Los pacientes de cáncer que no acuden a una cita urgente cuando su médico los deriva por sospechar que padecen cáncer tienen un 12 por ciento más de probabilidad de morir un año después del diagnóstico de la enfermedad, según un estudio que buscaba demostrar que es necesario un mayor apoyo para pacientes en riesgo de no acudir a sus citas debido, entre otros motivos, a su localización geográfica.
El estudio, financiado por el 'Yorkshire Cancer Research' y realizado por el 'Hull Medical School' de la Universidad de York (Reino Unido), muestra que los pacientes masculinos menores de 30 años o mayores de 85 años de edad tienen más probabilidad de saltarse su cita en la medida en que son pacientes que viven en barrios desfavorecidos o que ha sido derivada por problemas gastrointestinales. Es por ello que los investigadores sostienen que sería más necesario el apoyo en este tipo de pacientes.
El estudio ha recolectado datos de entre más de 100.000 pacientes que han sido derivados con urgencia de entre 100 médicos de cabecera diferentes en el norte de Inglaterra. La mayoría de pacientes en el estudio (95%) asistieron a su cita con el especialista, pero una significante minoría (5%, o 5.673 personas) no lo hicieron.
Asimismo, el estudio encontró que solo uno de los 18 pacientes que se saltaron su cita fue más tarde diagnosticado de cáncer (comparado con uno en los 10 de aquellos que acudieron a su cita). El pronóstico para aquellos que no habían acudido a su cita era significativamente peor.
Este estudio revela que un 34,6 por ciento de los pacientes que no acudieron a su cita estaban en un estado avanzado de la enfermedad, comparado con el 18,4 por ciento enfermos de cáncer que sí fueron. Tener un estadio más avanzado de la enfermedad es probablemente una razón por la cual más pacientes con cáncer que no atendieron a su cita murieron un año después de su diagnóstico (31,3% comparado con el 19,2% de los que sí acudieron).
"Nuestro estudio demuestra que el diagnóstico de cáncer era menos probable en los pacientes que se saltaban su cita, pero aquellos que sí eran diagnosticados tenían un porvenir peor que los pacientes con cáncer que sí acudían", explica Peter Knapp, del departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad de York y de la 'Hull York Medical School'. Además, señala que esto se podría deber a que estos pacientes "acudieron más tarde a su médico de cabecera y por tanto su enfermedad se encontraba en un estado más avanzado a la hora de ser derivados".
"Que el paciente no acuda a una cita urgente cuando el médico de cabecera le ha derivado por sospechar que tiene cáncer es algo que ocurre en pocos pacientes, pero pasa en ciertos grupos de población", aclara el doctor, y añade que encontraron que "los pacientes sospechosos de padecer un cáncer gastrointestinal estaban entre los que con menos probabilidad acudían a su cita, probablemente debido a que iban a enfrentarse a situaciones incómodas o que les producían vergüenza".
Ya que el estudio sugiere que sería necesaria una mayor preocupación para identificar a pacientes sospechosos de no atender a su cita y la necesidad de ofrecerles una mayor ayuda, el Servicio Nacional de Salud inglés ha lanzado la política 'Two Week Wait, que busca asegurar que los pacientes que podrían tener cáncer acudan a su cita en un plazo máximo de dos semanas desde que el médico de cabecera los deriven al especialista.
Mientras que hay una mayor concienciación social en torno a esta situación, es decir, el rechazo de acudir al especialista cuando el paciente es sospechoso de padecer cáncer, este estudio es el primero en centrarse en estos hechos.
El doctor Stuart Griffiths, director de Investigación del Centro de Investigación y Servicios del Yorkshire Cancer Research, ha apuntado que "el diagnóstico temprano es vital para asegurar la supervivencia al cáncer, pero hay muchos desafíos que afrontar, tanto por parte de los doctores como por parte de los pacientes".
Las organizaciones de caridad están estudiando maneras para trabajar junto con el Servicio Nacional de Salud y otros investigadores para determinar cómo influye la dirección o lugar donde se vive en la no asistencia a una derivación urgente del médico de cabecera.