Ayer les comentábamos la peligrosa moda de realizarse fotografías en el lago tóxico de Siberia, sus aguas cristalinas esconden un vertedero venenoso de una central termoeléctrica. Sin embargo, el peligro no parece ahuyentar a los miles de turistas que se acercan para realizar la instantánea perfecta. Por ello, las autoridades han decidido cortar las carreteras de acceso al arriesgado lago.
En España, también hay aguas turquesas por la contaminación. Están en Galicia y también a traen a numerosos 'instagramers' en busca de su mejor foto, aunque darse un baño puede costarles una alergia o un ingreso hospitalario. Se trata de una antigua mina de wolframio ubicada en el Monte Neme en Carballo (A Coruña), un lugar con historia ya que se cree que las brujas acudían para realizar sus aquelarres y durante la segunda Guerra Mundial los nazis lo explotaron para conseguir ese preciado material.
Ahora ya no se busca wolframio en sus aguas, sino una oleada de ‘likes’, sin tener en cuenta que esta imprudencia puede causar cáncer de piel u otro tipo de patologías. Algunos ‘instagramers’ reconocían no saber el peligro que albergaban esas aguas, sin embargo, otros deciden arriesgarse por una buena foto. Por ejemplo, la influencer Uxía, que fue ingresada por darse un baño en el lago, aseguraba en la Cadena Cope que “lo había pasado mal pero que valía la pena”. Una imprudencia que ni los vómitos ni las manchas en la piel parecen poder frenar.