181 personas esperan congeladas bajo un desierto de Arizona a que las resuciten
La congelación se produce en el momento de la muerte y conserva el cuerpo en el mismo estado
Todos ellos pagaron para que la ciencia les resucite en un futuro próximo
El proceso puede llegar acostar unos 200.000 dólares más los gastos de conservación indefinida
Un total de 181 personas esperan congeladas bajo un desierto de Arizona a que la ciencia encuentre la manera de resucitarlas. Se encuentran criogenizadas desde el momento de su muerte, con sus cuerpos incorruptos y almacenados en las instalaciones que la Fundación Alcor Life Extensions tiene a las afueras de la ciudad de Phoenix.
El proceso de criogenización permite congelar el cuerpo humano y mantenerlo a muy bajas temperaturas, lo que permite que no se descomponga y permanezca en el mismo estado que se encontraba en el momento de la muerte. Como puede leerse en la página web de la Fundación Alcor Life Extensión "esta es la práctica de preservar la vida al pausar el proceso de muerte utilizando temperaturas bajo cero, con la intención de restaurar la buena salud con tecnología médica en el futuro'.
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La compañía lleva 49 años operando y cuenta actualmente con 181 personas criogenizadas en sus tanques de frío, entre los que descansa James Bedford, un militar veterano de la Primera Guerra Mundial. La Fundación tiene actualmente 1.338 miembros, que esperan ocupar un tanque de criogenización en el momento que fallezcan. Actualmente hay 5 miembros de la Fundación de nacionalidad española y 2 pacientes españoles en los tanques de criogenización bajo el desierto de Arizona.
Una promesa de extender la vida más allá de la muerte que confía en que, en algún momento en el futuro, la tecnología humana permitirá revivir cuerpos clínicamente muertos. Todas estas personas han confiado su regreso en el futuro a esta fundación, para lo que han tenido que abonar unos costes de alrededor de 200.000 dólares para cubrir todo el proceso. Eso sí, también deben dejar un buen fondo de provisión económica que sufrague los costes del mantenimiento del cuerpo congelado de manera indefinida.
Aunque pueda parecer ciencia ficción hay quien piensa que estamos a un paso de lograr los avances científicos necesarios para cumplir los deseos de estos fallecidos preservados en hielo. En el año 2016, investigadores del Centro 21st Century Medicine en California descongelaron con éxito el cerebro de un conejo de un estado criogénico en un estado casi perfecto. Según la investigación, publicada en la revista New Scientist, se descubrió que el circuito sináptico del cerebro se había conservado perfectamente, si bien el cerebro no era funcional.