En Ourense, Galicia, los más pequeños de Barbadás han tomado las calles del pueblo en un simpático experimento. Niños y niñas han intentado recorrer las aceras, que no están preparadas para guardar la más mínima distancia social requerida frente a la covid. Lo han hecho con flotadores bajo los brazos, pero esta vez sin ir a la playa.
La misión de estos niños ha sido bastante complicada durante la jornada. "Nos ponen el flotador para mantener la distancia de seguridad -de 1,5 metros-", explica una pequeña. De esa manera, han recorrido las calles del pequeño municipio.
"No hay suficiente espacio para los peatones, las aceras son demasiado estrechas", explica al respecto Victoria Morenza, concejala de Urbanismo de Barbadás. Los pequeños se han encontrado con un nuevo obstáculo en cada paso.
Las aceras "son pequeñas y siempre están ocupadas", antes incluso de la pandemia. "No están preparadas ni para la distancia, ni para una persona que va con carrito, ni para una persona mayor que va con bastón", subraya Sandra González, arquitecta y promotora de la actividad. "El futuro pasa por la humanización del entorno", concluye Xosé Carlos Valcárcel, alcalde de Barbadás. Un divertido experimento para hacernos reflexionar.