La estás liando si no te proteges: han aumentado una pasada los casos de sífilis y gonorrea
yasss.es
11/10/201817:49 h."Sus fantasías sexuales no incluyen el uso del condón"
Guillermo López, de Apoyo Positivo, es coordinador de atención al VIH y otras ITS en Centros de Atención Primaria. Según explica, desde la ONG han percibido cómo algunos jóvenes se han acostumbrado a no usar el preservativo, algo que les hace vulnerables de cara a contagios de infecciones de transmisión sexual.
"Sus fantasías sexuales no incluyen el uso del condón", explica. "Estamos viendo que cada vez más jóvenes tienen problemas de erección cuando usan el preservativo. Son jóvenes que han ido iniciándose en su sexualidad sin preservativo y ven a este como un elemento ajeno y extraño ‘que corta el rollo’, por lo que optan por no usarlo ante el temor de no rendir al máximo”, señala el experto. Además, matiza que "las parejas sexuales de estos (hombres y/o mujeres)aceptan prescindir del condón ante el temor de que el otro sienta menos".
¿Han perdido el miedo al contagio?
Los expertos advierten de que muchos jóvenes podrían haber perdido el miedo a las infecciones de transmisión genital. Guillermo López explica que "esa falta de miedo se debe más bien una sensación de invulnerabilidad". Piensan que ellos no van a ser víctimas de un contagio y no son conscientes del riesgo que corren al no protegerse durante las relaciones.
Para el psicólogo Denis Pascon, el aumento de las ETS en los jóvenes es producto "de la minimización del riesgo". Cree que, "si la información que tienen es insuficiente y la que buscan está distorsionada, no tienen una percepción real de los riesgos asociados a las prácticas sexuales, y se quedan con eso de 'por una vez, no pasa nada". En ese aumento de la minimización del riesgo, afirma Pascón, influye que “tienen la idea de que hoy en día los fármacos lo curan todo”.
Por su parte, desde Apoyo Positivo afirman que "muchas veces no contemplamos que estamos haciendo prácticas de riesgo, tanto porque ya están dentro de nuestro contexto como porque establecemos un ritmo de confianza rápida con nuestras parejas, lo que nos lleva a no pensar en las ITG ni en que los virus no establecen selección según la confianza”.
El que los jóvenes tengan un mayor número de parejas sexuales no tiene por qué ser un indicador del aumento de los casos de ITG, según explica Guillermo López desde la ONG: "Hay personas que tienen muchas parejas sexuales y se protegen frente a las ITG, y a veces una persona que ha tenido únicamente una, dos o tres parejas sexuales con prácticas de riesgo adquiere una ITG como el VIH. Una vez que hay riesgo, ya puede haber una ITG. Porque también está el factor suerte".
Los peligros de no detectar la sífilis y la gonorrea a tiempo
"Aún seguimos sin normalizar el hecho de hacernos pruebas y lo vemos como algo de lo que avergonzarnos. Entre la inconsciencia de pensar que a uno no le va a pasar o el miedo que lleva a preferir no saberlo se sigue descuidando la salud sexual, lo que explica el alto número de diagnósticos tardíos de ITG, incluyendo el VIH, dicen desde Apoyo Positivo.
Guillermo López habla de la importancia de hacerse pruebas para controlar la salud sexual. “El 70% de los diagnósticos de sífilis la presentan en estado latente, lo que significa que la persona llevaba tiempo con la infección y no presentaba o recordaba ningún síntoma o indicador físico”.
Infecciones de transmisión sexual como la gonorrea y clamidia pueden estar un tiempo en vagina y recto sin presentar síntomas, lo que impide que algunas personas sospechen que tienen una ITS. Hacerse pruebas de detección de estas infecciones es imprescindible si se han tenido prácticas sexuales de riesgo. "Hay mucha ITG presente pero no diagnosticada; que no haya síntomas, no significa que no haya infección. No controlarla en su momento conlleva otras afecciones, las cuales pueden ser peligrosas e incluso no curables", advierten desde la ONG.
