Mantener horarios de sueño irregulares puede aumentar el riesgo de depresión y de mal humor, según un estudio
Múltiples estudios señalan las consecuencias de no dormir bien
Un horario de sueño irregular puede aumentar el riesgo de depresión
Tener un sueño irregular también puede predecir el riesgo de padecer estrés
Dormir es una actividad fundamental para mantener una buena salud física y mental. Respetar las horas de sueño según corresponda a la edad e intentar mejorar la calidad del mismo tienen efectos positivos a corto y largo plazo; pero no solo eso. La falta de sueño se ha relacionado además con enfermedades crónicas como la presión arterial alta o la diabetes.
Hay múltiples estudios que señalan las consecuencias de no mantener unos buenos horarios de sueño. Una de esas recientes investigaciones, de la Universidad de Michigan, señala que un horario de sueño irregular puede llegar a aumentar el riesgo de depresión a largo plazo en la persona, como recoge el portal Medical Express.
MÁS
Según el estudio, de los participantes, aquellos que mostraron tener horas de sueño variables tenían más probabilidades de obtener puntuaciones más altas en los cuestionarios para recoger síntomas de depresión, y al contrario, registrar las puntaciones más bajas en cuanto a estado de ánimo. Unos resultados a los que se unían los que se quedaban despiertos hasta muy tarde o las personas que dormían menos horas de las debidas.
Tener un sueño irregular también puede predecir el riesgo de padecer estrés
El pasado mes, otra investigación del Laboratorio de Sistemas Neurales y Comportamiento de NYU Abu Dhabi utilizaba por primera vez un modelo animal para demostrar que tener un sueño irregular puede predecir el riesgo de padecer estrés.
Los investigadores evaluaron las características del sueño de ratones susceptibles al estrés y resistentes al estrés antes y después de experimentar estrés por derrota social crónica (CSD). El comportamiento social de los ratones después del estrés se clasificó en dos fenotipos principales: los susceptibles al estrés que mostraban evitación social y los que eran resistentes al estrés.
Antes de la CSD, los ratones susceptibles al estrés mostraron una mayor fragmentación del sueño de movimiento ocular no rápido (NREM) debido a un mayor cambio entre NREM y vigilia y una duración promedio más corta de los episodios NREM, en comparación con los ratones resistentes al estrés.
Su análisis mostró que las características del sueño pre-CSD de ambos fenotipos de ratones permitieron predecir la susceptibilidad al estrés con más del 80 por ciento de precisión. Los hallazgos demuestran que los ratones que se vuelven susceptibles al estrés por CSD exhiben características anormales de sueño/vigilia preexistentes antes de la exposición al estrés. Además, la exposición posterior al estrés deteriora aún más el sueño y la respuesta homeostática.
Cómo optimizar el sueño
A estas alturas parece claro que dormir es necesario para mantenerse sano, pero no solo es importante la cantidad de sueño, sino la calidad.
Es necesario dormir las horas que se establecen como recomendables por edad, pero, además, es necesario hacerlo bien.
Pero está claro que, como en otras ocasiones, la teoría es más fácil que la práctica. No se puede elegir el tipo de sueño por el que se pasará cada noche o hacer desaparecer de un plumazo las cuestiones que puedan dificultarlo o enturbiarlo. Sin embargo, también en este sentido existen una serie de recomendaciones.
Existen rutinas para aumentar el nivel de relajación antes de dormir que pueden ayudar a destensar los músculos y descongestionar la mente. Llevar a cabo ejercicio físico durante el día también contribuirá a un mejor descanso.
En ocasiones, además del cuándo y el cómo, también importa el dónde. Tanto el frío como el calor pueden alterar el sueño y aumentar la vigilia.
Otro punto relevante es la superficie sobre la que se descansa. En la mayoría de los casos, un colchón y una almohada. Es importante que estén en buen estado, si es posible que el colchón no tenga más de 10 años, y que resulten cómodos toda la noche.
Por otro lado, es primordial evitar o reducir las sustancias excitantes como la cafeína o las bebidas energéticas.
Un último consejo, muy actual y cada vez más importante, es mantener las distracciones fuera del dormitorio. En este caso, el teléfono móvil o las tabletas. Siempre que sea posible, es recomendable desconectarlos o utilizar el modo avión para “no molestar” durante la noche