En la vida y en la rutina que mantenemos cada jornada pueden surgir accidentes inesperados. No digamos ya en la cama, donde una mala posición o un ejercicio brusco acarrea a veces lesiones que nos ponen en tensión. Pese a que es infrecuente, la rotura de frenillo (no así la de pene que las personas con pene pueden sufrir en sus encuentros íntimos. Al componente de la sangre abundante y el dolor se suma el del agobio y la tensión. ¿Es una situación de emergencia o no debemos magnificarla en exceso? ¿Qué se puede hacer en estos casos?
Te damos algunas pautas para limitar el problema (tiene solución, no te preocupes).
Ante la pregunta, frecuente, de si es normal que el frenillo se rompa en una primera relación sexual, la respuesta es negativa. No tiene por qué pasar, y, de hecho, la probabilidad de que suceda es relativamente baja (si no hacemos tonterías).
Sí es cierto que cuando un pene cuenta con un frenillo corto y poco flexible las posibilidades de sufrir este tipo de accidente aumentan. En la ciencia médica, recibe el nombre de ‘frenillo breve’ o frenulum breve, y se identifica por algunos detalles: son frecuentes las molestias en la unión entre el grande y el tronco, no puede retirarse completamente hacia atrás y el glande se dobla hacia abajo cuando se tira de la piel que lo recubre parcialmente.
En el frenulum breve, el pedazo de piel que une el tronco del pene con el glande tiene una longitud menor de lo habitual, y de ahí que se cree una cierta tensión cuando tenemos una erección. En estos casos, lo mejor es consultar al urólogo y encomendarse a sus recomendaciones y ejercicios para ‘elastificar’ el frenillo y disminuir las posibilidades de sufrir un accidente. En algunos casos, el especialista puede sugerir una operación conocida como frenuloplastia: cortarlo para liberar a nuestras erecciones de toda esa tensión.
Si tu frenillo es corto, te conviene tenerlo en cuenta antes de mantener relaciones sexuales con penetración y con cualquier actividad sexual en general (con la masturbación, por ejemplo; incluso practicando algún deporte).
Lo primero es mantener la calma y no ceder al pánico. Es un accidente aparatoso y conlleva cierto dolor, sangre y molestias, pero tiene cura y tratamiento, no va a condicionar tu vida sexual de ninguna forma. Lo único que sucederá cuando el frenillo esté curado es que podrás retirar completamente la piel que cubre el tronco del pene. El elemento de unión de las dos partes habrá desaparecido.
En este sentido, hay que acudir a urgencias inmediatamente para que sea el personal médico el que evalúe lo que se ha de hacer y sean ellos los que prescriban el tratamiento, detengan la hemorragia y nos faciliten toda la ayuda que necesitemos.
El paso más importante es parar el sangrado, que puede ser abundante y durar hasta 15 minutos. Esto es normal, al ser una zona con irrigación frecuente y en erección. Se recomienda utilizar gasas esterilizadas para reducir el riesgo de infección, algo que complicaría mucho la cicatrización de la zona y el proceso de curación. Si nada se tuerce, el tejido debería regenerarse con absoluta normalidad a lo largo de un periodo variable. Al ser una zona húmeda, la cicatrización podría tardar más de lo habitual y producir molestias. El urólogo o el especialista de urgencias recomendará evitar las erecciones y, por descontado, no mantener ningún tipo de relación sexual durante la recuperación.