Cuando hablamos de ansiedad patológica todos conocemos a alguien que la padece o la ha padecido y, como suele pasar con los problemas que afectan a la salud psicológica, nos volvemos un poco 'listillos' y creemos saberlo todo…
− ¡En una crisis de ansiedad te entran ganas de vomitar!
− ¡No! Lo que pasa es que se te sale el corazón por la boca.
− Eso no es ansiedad. Cuando sientes ansiedad te rayas un montón.
− Qué va. Durante la ansiedad sientes que te ahogas.
¿Os suena de algo esta conversación? Como decía, tendemos a generalizar en base a lo que nosotros hemos vivido y olvidamos que cada caso es diferente. Por eso hoy hemos recopilado las experiencias de varios veinteañeros para conocer los numerosos síntomas y formas de vivir una crisis de ansiedad.
Los síntomas fisiológicos característicos de una crisis de ansiedad se parecen mucho a lo que experimentamos al hacer deporte intenso: taquicardia, sudores, presión en el pecho, falta de aire, tensión muscular, mareos, ganas de vomitar, sensación de hormigueo en el cuerpo, visión borrosa, etc.
“Cuando yo tengo un ataque de ansiedad sobre todo siento que me ahogo. Me da esa sensación de que me falta aire y empiezo a respirar muy rápido, y después me mareo porque hiperventilo. Por eso en el psicólogo estoy trabajando técnicas para controlar la respiración, porque es lo que más me afecta.” – Izán, 23 años
“Desde que era pequeña los nervios se me van al estómago y cuando me da un episodio fuerte de ansiedad acabo o con náuseas o vomitando. Es un asco, porque lo paso fatal.” – Julia, 19 años
“Durante los ataques de ansiedad me pongo muy nervioso y me dan palpitaciones, lo que hace que me ponga todavía más nervioso porque pienso que me va a dar un infarto. Mi psicóloga me ha dicho ocho mil veces que de ansiedad no muere nadie, pero en el momento de la crisis cuesta ser racional.” – Pablo, 25 años
Los síntomas fisiológicos y conductuales están un poco relacionados, pero los segundos son más “visibles” (nadie se da cuenta de que tienes palpitaciones, para que nos entendamos) y más complejos. Estaríamos ante el insomnio u otras alteraciones del sueño, atracones de comida, llorar o estar agitado, por ejemplo.
“Siempre tengo las crisis de ansiedad por la noche. Es como si mi cuerpo estuviese todo el día alerta y al llegar a casa, meterme en la cama y relajarme, se disparase la ansiedad. A veces no puedo dormir y otras veces tengo pesadillas y me despierto. Lo paso muy mal…” – Ainara, 29 años
“Por suerte (y gracias a la terapia) cada vez tengo menos crisis de ansiedad, aunque la sensación de preocupación permanece. Antes cuando me daba una crisis lo que hacía era comer como si no hubiera un mañana. Iba a la cocina y cogía las galletas, sobras de la cena o lo que pillase. Era como si al comer dejase de darle vueltas a las preocupaciones.” – Daniel, 22 años
“Cuando tengo un ataquito (así los llamo yo cariñosamente) no puedo estarme quieto. Me levanto, me siento, camino por todas partes. Necesito moverme porque si me paro quieto me pongo peor. Mi novia dice que tengo un motor dentro y parece verdad.” – Jordi, 24 años
Los síntomas cognitivos suelen ser preocupaciones sobre TODO: las consecuencias de la crisis de ansiedad, lo que estará pensando la gente, la causa de la crisis, cuándo volverá a pasar, etc. En consecuencia, se experimentan pensamientos muy negativos sobre uno mismo como veremos a continuación. Otros síntomas menos comunes pero que provocan mucha angustia son la despersonalización y la desrealización.
"Hay gente que tiene crisis de ansiedad por fobias y cosas así. Yo no. En mi caso es por mis propias movidas mentales. La última vez estaba en un bar de fiesta y empecé a pensar en lo que pasaría si tenía una crisis. Es como cuando estás en un viaje con el coche y no quieres hacer pis, pero a más lo piensas más ganas te entran. Empecé a ponerme nerviosa y acabé en el baño llorando y pensando en las pintas que tenía, lo que pensaría de mi la gente, lo tonta que era por ponerme así de fiesta… Horrible.” – Elsa, 23 años
"Cuando empecé a tener ataques de ansiedad me pasaba algo con lo que sufría mucho. Empezaba a encontrarme mal y de repente me daba la sensación como de que todo era un sueño, que me estaba viendo desde fuera… Era como si fuese un robot. Ni sentía ni padecía. Lo pasaba fatal porque sentía que se me estaba yendo la olla. Luego el psicólogo me explicó que eso eran síntomas de despersonalización y de desrealización y que eran normales durante la ansiedad y me quedé más tranquilo.” – Quique, 20 años
Aunque hemos englobado los testimonios en varias categorías en función de los síntomas principales, debemos tener claro que en la mayoría de los casos se dan síntomas de los tres tipos, aunque predomine uno. En tu caso, ¿qué sientes durante una crisis de ansiedad? Cuéntanos en comentarios y visibilicemos los problemas psicológicos.
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