Con el auge del teletrabajo, ya estamos acostumbrados a las entrevistas por videollamadas. Pero a veces no dejan de sorprendernos, sobre todo, por algunos protagonistas inesperados. Este pequeño, se recrea ante la cámara, mientras su padre analiza las consecuencias que puede tener la dimisión del presidente del Bundesbank. El niño saca la lengua, salta, baila y prácticamente no para hasta que con un gesto cariñoso, el padre le aparta para poder seguir con la entrevista.
Lorena, una estudiante colombiana, olvidó desconectar su micrófono en una clase virtual mientras mantenía relaciones sexuales. Su profesora trató de advertirla: "Lorena, te estamos escuchando, te dejaste el micrófono abierto, madre mía".
Francisco Ignacio Delgado Bonilla, exalcalde de Vélez Málaga, ahora concejal del Partido Popular, cuando participaba junto a otros 24 concejales en un pleno virtual, a comienzos de mayo.
En plena videollamada, Delgado Bonilla se levanta y desaparece de la imagen, mientras otro concejal está en uso de la palabra. Se llevó el micro encendido con él, de forma que todos fueron testigos del inconfundible sonido de la micción. Todos intentan aguantar las carcajadas mientras se llevan las manos a la cabeza.
O en mitad de una videollamada tu marido puede aparecer en ropa interior para preguntarle algo. Al percatarse de que la cámara estaba encendida, el hombre trata de huir pero los nervios le hacen darse contra la pared.
Estos son los sucesos divertidos que a muchos les han ocurrido en directo, pero en esta época se han llegado a presenciar hasta asesinatos en directo en llamadas de teletrabajo. Es lo que le ocurrió a Shamaya Lynn, una joven de 21 años, madre de dos hijos, y residente en Florida, Estados Unidos, se encontraba realizando una videollamada por motivos de trabajo cuando, de pronto, los compañeros que participaban con ella en el encuentro virtual escucharon un fuerte ruido y a continuación la vieron desplomarse. Desapareciendo del plano de forma abrupta, lo que contemplaron quienes estaban en la videollamada fue a Shamaya caer de espaldas y a uno de sus hijos pequeños de fondo, por lo que presagiando lo peor no dudaron en llamara a las autoridades marcando el 911 para contarles lo sucedido. Según la Policía de la Comisaría de Altamonte Springs (Florida), el niño acababa de dispararla en la cabeza accidentalmente tras haber encontrado en la casa una pistola sin asegurar.