“La sífilis puede pasar al sistema nervioso central y ahí ocasionar severos trastornos. Otro de los problemas es que el tener una ITG como sífilis y gonorrea conlleva el tener mayor vulnerabilidad al VIH”, explica Guillermo López. El experto indica que “en Madrid, 4 de cada 10 diagnósticos VIH+ presentan otra ITG, generalmente sífilis o gonorrea/clamidia". López cuenta que “aún habiendo riesgo de transmisión, muchas de estas personas podrían haber evitado el VIH si no hubieran estado tan vulnerables por tener una gonorrea o sífilis no visible”.
Asociar no tener síntomas con estar sanos es uno de los grandes problemas a la hora de detectar las ITS. Hay infecciones de transmisión sexual que, aún estando activas, no presentan síntomas hasta pasado un tiempo. “Algunos cometen el error de pensar que, si al cabo de unas semanas de haber tenido prácticas sexuales de riesgo no presentan alteraciones físicas, están libres de ITG”, alertan desde Apoyo Positivo y hacen hincapié en la importancia de hacerse las pruebas en caso de no haber tomado precauciones a la hora de tener sexo.
La prueba de sífilis se realiza obteniendo una muestra de sangre de un pinchazo en el dedo y los resultados están listos en solo 20 minutos. “En torno al 5% de las pruebas de sífilis que hacemos dan resultado positivo. Son muy pocos los diagnósticos que presentan síntomas perceptibles”, indica Guillermo López, que es coordinador de atención al VIH y otras ITS enCentros de Atención Primaria.
Comportamientos que conllevan riesgo de infección
Relajarse frente a las ITG puede resultar muy peligroso. “Lo de pensar que hay personas que no pueden tener enfermedades de transmisión sexual porque son de confianza, porque ya las conocemos o porque consideramos que no son promiscuas es un error”, afirman desde Apoyo Positivo.
Otro riesgo es creer que si una persona viene de una relación estable reciente no puede tener una ITG. Pensar que, en una relación sexual, la persona que realiza la penetración corre menos riesgo que la otra también supone un error. Asimismo, la ausencia de eyaculación no conlleva una reducción del riesgo en muchas ITG.
Algunas personas piensan que hay menos riesgo de contagio si se lavan bien los genitales antes y/o después de la penetración sin condón algo que, aclaran los expertos con rotundidad, “no es cierto”. Además, señalan como falso mito la creencia de que las personas que adquieren alguna ITG son más promiscuas o que presentan un aspecto demacrado.
“Algunos jóvenes pasan del condón al estar bajo los efectos de las drogas”
Combinar el consumo de drogas y alcohol con el sexo es una práctica de riesgo. “Es bastante frecuente ver en consulta cómo algunos jóvenes han pasado del condón con parejas sexuales que acababan de conocer porque estaban bajo los efectos de drogas”, asegura Guillermo López. “Ligar con una persona que te gusta tras la salida de la discoteca a la seis de la mañana, con cansancio y efecto de las drogas, no va a ayudar de cara evitar prácticas de riesgo”, dice.
Desde Apoyo Positivo han detectado que “la población de chicos gais o bisexuales consumen cada vez más drogas psicoactivas en su vida sexual”. El consumo se produce a veces en el marco del chemsex. “Son contextos que unen sexo y determinadas drogas, que se prolongan durante tiempo (6-72 horas) y donde generalmente participan un grupo de personas a las que se van sumando otras mediante captación por aplicaciones de móvil”, explican desde la ONG.
“La gonorrea tiene una incidencia alta tanto en población homosexual y bisexual como en heterosexual, mientras que la sífilis se transmite más en contexto de hombres que tienen sexo con otros hombres, por factores sociales como son tener recursos de ligoteo más endogámicos, y biológicos, el hecho de que los hombres tienen mayor predisposición”, indica Guillermo López de Apoyo Positivo.
En la ONG atienden cada vez más usuarios afectados por chemsex e incluso tienen un programa específico dedicado a atenderles. Cuentan para ello con psicólogos, trabajadores sociales, psiquiatras, educador sociales y grupos de pares. Pero, independientemente de la identidad y de la orientación sexual, “la mayoría de las ITS se transmiten en contextos muy normalizados, y muchas veces con parejas sexuales ya conocidas”, aclara Guillermo López.
