Llega el calor, las playas y piscinas abarrotadas de gente y el olor a protector solar. En pocas palabras, el verano, y con él la obsesión de estar morenos, aunque para conseguirlo pongamos nuestra salud en peligro.
Hasta relativamente poco, la tez pálida era lo que se consideraba estético, bonito y deseable en Europa.
Desde la edad media hasta el siglo XXI, una piel blanca, casi translúcida, era considerada como signo de nobleza y, en consecuencia, belleza. Incluso hubo una época en la que las mujeres con tuberculosis eran consideradas tremendamente atractivas, y aquellas que estaban sanas intentaban recrear esa apariencia enfermiza ingiriendo arsénico, maquillándose con pigmentos verdosos, marcándose las ojeras y ruborizándose las mejillas para simular la fiebre.
Fue en los años 20 cuando la jet set comenzó a popularizar el bronceado. Concretamente Coco Chanel, la diseñadora que marcaba tendencia en Francia. Cuando en 1923 volvió de sus vacaciones más morena que nunca, todas las mujeres quisieron imitar a su ídolo. La ropa cada vez era más corta, los bañadores más escuetos y las playas se convirtieron en el destino vacacional más demandado.
No es casualidad que en 1945 se diseñe el bikini en Francia o que en 1960 se comenzasen a anunciar cremas y aceites potenciadores del bronceado. La moda iba sin frenos hacia una dirección: ser morena a toda costa, como le ocurrió a este chico que se pasó con el autobronceador:
Por mucho que te guste lucir una piel bronceada, debes saber que el moreno conlleva unos cuantos riesgos para tu salud.
El más grave y conocido por todos es el cáncer de piel, pudiendo diferenciar dos tipos de tumores:
Además del cáncer de piel, la exposición solar excesiva puede provocar daño ocular, un debilitamiento del sistema inmune, reacciones a ciertos medicamentos y a nivel estético un envejecimiento de la piel prematuro por manchas, arrugas y zonas escamosas.
Para Ainhoa y sus amigas el verano era sinónimo de ponerse morenas. En cuanto abrían las piscinas les faltaba tiempo para coger su mochila y plantarse en el césped artificial, embadurnarse de acelerador del bronceado y a última hora, bañarse para eliminar cualquier resto de producto y refrescarse antes de volver a casa.
En esta ruleta rusa contra la radiación solar, Ainhoa salió perdiendo. A los 25 años le diagnosticaron un melanoma. Ahora, libre de cáncer, la joven reflexiona sobre la obsesión que sufrió años atrás.
“Era acabar el curso y ya estábamos en la piscina. No había truco para ponerse morena que no conociésemos. Comprábamos un bote de spray, lo llenábamos de Coca Cola y nos lo echábamos por todo el cuerpo. También nos poníamos aceite de bebé, aceite de cocinar, Nivea de bote azul… Bueno, es que de todo”, recuerda Ainhoa. “Y luego nos comparábamos para ver quién estaba más morena”.
Buscaban en foros consejos para aumentar el bronceado y nunca utilizaban protección solar. “Me acuerdo que los primeros días nos quemábamos todas, pero nos lo tomábamos a cachondeo y decíamos que lo rojo ya sería marrón en una semana”.
Todo cambió cuando Ainhoa comenzó a tener un picor en la barbilla que no desaparecía. “Un lunar que había tenido ahí toda la vida se puso rojo y me picaba. Me rascaba y me picaba”, nos explica. “Eso fue en agosto de 2018. Pues en noviembre ya fue cuando me diagnosticaron cáncer de piel”.
“Para mí fue durísimo, pero para mis amigas también. Fue como una especie de advertencia de que estábamos mal. Tú ves un post en Instagram sobre tanorexia y piensas que no te pasa a ti, que lo tuyo no es para tanto, pero luego te paras a pensar y sí. El verte feísima cuando estás pálida, el querer estar morena a toda costa, el quemarte y pensar que no pasa nada porque a los dos días se te pasará… Eso no es normal”, reflexiona. “Ahora estoy intentando aceptar mi palidez, pero no es fácil. Reconozco que a veces me veo fatal”.
La mejor forma de protegerte del sol es no tomándolo a ciertas horas del día. Los dermatólogos y oncólogos recomiendan evitar la exposición solar entre las 12 del mediodía y las 4 de la tarde.
Si aun así vas a tomar el sol, sigue las siguientes recomendaciones: