Qué es el cuckolding o infidelidad consensuada: “A mi novio le pone que le sea infiel”
Marta y Vicente llevan juntos 5 años y practican infidelidades consensuadas: “Un día estábamos hablando de la gente con la que nos habíamos acostado y en vez de rayarse, le puso mucho lo que le contaba”
El cuckolding es una parafilia más común de lo que pensamos y puede darse en diferentes grados
Te contamos sus beneficios, las diferencias con una relación abierta y la clave para que tu pareja sobreviva si decidís llevar la fantasía a la práctica
Marta y Vicente son pareja desde hace cinco años y ambos definen su relación como “monógama con excepciones”. Aunque para muchas personas esta etiqueta puede resultar algo extraña, para ellos funciona, y es que esas excepciones han sido el aliciente de su vida sexual desde que prácticamente empezaron a salir.
“Un día estábamos hablando de nuestras anteriores relaciones y de la gente con la que nos habíamos acostado”, relata Marta, de 26 años, “y en vez de rayarse o ponerse celoso, le puso mucho lo que le contaba”. A partir de entonces empezaron a fantasear con que Marta fuese infiel a Vicente, y lo que comenzó siendo una ficción erótica compartida se acabó convirtiendo en realidad. “Lo hicimos por Tinder explicándoselo todo a la otra persona para que fuese algo sincero y disfrutar todos al máximo”.
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“Creo que te puedes enamorar más fácilmente de un compañero de trabajo al que ves todos los días, con de desconocido al que te follas una noche”
A veces Vicente está presente, y en otras ocasiones Marta le narra con pelos y señales todo lo que ha pasado. Eso sí, siempre preparan estas escenas sexuales de forma conjunta. “Elegimos al chico en cuestión. No es algo que yo haga por mi cuenta en plan que me ponga un tío y hala, a tener algo con él. Eso no”, comparte con nosotros. “A veces es por Tinder, o también de fiesta, sobre todo cuando hemos hecho algún viaje y no nos conoce nadie en la ciudad, ahí tiene mucho más morbo”.
“No te diría que esto ha salvado la relación porque no es el caso”, confiesa Marta. “Siempre hemos estado bien. Simplemente surgió, y me gusta que mi novio se sienta lo suficientemente a gusto como para decirme que le pone que le sea infiel. Esa confianza es genial, y al final es solo sexo. No hay amor con nadie, nunca ha surgido y dudo que surja”, a lo que añade una reflexión: “Creo que te puedes enamorar más fácilmente de un compañero de trabajo al que ves todos los días, compartes mesa, te ríes y conectas, que de un desconocido al que te follas una noche mientras tu novio está mirando o expectante para que se lo cuentes”.
Qué es el cuckolding
La fantasía llevada a la acción por Vicente y Marta tiene nombre: cuckolding o, en castellano, “poner los cuernos”, pero de forma consensuada. Se trata de una parafilia más común de lo que pensamos y puede darse en diferentes grados.
A algunas parejas les excita el simple hecho de fantasear e imaginar a su pareja teniendo relaciones con otras personas: desconocidos, exparejas, amigos, famosos, etc. Otras, en cambio, deciden pasar a la acción. ¿Es fácil que funcione? Depende.
Para que el cuckolding tenga éxito, es necesaria mucha comunicación entre ambas partes. Es importante que los miembros de la pareja se sientan cómodos con lo que está ocurriendo, que participen en la fantasía y que pongan límites para evitar situaciones incómodas. En el caso de Marta y Vicente, esos límites son que está prohibido acostarse con alguien que no hayan elegido entre los dos, pero cada pareja puede crear sus propias reglas: solo acostarse con desconocidos, que cada vez sea uno de los dos el infiel, taparse los ojos con una venda pero oír todo, etc.
Cuckolding, parejas swingers y relaciones abiertas
¿Es lo mismo el cuckolding que el swinging? No, ya que en el swinging se produce un intercambio de parejas, una dinámica que se ha popularizado mucho en los últimos años. En cambio, en el cuckolding una de las partes solo observa, no participa, y eso es precisamente lo que genera placer.
¿Es lo mismo cuckolding que relación abierta? Tampoco, ya que las relaciones abiertas son más complejas. El c uckolding es considerado una parafilia, no un modelo de relación como tal. Sin embargo, algunas parejas que disfrutan con las infidelidades consensuadas acaban abriendo su relación, pero esto no ocurre siempre, otras prefieren seguir siendo monógamas “con excepciones”.
El placer de ver a tu pareja poniéndote los cuernos
Para la mayoría de la población una infidelidad es algo horrible y totalmente antierótico, pero hay dos teorías que explican por qué el cuckolding puede ser tan placentero:
- La teoría del tabú, que explica por qué nos genera tanta satisfacción algo castigado por la sociedad –en este caso las infidelidades.El cuckolding es una transgresión de ciertos constructos asociados a la monogamia represora y a la masculinidad tóxica. El hecho de que una persona vea a su pareja teniendo sexo con alguien más y no solo no se moleste, sino que disfrute con ello, es una forma de derribar los dañinos mitos de que “tu pareja te pertenece” o que “los celos son una forma de expresar amor”. Evidentemente hay otras vías más light de deconstruir esas creencias, pero no podemos juzgar tan a la ligera el cuckolding.
- La teoría de la compersión, que relaciona esta parafilia con un estado de empatía extrema al ver a otra persona disfrutando del sexo.Al margen de sus “beneficios” sociológicos, el cuckolding tiene un aliciente central: te están siendo infiel, pero tú eres quien controla toda la situación. De alguna manera, estás visualizando la escena erótica, como si fueses el espectador de una película pornográfica protagonizada por tu pareja y un actor o actriz que tú has escogido. En ese momento tú simplemente estás disfrutando, sin presión por rendir bien y, en caso de que haya buena comunicación, con la certeza de que ambos estáis disfrutando.
¿El cuckolding es para todos los públicos?
Por supuesto que no, al igual que otras parafilias y modelos de relación. Hay quienes detestan el sexo vainilla y quienes solo logran el orgasmo con la postura del misionero. Otras parejas sienten una completa plenitud dentro de la monogamia, y para muchas eso supone una atadura.
Lo importante es que creemos una sociedad libre en la que siempre y cuando haya consenso, respeto y empatía, seamos libres de disfrutar del amor y del placer como nos plazca.