“Si la transmisión se da dentro de una pareja, se sienten engañados”
El momento de hacerse la prueba suele ser bastante tenso, tal y como explican desde Apoyo Positivo. “Acuden a la consulta con la percepción de que han perdido el control y de que la suerte está echada. Muchos también tienen temor a que su médico descubra que se ha hecho pruebas”, dicen.
En los jóvenes diagnosticados de alguna ITG se suele producir una mezcla de sentimientos. “Inseguridades, miedos, rabia, incredulidad y vergüenza”, matiza Guillermo López, quien afirma que “el estigma hacia las personas con alguna infección de transmisión sexual sigue estando vigente”. El voluntario añade: “Que te diagnostiquen de sífilis no es lo mismo que te diagnostiquen de, por ejemplo, sinusitis. Hay una implicación emocional y social. Un estigma”.
Las personas con diagnóstico de una ITS suelen activarse sobre ellas mismas un grado alto de culpabilización, explican los expertos. “Cuando la transmisión de ha producido dentro de una pareja estable, la culpabilización y el enfado se dirigen hacia la pareja y hay sensación de ser víctimas de un engaño”, cuenta Guillermo. Según afirma, otra reacción muy frecuente entre los jóvenes diagnosticados con alguna ITG “es la autoculpabilización y se busca también el ‘me lo merezco’, un autocastigo”.
Las infecciones de transmisión sexual son un tema tabú para muchas personas. “Quien tiene o ha tenido una ITG, suele no contarlo ni a sus amistades. Por tanto, parece que la cuestión de las ITG no está en nuestro contexto. Es una realidad que está invisibilizada. Y lo que no se ve, pues como que parece que no es importante”, explican desde Apoyo Positivo.
“Muchos aprenden del porno, mal compañero para la salud sexual”
Desde Apoyo Positivo creen que los jóvenes carecen de referentes apropiados para su sexualidad y afectividad. Según explican, “muchos aprenden mediante los imaginarios del porno, mal compañero para la igualdad y la salud sexual”. Para el psicólogo Denis Pascon, esto resulta muy peligroso: “La pornografía se convierte en información para algunos jóvenes al no disponer de otros recursos. En el porno, muchas veces no se usa condón y el efecto de esas imágenes en la fantasía de personas que no han tenido una educación sexual apropiada puede ser terrible”.
Las campañas de información sobre sexualidad son algo que en Apoyo Positivo consideran muy necesario. Desde la ONG se quejan de que se encuentran con dificultades para ofrecer talleres en institutos o universidades ya que, según dicen, “muchos centros educativos no permiten que se ofrezcan charlas sobre salud sexual”. Hacen hincapié en que la salud sexual en institutos debería ser algo continuado que forme parte del plan integral de estudios.
Hablar de sexualidad, tanto en casa como en la escuela, debería ser una prioridad en la etapa de la adolescencia, indica el psicólogo Denis Pascon, dado que “en ese periodo de la vida se vive un impulso natural a la experimentación”. Además, critica que en los últimos cuarenta años toda la información a nivel mediático se haya centrado en el tema VIH/SIDA, dejando un vacío importante sobre el peligro de contraer otras enfermedades de transmisión sexual.
Hablar más de las ITG y desmontar falsos mitos
Para Guillermo López no vale solo con hablar de la importancia del uso del preservativo, que es fundamental, sino que además de combatir las prácticas sexuales de riesgo, dice que “también hay que luchar contra imaginarios, estereotipos y fantasías que nacen de desigualdades sociales y prejuicios”.
En Apoyo Positivo tienen proyectos como ‘We Love’, con el que transmiten a la población joven conceptos de afectividad y sexualidad más saludables y sostenibles. Trabajan en las redes sociales, colaboran con youtubers, realizan vídeos protagonizados por jóvenes, llevan a cabo talleres en institutos e incluso tienen presencia en festivales a través de stands. Hablar de las ITG, acabar con los estigmas, con los prejuicios y los falsos mitos es imprescindible para no poner en peligro la salud sexual.