La sentencia de La Manada reabre el debate: "Es necesario un sistema legal libre de sesgos sexistas"
La Fiscalía solicitaba 6 años de cárcel, pero la pena será de un año y medio de prisión por abuso sexual
"No hay lógica alguna en que difundir un vídeo de un delito sexual sea más grave que el propio delito en sí"
El 7 de julio de 2016 el caso de La Manada marcaba un antes y un después en la historia de España. La violación grupal de cinco hombres a una joven de 18 años en un portal de Navarra despertó la indignación de prácticamente toda la nación. Meses después, la Policía Foral de Navarra que investigaba la agresión encontró en el teléfono de los acusados diferentes vídeos en los que se podía observar cómo cuatro de ellos abusaban sexualmente de otra joven de 21 años, esta vez en Pozoblanco (Córdoba).
Hoy, casi cuatro años después de ambas violaciones, ya hay una sentencia definitiva para el caso de Pozoblanco: 18 meses de prisión por abuso sexual por delito contra la intimidad.
La noticia, lejos de cerrar una herida que llevaba tanto tiempo abierta, ha desconcertado a quienes seguían de cerca el caso, y como crítica hacia la sentencia, la Plataforma Cordobesa Contra la Violencia a las Mujeres ha convocado la misma tarde de este jueves una concentración con dos objetivos. Por un lado, criticar un sistema legal que sistemáticamente se posiciona a favor de los agresores. Por otro lado, mandar un mensaje de apoyo a la víctima.
El caso de Pozoblanco ya tiene sentencia
El delito se remonta a las fiestas de Pozoblanco en mayo de 2016, en las que José Ángel Prenda, Alfonso Jesús Cabezuelo, Jesús Escudero y Antonio Manuel Guerrero violaron grupalmente a una joven inconsciente en un coche, agrediéndola física y sexualmente.
Según el Juez que descubrió los vídeos, "la llevaron hasta la localidad de Pozoblanco, donde se despertó completamente desnuda en el asiento de atrás y con las medias rotas". Posteriormente la joven se vistió y se sentó en el asiento del copiloto, "momento en el que Alfonso Jesús Cabezuelo le requirió para que le hiciera una felación. Ante la oposición de ella, el investigado la golpeó dos veces en la cara y otra en el brazo".
En el vídeo, grabado por Antonio Manuel Guerrero, Guardia Civil y conductor en aquel momento, se puede observar cómo manosean y besan a la víctima, que parece inerte. Al enviar el vídeo a su grupo de amigos de WhatsApp, sus colegas preguntan si le echaron burundanga o si está muerta. "Está en coma", responde uno de los agresores.
A la mañana siguiente la víctima se despertó con moratones y dolor en los muslos, fotografiando varios de los hematomas que tenía en sus piernas. Sin embargo, no recordaba mucho de lo que sucedió, y al compartir el suceso con su entorno fue cuestionada. Ella pensaba que sólo había un hombre implicado en la violación hasta que la Policía Foral le mostró los vídeos en los que se podía ver a los cuatro agresores.