulos a nivel individual: el de mejor jugador del torneo y el de máximo goleador; ambos llegan empatados a cinco tantos.
Messi, de 35 años, está completando su mejor actuación en un Mundial. El exjugador del Barcelona ya ha confirmado que es su último partido, su última oportunidad para lograr este título, el único que se le resiste en su brillante palmarés. Sin embargo Mpabbé, con solo 23 años, ya sabe lo que es ganar una Copa del Mundo (Rusia 2018). Con un segundo título haría historia.
Los intereses futbolísticos del emir de Catar se materializaron en el año 2010. Este diminuto estado en el Golfo Pérsico, e inmensamente rico, fue designado contra todo pronóstico como sede de esta Copa del Mundo 2022. La candidatura se fraguó en una reunión secreta, meses antes, en el Palacio del Elíseo entre el entonces presidente francés Nicolás Sarkozy, el expresidente de la UEFA Michel Platini y una delegación catarí.
Un encuentro en el que también se habló del futuro del París Saint-Germain, el club al que apoyaba Sarkozy. Un año después de la elección de Catar como sede del Mundial, Qatar Sports Investments, un fondo soberano del emirato, compró el club francés por unos 50 millones de euros y el canal qatarí de televisión deportiva BeIn Sports multiplicó los derechos de retransmisión del fútbol francés.
Una investigación destapó años después el escándalo: varios miembros de la junta directiva de la FIFA aceptaron sobornos para inclinar la votación hacia Catar, lo que precipitó la caída de toda la cúpula del organismo del fútbol mundial. Los investigadores franceses consideran que aquella comida en el Elíseo en 2010 "constituyó un cambio decisivo en la atribución del Mundial a Catar" y corroboró que Sarkozy favoreció la elección a cambio de inversiones del emirato en Francia.
Tanto Argentina como Francia persiguen su tercera copa del mundo. Para los galos sería el segundo consecutivo, una hazaña que solo han logrado hasta ahora: Italia en 1934 y 1938 y Brasil en 1958 y 1962. Para los albicelestes ser campeones 36 años de la última vez que lo consiguió, cuando alzó la copa en México 1986, el Mundial de Diego Armando Maradona y la famosa 'mano de Dios'. Atrás quedarían las dos finales perdidas ante Alemania en Italia 1990 y Brasil 2014.
"Por supuesto que voy con Francia en la final, mi club es francés, mi segundo país es Francia, pero también tengo un jugador en Argentina, Messi, y éste es el último Mundial para él. ", afirmó hace unos días en RMC el presidente del PSG, el catarí Nasser Al Khelaifi.
Esta final es, sin duda, el colofón perfecto para las autoridades del millonario país del Golfo Pérsico. ¿Argentina o Francia? Gane quien gane esta tarde el Mundial de Catar, el que gana seguro es el París Saint-Germain.