Una de las mayores inseguridades del género masculino es la falta de pelo en la cabeza, una condición que afecta al 42,60% de la población española. En ocasiones esta escasez capilar se queda en eso, pero a veces avanza dando lugar a calvicie prematura.
Este es el caso de Javi, un chico de 23 años que desde hace unos años ha comenzado a perder pelo y con él su autoestima. Hoy analizaremos su caso al detalle y recopilaremos varios consejos para dejar la gorra guardada en el armario y salir a la calle con orgullo independientemente de la densidad capilar que tengas.
Siempre he intuido que iba a quedarme calvo algún día. Mi padre no tiene pelo y mis abuelos tampoco, así que tenía casi todas las papeletas. Lo que no sabía es que sería tan pronto, porque tengo 23 años y no es que tenga entradas… ¡Tengo una plaza entera!
Me lo tomo un poco con humor, pero la alopecia es algo que me genera mucha inseguridad, sobre todo ahora. Este año he perdido mucho pelo y se nota mogollón el cambio respecto al año pasado, y cuando he vuelto a mi ciudad en verano y he visto a mis amigos de toda la vida, pues han flipado un poco. Algunos no han dicho nada, pero se notaba que me miraban la calva, y otros directamente han hecho bromas tipo “uy, se te ve el cartón” o cosas así.
La gente tiene muy poco tacto con los chicos para estas cosas porque existe ese estereotipo machista de que los hombres somos fuertes y no, también tenemos problemas de autoestima como cualquier ser humano.
Al final me he pasado todos estos meses con la gorra día sí, día también. Es duro porque sé que esto sólo puede ir a peor. Me he llegado a plantear ponerme implantes, porque he probado mil fármacos y lociones y ninguna me ha ayudado. En realidad sé que lo mejor que podría hacer es aceptarlo, pero me cuesta mucho.
Da igual si tienes 20 o 40 años, si te está sucediendo lo miso que a Javi y la falta de pelo te trae de cabeza (nunca mejor dicho), hay algunos trucos que te pueden ayudar a entender mejor lo que está ocurriéndote y, sobre todo, a aceptarte.
Cuando buscas consejos en Internet para lidiar con la calvicie, muchas personas recomiendan “compensar” el déficit de pelo haciendo ejercicio, poniéndote en forma y sacando musculo. Una cosa es practicar deporte porque nos hace sentir bien y otra muy distinta es obsesionarnos con el ejercicio para compensar, como si la falta de pelo fuese un gran defecto que contrarrestar.
Si cada vez que alguien te hace una foto actúas como un vampiro al ver ajo, párate a reflexionar. ¿Por qué rehuyes de las cámaras? Si nunca te han gustado las fotos, es respetable y entendible. Si has comenzado a actuar así desde que has perdido pelo, intenta quitarte esta costumbre. Cuando pasen los años te arrepentirás de no formar parte de esas instantáneas. En el momento tal vez te da corte, pero al fin y al cabo las fotos son una forma de inmortalizar recuerdos.
Respecto al espejo, intenta mirarte para acostumbrarte a tu aspecto físico. Cuanto más nos conocemos, más cómodos nos sentimos en nuestra propia piel. Por eso es importante reservar un par de minutos cada día para mirarnos en el espejo.
Con los productos anticaída sucede lo mismo que con las cremas anticelulíticas: la mayoría no funcionan. La industria de la belleza sabe sacar partido de las inseguridades de la gente. Hidratantes antiarrugas, productos milagrosos antiestrías, lociones anticaída… ¿No sería más barato aceptar nuestro cuerpo? Sobre todo si tenemos en cuenta que los seres humanos no somos muñecos con la piel lisa. Tenemos cicatrices, marcas, michelines y a veces el pelo que nos “sobra” por debajo del cuello nos falta en la cabeza. Que nadie te haga creer que estas cosas te hacen menos válido o poco atractivo.
Hay personas pálidas, morenas, altas, bajas, rubias, castañas, delgadas y gordas. ¡Y también hay gente calva! El problema es que los medios de comunicación no suelen reflejar esta diversidad y, por ejemplo, es raro ver a un hombre calvo con el papel de “tío bueno” en una película. Lo mismo sucede con el peso y la altura: ¿Recuerdas haber visto alguna serie en la que la protagonista sea más alta que su novio? ¿Cuántos protagonistas con un papel de “pibón” tienen una talla XL o superior? Todas estas imágenes construyen nuestra forma de pensar, por eso es importante fomentar la diversidad en el cine, en la moda y en las redes sociales.
Algunas personas adoran su nariz, otras sus ojos, otras su sonrisa y otras su pelo. Si siempre has lucido pelazo con orgullo y estás empezando a perderlo, seguro que te sientes angustiado y con una sensación de impotencia muy grande, es comprensible. Sin embargo, debes recordar que el pelo no refleja ni la masculinidad ni el atractivo.
En primer lugar, el concepto de masculinidad es bastante tóxico, sexista y ambiguo. ¿Qué es ser masculino y qué es ser femenino? Son construcciones sociales basadas en estereotipos de género, así que sácate esa idea de la cabeza.
Respecto al atractivo, cualquiera coincidirá: una persona sexy es aquella que muestra seguridad en si misma, independientemente de su peso, su altura o la cantidad de pelo que tiene en la cabeza. El resto es subjetivo.