El pellet es un combustible que se elabora a partir del serrín natural de pino seco. Para obtenerlo, se comprime al máximo el serrín con unas máquinas que lo sellan y que no incluyen ningún aditivo. Tiene un alto poder calorífico, por lo que sirve para estufas y calderas. Se considera un combustible limpio, que respeta el medio ambiente, según diversas webs especializadas.
Una estufa de pellets tiene un funcionamiento parecido al de una estufa de leña tradicional, pero emplea esta biomasa renovable. Para ello suele tener un compartimento donde se van consumiendo los pellets mediante la combustión, y una zona donde se cargan para que vayan cayendo según se consuman, de manera automática. Además utilizan gases de combustión para calentar el aire que generan, y tiene que estar conectada a la red eléctrica.
Uno de los beneficios de las calderas de biomasa es su rápida generación de calor. Además en el caso de los pellets, muchos modelos tienen disponibles termostatos para regular el encendido del ventilador, ajustando la velocidad a la que se difunde el aire caliente y pudiendo programar un encendido o apagado durante el día. Además, puede funcionar sin intervención humana durante horas, según la capacidad de depósito que tenga.
Pero sin duda, uno de sus grandes beneficios se centra en su consumo y su ahorro energético. Si se compara con un equipo con gasóleo, se puede llegar a ahorrar hasta un 60%. Si tenemos en cuenta las diferencias entre el precio del gasóleo y el de la biomasa, y también el coste de la instalación de una estufa de uno u otro tipo, se estima que estas estufas ahorran 245 euros anuales.