Una ruptura nunca es agradable, pero en pleno aislamiento puede resultar todavía más difícil de digerir. Por un lado, tenemos demasiado tiempo a solas para reflexionar. A esto hay que sumarle que el móvil se convierte en una prolongación de nuestras manos, y es inevitable caer en la tentación de escribir a nuestro ex. Aun así es posible superar una ruptura en estos tiempos tan difíciles, y Erica, Isaac y Helena son la prueba de ello.
El amor no sigue reglas ni horarios, y el desamor tampoco. Hay muchas factores que pueden dar pie a una ruptura, entre ellos la distancia y la soledad. Ojo, esto no significa que una relación a distancia esté abocada al fracaso ni mucho menos, sino que cuando estamos lejos de nuestra pareja y a solas, tenemos más tiempo para reflexionar sobre los pros y los contras.
Por otro lado, no es lo mismo comenzar una relación sabiendo que vas a estar lejos de tu pareja, a que de repente un imprevisto os haga separaros. Esto es lo que ha sucedido con el coronavirus, y a raíz del confinamiento todos hemos invertido más tiempo reflexionando y echando de menos o de más a nuestra pareja.
Erica tiene 23 años y acaba de cortar con el que fue su primer novio serio. Tras 5 años de relación, el confinamiento le sirvió para darse cuenta de que quería algo más. "Mi ex y yo nos conocimos por Twitter y estuvimos unos meses a distancia, pero el primer año de carrera él se mudo a Madrid para estudiar", recuerda.
"Ya este último año estábamos bastante mal, con muchas discusiones por bobadas, y empecé a darme cuenta de que nuestros planes de futuro eran muy diferentes". Erica quiere irse a trabajar al extranjero, y su expareja prefería asentarse en España y formar una familia. "Posponía dejarlo porque yo le quería y le quiero mucho, pero lo que no se puede hacer es renunciar a tus sueños o planes vitales por amor. Sé que si hubiésemos seguido, en unos años yo me habría arrepentido de no haber viajado fuera de España, y él a los 50 años me echaría en cara no tener hijos porque yo no quiero".
En el caso de Isaac, de 25 años, el motivo de la ruptura fue algo distinto. "Es curioso porque todo el mundo se ha sentido encerrado o agobiado durante la cuarentena, y yo me he sentido feliz después de un año", confiesa. "Mi novia y yo llevábamos un año y medio, y al principio todo era perfecto. Con el tiempo se volvió muy celosa con mis amigas y empezó a cotillear mis conversaciones de WhatsApp e incluso a vigilar a qué daba me gusta en Instagram. Yo nunca he sido de tontear con chicas, sobre todo teniendo novia. Es que soy timidísimo y jamás engañaría a mi pareja".
"La gota que colmó el vaso fue que se puso celosa de mi hermana, y durante la cuarentena hablé con ella y me dijo que no era sano. Había perdido a muchos amigos y amigas y me había alejado de mi hermana", así que Isaac decidió poner punto y final y en pleno aislamiento logró ser libre.
Helena tiene 22 años y su ruptura ha sido especialmente difícil porque no ha sido ella quién tomó la decisión. "No me lo esperaba para nada, me pilló de sopetón", afirma. "Nos conocimos el año pasado en verano, y yo pensaba que todo iba bien. Lo peor de todo es que ni siquiera me dio un motivo, simplemente que ya no sentía lo mismo y que era mejor cortar".
"Al principio me obsesioné mucho, le escribía porque no era capaz de comprenderlo, pero con el tiempo he salido de ese agujero y he sido capaz de comprender su postura".
"La gente se piensa que cuando eres tú quién lo deja estás fenomenal, pero yo lo he pasado peor. En parte sigo queriendo a mi ex, así que no ha sido fácil", comparte Erika. "En mi caso lo que más me ha ayudado ha sido estar entretenida con manualidades para no pensar. He aprendido a bordar en punto de cruz y he dibujado muchísimo. También he escrito una especie de diario que me ha ayudado a descargar toda la tristeza y a poner en orden mis ideas".
Lo que más ha ayudado a Isaac ha sido, sin duda, apoyarse en sus seres queridos. "He aprovechado esta cuarentena para hablar con toda esa gente a la que dejé de lado durante la relación. He pedido perdón a mis amigos y absolutamente todos me han entendido y me han apoyado, y quieras que no eso reconforta mucho". También ha contado con la incondicional ayuda de su hermana. "Prácticamente todos los días he hecho videollamadas con mi familia, y mi hermana ha sido un pilar fundamental para que superase la ruptura".
Para Helena ha sido un camino largo y duro, pero ahora que lo ve en perspectiva agradece todo lo que ha sucedido. "Pensaba que mi ex no tenía motivos para dejarme, pero el hecho de ya no estar enamorado es un motivo. No siempre tiene que haber un detonante, a veces se acaba el amor, y ponerme en su piel y empatizar ha sido mi salvación".