Ponte en situación. Vas a visitar a tu mejor amigo y te toca compartir habitación con él. Os metéis en la cama, apagáis las luces y os quedáis completamente dormidos. De repente, en mitad de la noche, te despiertas y está acariciándote mientras intenta besarte. Enciendes las luces de golpe y tu amigo se despierta desorientado. No sabe muy bien lo que ha sucedido, y cuando se lo cuentas le cuesta creérselo. ¿Es esto posible? Sí, y es lo que le sucedió a Xabi, un chico de 24 años que sufre episodios de sonambulismo. Hoy de la mano de su testimonio conoceremos esta rara condición y algunos mitos que más de una persona todavía sigue creyendo sobre el sonambulismo.
Mis padres siempre me decían que de noche era sonámbulo, desde muy pequeño. Al parecer empecé con 7 años y cuando era niño me pasaba con mucha frecuencia, varias veces a la semana. No era nada aparatoso como en las películas. Simplemente me quedaba sentado en la cama y empezaba a hablar, o me levantaba e iba a la nevera, o me ponía los zapatos y me vestía. Eran tareas muy automáticas que hacía durante el día, no cosas raras como mucha gente se piensa.
Cuando fui creciendo cada vez tenía menos episodios de sonambulismo, sobre todo me daban en momentos de estrés como la noche antes de un examen o si estaba muy emocionado como el día antes de irme de vacaciones o la víspera de Reyes. Mis padres lo consultaron con mi pediatra y les dijo que mientras fuese algo ocasional no se preocupasen, que simplemente vigilasen que mi habitación era segura sin trastos de por medio para no tropezarme y cerrando la ventana todas las noches. También les dijo que no pasaba nada por despertarme, pero que igual estaba desorientado porque cuando uno está sonámbulo está dormido y despertarte de repente en la cocina es un poco agobiante. De todos modos, no te mueres ni te da un ataque de pánico como mucha gente cree, simplemente te quedas un poco rayado en plan ‘¿qué hago yo aquí?’.
Con 12 años o así empecé a explorar mi sexualidad como cualquier niño o niña. No tiene ningún misterio, todos nos hemos empezado a acariciar y al sentir gustito hemos seguido. El problema no era ese, sino que empecé a despertarme por la noche con las sábanas o el pijama manchado. Yo no era consciente, pero me masturbaba dormido. Era algo muy esporádico, a lo mejor una vez al mes, pero yo lo pasaba fatal. Me daba mucha vergüenza que mis padres se enterasen. Ningún chico quiere hablar de estos temas con alguien mayor, y muchos menos que pillen las pruebas del delito.
Por culpa de mis “problemas nocturnos” evitaba dormir fuera de casa. No iba a campamentos y no quería pasar la noche fuera de casa si tenía que compartir cama con alguien. Tampoco invitaba amigos a casa. Así estuve hasta que empecé la universidad y me mudé de ciudad para estudiar la carrera que me gustaba.
Llevaba ya mucho tiempo sin ningún accidente nocturno de tipo sexual, más o menos 3 años. Sí que seguía siendo sonámbulo, pero cada vez menos. Ya apenas me levantaba por la noche y lo máximo que me pasaba era ponerme a hablar dormido.
Un fin de semana uno de mis mejores amigos vino a verme y se quedó a dormir en mi habitación porque el sofá del salón estaba ocupado por la hermana de mi compañera de piso. Mi cama era de matrimonio así que no había problema, íbamos a estar cómodos. El problema es que en mitad de la noche intenté besar a mi amigo y le estaba metiendo mano. Yo no me di cuenta, lo sé porque él me lo contó. Recuerdo que me desperté con él flipando y diciéndome que qué hacía. Estaba muy confuso y me explicó lo que había pasado. Yo no me lo podía creer, pero conociendo mi historial no me extrañaba.
Todo quedó en una anécdota graciosa y él me entendió perfectamente, pero cada vez que me voy de vacaciones con mis amigos y hay una cama individual me la dan para mí. Entiendo que les resulte incómodo despertarse en mitad de la noche con una persona metiéndoles mano, es bastante raro, pero yo no lo puedo evitar. Tampoco sueño nada sexual que explique eso. Puedo estar soñando con un examen mientras intento besar a alguien en la realidad, no soy consciente.
Ahora mismo tengo novia y sabe de mi situación. A veces tengo episodios de sexomia, que es el nombre técnico de lo que me pasa. Ella me tranquiliza, me dice que me duerma y se me pasa rápidamente. Mucha gente dice que vaya lujo, que se aproveche, pero en realidad yo no soy quien quiere hacer el amor, es mi ‘yo dormido’. Por suerte el apoyo de mi novia me está ayudando mucho y ya han pasado 8 meses desde mi último episodio. Es importante que la gente te entienda y romper los mitos falsos sobre el sonambulismo y la sexomia, porque a más desinformación peor lo pasamos los que lo sufrimos, y a más ansiedad más probabilidades de sufrir un episodio.