En contra de lo que pueda decir tu colega, el que guarda un condón en la cartera desde su primera comunión, los preservativos tienen fecha de caducidad. No solo eso: usarlos después de ese día puede hacer que este método, eficaz contra las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) y los embarazos no deseados, pierda todo su poder y se convierta en un peligro para la salud de todos. Por mucho que el preservativo se mantenga cerrado y parezca en buen estado, no debe usarse, ya que tiene muchas más probabilidades de agrietarse o romperse.
Los condones tienen una vida útil y una fecha de caducidad, y aunque se trate de uno de los métodos anticonceptivos más populares, no todo el mundo lo sabe. Simplemente, los compran, los guardan en un sitio mal ventilado (lo más recomendable es meterlos en espacios con poca luz y bien aireados, como los cajones de la mesilla de noche o alguna estantería, por ejemplo) y se olvidan de ellos hasta que la situación requiere de su aparición urgente. Es en ese momento cuando surgen las dudas: ¿Cuándo lo compré? ¿Exactamente, cuándo caducan? ¿Dónde puedo encontrar la fecha? Preguntas completamente normales (y bastante habituales), a las que te respondemos en Yasss.
Sí, rotundamente sí. Los preservativos son uno de los métodos anticonceptivos más seguros, y uno de los más fiables si mantienes relaciones esporádicas o con más de una persona, pero toda su habilidad se puede ir al garete cuando la fecha de caducidad entra en escena. Si guardas alguno con la fecha de vencimiento pasada, lo mejor para ti es que lo tires a la basura sin utilizarlo.
La duración del preservativo depende de la marca, aunque la mayoría suelen tener una vida de poco más de cuatro años desde que son fabricados. Eso en el caso de los de látex; si hablamos de los de polisopreno, la cosa se reduce hasta los tres años (en el mejor de los casos), así que conviene estar todavía más alerta.
El problema no es que un condón caducado desarrolle vida propia y empiece a controlar tu pene a voluntad, sino que los materiales se vuelven cada vez más débiles y pierden su eficacia con el tiempo. Por eso, llega un momento en el que el riesgo de que se rompa es casi mayor que el de que no lo haga, y mantener relaciones sexuales con uno de esas características es jugar a una ruleta rusa muy peligrosa.
Tanto el látex como el poliisopreno son materiales resistentes y elásticos que, sin embargo, pierden su calidad con el paso del tiempo. La fecha de caducidad indica el periodo aproximado en el que se puede usar ese preservativo sin riesgo de contraer una ITS o un embarazo no deseado. También favorecen el desgarramiento y la rotura del material, que se puede dar durante la penetración. Incluso si no llega a romperse del todo, pueden aparecer estrías que filtren el flujo vaginal o el semen, provocar incomodidad, irritaciones o sarpullidos en la zona genital.
Tirar los condones a la basura cuando caducan es una buena medida para evitar problemas, pero hay otras labores de prevención que nos pueden ayudar a mantener la efectividad del preservativo antes de que venza su fecha de uso.
Por ejemplo, en lo que respecta a los espacios donde los guardamos: no deben ser sitios demasiado calurosos ni soleados, para evitar que se rompan o dañen, ni deben guardarse en sitios que se golpeen o rocen habitualmente, como una cartera. Intenta siempre almacenarlos a temperatura ambiente, en un sitio oscuro y seco.
La talla de condón, la buena colocación del mismo y la lubricación también son muy importantes. Respecto al último punto, recuerda que un lubricante con base de agua no solo mejora las relaciones sexuales, sino que asegura la efectividad del condón y reduce el riesgo de rotura, bastante común debido a la fricción. Si sigues estas recomendaciones y las del fabricante, que normalmente están escritas en las cajas de los preservativos, será muy difícil que tengas un problema.