La dificultad para eliminar ácaros o bacterias, e incluso la pérdida de propiedades, son dos de los aspectos que influyen a la hora de dejar de usar un buen puñado de objetos cotidianos que, sin embargo, solemos consideramos perfectamente útiles trascurrido el tiempo. Así lo ha recogido la publicación Genial Guru:
1. Zapatillas de deporte. Al cabo de 500 kilómetros, este calzado pierde las propiedades amortiguadoras, lo que puede perjudicar las articulaciones.
2. Almohada. Tienen una vida de máximo 3 años. La pérdida de la forma original puede provocar daños en el cuello. Las almohadas son además uno de los lugares favoritos para los ácaros.
3. Pantuflas. Tienen seis meses de vida. Requieren un cuidado especial ya que resultan un buen lugar para la aparición de hongos.
4. Esponja. Deben desinfectarse cada dos semanas, a ser posible hirviéndolas, ya que la humedad favorece la aparición de hongos.
5. Toalla. Su duración es de uno a tres años. La humedad propicia la aparición de bacterias. Ni siquiera el lavado frecuente es suficiente.
6. Cepillo de dientes. Se recomienda cambiar de cepillo de dientes cada tres meses.
7. Peines y cepillos. Acumulan gran cantidad de ácaros. Es aconsejable lavarlos una vez a la semana y cambiarlos anualmente.
8. Biberón. Los biberones de látex deben renovarse frecuentemente, cada mes, por su facilidad para contener hongos en los pliegues.
9. Portabebés. Los materiales con los que se confecciona no duran para siempre, así que se recomienda renovar la sillita como máximo a los 10 años de tenerla.
10. Sujetador. Su vida útil es de máximo dos años, a partir de entonces pierden su elasticidad y forma.