"Mi pareja me controla": 5 señales que deberían hacer saltar tus alarmas
El exceso de control no es amor, es una obseisón
Cinco chicos y chicas nos cuentan su experiencia en relaciones de pareja posesivas
Las relaciones de pareja no siempre son perfectas, pero hay ciertos límites que jamás deben cruzarse, entre ellos el respeto. Una cosa es preocuparte por tu novia o por tu novio y otra muy distinta controlar cada uno de sus movimientos hasta el punto de asfixiarle psicológicamente. Por desgracia no siempre es fácil identificar estas señales de alarma, así que hemos preguntado a varios chicos y chichas que han vivido relaciones abusivas para que nos cuenten sus experiencias.
La posesividad y el control es una forma de maltratar psicológicamente a tu pareja y, en la mayoría de los casos, no surge repentinamente. Algo que sorprende mucho a las personas que no han vivido una relación de maltrato es cómo aguanta tanto tiempo la víctima sin huir. La razón es simple: se siente aislada, idealiza a su pareja y justifica todo lo que hace porque cree que ella es la culpable. Por eso es importante no juzgar y apoyar a la víctima en todo momento.
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Lo que vamos a leer a continuación son los primeros pasos del maltrato. Son sutiles y a veces se disfrazan como “pruebas de amor”, pero lo que esconde es posesividad, sufrimiento, celos y una relación disfuncional. No hay excusas. Ni estar en una relación a distancia o no tener secretos para tu pareja son excusa para pasar por alto cualquiera de estas situaciones. Estas son las cinco señales de que tu relación está yendo por el camino incorrecto.
1. Aislarte de tus amigos
“Cuando empecé a salir con mi ex, lo primero que hizo fue meterme en su grupo de amigos. Yo quería pasar tiempo con él, pero para conseguirlo tenía que salir con su grupo. Él nunca salía con mis amigas porque decía que se aburría, que le miraban mal, que estaban en su contra y cosas así.
Mis amigas me avisaron que no era de fiar, que estaba absorbiéndome, pero yo pensé que tenían envidia y empecé a dejarlas de lado. Él me comía la oreja por detrás hablando mal de ellas e inventándose historias que yo me creía. Fue como una pesadilla todo.
Tiempo después empezó a maltratarme de otras formas y como yo me sentía tan sola, no sabía con quién hablarlo. Pensaba que sus amigos no me creerían porque él aparentaba ser un tío genial, y con mis amigas apenas hablaba. Me costó meses salir de esa relación.” – Helena (24 años)
2. Controlar tus redes sociales
“Mi novia y yo hemos tenido ya varias discusiones porque tiene la mala costumbre de vigilar todo lo que hago en redes sociales.
Siempre mira con lupa a quién doy me gusta y a quién no, a las personas a las que sigo, los comentarios que hago y cosas así. Si algo le parece raro, me monta un pollo porque dice que estoy tonteando.
Lo paso muy mal porque le molesta hasta que le de me gusta a fotos de amigas del colegio con las que ni he tenido nada, ni jamás lo tendría.
Si yo fuera un picaflor o tontease lo entendería, pero jamás le he dado motivos para desconfiar. Me da miedo que esto acabe con la relación.” – Alfonso (21 años)
3. Mirar tu móvil
“Aunque ahora sé que eso no es sano, mi ex y yo nos revisábamos el teléfono. Lo pintábamos como algo inocente y sin maldad. En plan para ver fotos o para cotillear por curiosidad, pero en realidad era posesividad.
Leíamos todos los mensajes y conocíamos absolutamente todo lo que había en el móvil del otro, contraseñas incluidas. No teníamos intimidad. Además, tampoco filtrábamos; es decir, leíamos todo, aunque fuesen conversaciones con nuestras madres.
Lo acabamos dejando porque no éramos felices y juré no volver a mirar el móvil de ningún novio.” – Ismael (26 años)
4. Elegir tu forma de vestir o de actuar
“Mi primer novio era mayor que yo y controlaba todo lo que hacía. No podía ponerme ropa con mucho escote si no era para salir con él y tampoco minifaldas ni pantalones cortos (ni siquiera en verano). Si me maquillaba, teníamos bronca, porque me decía que me pintaba como una puerta para provocar.
Pasó de decirme lo que vestir a decirme como actuar. Le molestaba cuando me alegraba mucho por las cosas, pero si estaba seria también se enfadaba. No podía reírme de los chistes de los demás, no podía hablar demasiado, no podía bailar de fiesta… Fue una tortura con todas las letras.” – Sara (20 años)
5. Enfadarse si sales por tu cuenta
“Con mi novio todo iba bien salvo cuando yo quería hacer otros planes por mi cuenta. Al principio no se enfadaba, pero me hacía chantaje emocional. Lloraba, me decía que le abandonaba, que él no tenía a nadie, que estaba dejándoles de lado y que era una egoísta. Yo cedía. Luego con el tiempo sí que se cabreaba si salía yo sola, así que dejé de salir para ahorrarme broncas.
Un día en la universidad mis amigos aprovecharon que él no estaba para decirme lo que pensaban. No sé qué me pasó en la cabeza, que abrí los ojos. Esa misma tarde quedé con él y le dejé. Mis amigos me salvaron.” – Candela (24 años)
Todos los testimonios que acabamos de recoger son una forma de maltrato psicológico. Ante cualquiera de estas señales, corta la relación. Háblalo con tus amigos y con tu familia, no estás solo/a.