¿Tienen los youtubers "edad de caducidad"? Holly Molly rompe con la red social en público
yasss.es
20/04/201817:33 h.Aida Riesco es directora de arte, diseñadora gráfica y desde hace años youtuber profesional. Con 25 años, Holly Molly (su nombre de usuario en redes sociales) ha decidido plantarse y subir a la red de vídeo una confesión sincera y fuertecita pero no solo de cara a sus seguidores, si no a la comunidad youtuber: "Llevo mucho tiempo viendo a gente quejarse porque los contenidos no funcionan, el algoritmo no va, la gente no lo ve y creo que lo que de verdad ha pasado es que nos hemos hecho mayores".
Entre sorbo y sorbo de té, Holly Molly arranca su vídeo sin paños calientes: "Me he hecho mayor para Youtube”. También reconoce que ahora el contenido es diferente al que hacía con 22 años y que no cree que la plataforma funcione mal, ni que haya contenidos un poco peores que triunfen, si no que las cosas que ahora mismo funcionan y que son tendencia no le gustan.
"Antes no se hacían vídeos pensando en eso [en las visitas]" y "tener 10.000 seguidores era increíble", dice afirmando que cuando empezó en 2012 no pensaba en números. También reconoce que con el paso del tiempo fue adaptando sus contenidos a los gustos de la gente y transformando su canal porque si no moría (y "no comía"). Ahora ha llegado un punto en el que no se encuentra a gusto haciendo lo que hace. Está cansada y lo deja. ¡Se baja de Youtube!
"Es una putad* hacerse mayor, nos cuesta mucho plantearnos qué hacemos ahora. Si lo que nos gusta hacer ya no funciona, ¿hago algo que no me gusta? Eso fue lo que me pasó a mí, que empecé a hacer cosas que no me gustaban y me dejó de gustar Youtube. Tiene sentido", reflexiona en voz alta Holly Molly.
Además, nos deja un mensajito que podemos aplicarnos todos cuando creamos que hemos caído en la monotonía en nuestro día a día, cuando sentimos que ya no estamos tan “fresquitos” y creativos como antes (que esto no solo afecta a los youtubers, queridos): “¿Por qué los vídeos que hago ahora no lo petan como antes? [...] Pues mira, porque la vida es así y no se puede hacer todo bien todo el rato. Hay que hacer mierd*s porque si no haces mierd*s no aprendes. Así que voy a hacer mierd*s, paso de plantearme Youtube como un trabajo”.
Aída, que sobrepasa los 380.000 seguidores en sus canales de Youtube, los 91.000 en Twitter y los 113.000 en Instagram, desvela también la cara amarga de la profesión cuando relata con toda la naturalidad del mundo que la palabra youtuber. "He llegado a ir a empresas que no trabajan con gente que ha sido youtuber, ¡como si yo no hubiese estudiado!", afirma indignada. Termina su reflexión llamando a la revolución con un "deberíamos parar con los estándares de visitas y de likes" y aclarando que intentará pasarse más pero cuando a ella le de la real gana: "No me pidáis por favor que suba más vídeos. No tengo ideas, qué quieres que te diga".
¿Se han obsesionado los youtubers con las visitas? ¿Han perdido la originalidad repitiendo contenidos de los que todo el mundo habla porque son los que están de moda? Vaya movida ser youtuber e influencer, mother of good.