Adiestran a perros policía en el Metro de Madrid para detectar droga con la mayor precisión
En el curso, de seis meses de duración, participan adiestradores y perros de 13 policías locales de toda España
Los agentes esconden muestras para que los perros las encuentren
Aunque un pasajero trate de disimular el olor de la droga, lo diferencian
Trece futuros perros policía se entrenan en la estación de metro de El Bercial, en la localidad madrileña de Getafe. Sus adiestradores esconden hasta nueve muestras diferentes de droga en la estación, y ellos deben encontrarla. Esta práctica, en un escenario real, se complementa con otras en aviones, autobuses, institutos o trenes, El objetivo es que los perros se acostumbren a estos diferentes escenarios, a los pasajeros, a los ruidos y a los olores para que nada pueda desconcentrarlos cuando pasen a la acción.
La droga suele ser detectada por perros policía, que son adiestrados durante seis meses en entornos reales, como es el caso del Metro de Madrid. Para entrenarles, los agentes se trasladan hasta una estación con una maleta que contiene nueve muestras de drogas diferentes y las esconden en distintos puntos para que los perros las encuentren.
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Deben decir, "mediante su olfato, dónde está exactamente esa sustancia", según explica Alfonso Tribio, subinspector de la Policía Local de Alcobendas. Aún son cachorros y están aprendiendo, pero no tardan en dar con ella. Reciben como premio "un rodillo de tela" que disfrutan tras cumplir su función. Para ellos es tan solo un juego. "Los perros no entienden lo que es la droga, para ellos es un simple olor que lo asocian a algo positivo, que es su juguete", explica Fernando Cuño, miembro de la Unidad Canina de la Policía Local de Getafe.
La importancia de entrenarles en un escenario real
Se trata de futuros perros policía adiestrados fuera de la academia, en un escenario real. "Si fuera un escenario simulado, al final se acostumbran. No hay tanta gente, no hay trasiego de personas", explica Víctor Brocate, director de seguridad del Metro de Madrid.
Los perros tienen que aprender a subirse al vagón. Para su labor, "puede afectar el suelo, el ruido, el movimiento y diferentes olores de la gente", según explica Cuño. No obstante, aunque algún pasajero trate de disimular el olor de la droga entre otras fragancias más intensas, "como café o especias como orégano", ellos son capaces de diferenciarlo. "En el momento que le sale olor de una partícula que tienen asociada, el perro te lo va a marcar", según los expertos. Nada los engaña, ni los desconcentra.