La humildad y la solidaridad le cambiaron la vida a un humilde gasolinero de Sudáfrica. La historia empezó cuando una mujer que viajaba por Ciudad del Cabo, Monet, paró en una estación de servicio para echar gasolina. Todo iba bien hasta que cayó en la cuenta que no llevaba tarjeta de crédito y no tenía dinero en metálico. En ese preciso instante, uno de los trabajadores, Nkosijho Mbele, le prestó dinero para pagar.
"No puedes quedarte sin gasolina en la N2 (carretera). Pondré 100 rand (unos seis euros) y luego me los podrás devolver cuando estés cerca", le comentó Mbele, tal y como publicó en redes sociales Monet. Y es que el sueldo más alto del joven, que comparte casa con su madre y dos hijos, es de 50 euros.
Lo que no supo Mbele es que su gesto le sería devuelto con creces. Monet inició una campaña de recaudación para premiar y ayudar al honorable gasolinero. Por el momento la iniciativa ya ha superado los 30.000 euros y sigue creciendo. Ahora, la mujer baraja la opción de entregarle el monto a través de una trasferencia para que no le roben al trabajador.